Cumbre del Clima

Pontevedra, la ciudad de la peatonalización sin fin

La localidad gallega será una de las invitadas a la Cumbre del Clima, donde compartirá su dilatada experiencia en materia de sostenibilidad

La Cumbre del Clima 2019 en directo

Una de las muchas calles que Pontevedra ha peatonalizado en los últimos 20 años MIGUEL MUÑIZ
Miguel Ruiz de Arcaute

Miguel Ruiz de Arcaute

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El 5 de julio de 1999 es una fecha grabada a fuego en la historia de Pontevedra . Fue el día en el que, tras años de trabajo en la oposición, el nacionalista gallego Miguel Anxo Fernández Lores consiguió hacerse inesperadamente con las riendas de la ciudad. Y fue, en consecuencia, el momento en el que la localidad se sumió en un proceso de transformación que, 20 años después, la ha dejado absolutamente irreconocible . Con la mayor parte de su centro urbano actualmente peatonalizado, Pontevedra ha cosechado en todo este tiempo (y en paralelo a esa conversión paulatina) una interminable lista de premios de diversos organismos que la han encumbrado como un referente absoluto en materia de sostenibilidad . Este miércoles, sin ir más lejos, participará en la Cumbre del Clima de Madrid, donde está previsto que comparta su experiencia en una mesa de debate sobre medidas con las que combatir la contaminación a nivel local.

Sus logros no son pocos. «En estas dos décadas hemos rebajado las emisiones de CO2 en un 67%, reducido el tránsito de tráfico motorizado a más de la mitad –una cifra que en el caso del casco histórico se eleva hasta el 97%– y obtenido importantes mejoras en términos de impacto acústico y lumínico», detalla la concejal de Promoción da Cidade, Anabel Gulías . La imparable labor de peatonalización, por un lado, y las estrictas limitaciones de velocidad, por otro, han contribuido a que desde 2011 la ciudad pueda presumir de no haber registrado una sola víctima mortal al volante . Los accidentes en carretera, huelga decir, también han disminuido drásticamente.

El núcleo urbano pontevedrés es hoy el vivo retrato de una sociedad casi extemporánea. Decenas de viandantes pasean despreocupados a lo largo y ancho de sus calles, casi el 80 por ciento de los escolares van a pie a clase y los padres con niños caminan más tranquilos sabiendo que el peligro de un accidente inesperado es inexistente, ya que los coches han desaparecido por completo . El crecimiento demográfico ha aumentado, de hecho, en un 33% y la localidad forma parte desde 2013 de la plataforma «Ciudad del Niño», que dirige el psicopedagogo italiano Francesco Tonucci . No en vano, la obra de Tonucci fue, junto a la de la activista Jane Jacobs o la del diseñador Donald Appleyard , entre otros, una de las fuentes de inspiración de las que se valió el Consistorio para poner en marcha su modelo «integral», pensado para todos los vecinos independientemente de su condición.

En la calle, sin embargo, las opiniones al respecto son desiguales. Si bien gran parte de los residentes se muestran más que complacientes con el proyecto, a tenor de los buenos resultados que cosecha el Bloque Nacionalista Galego (BNG) elección tras elección, los hay que también lo critican por su «desmesura» (hasta 1,3 millones de metros cuadrados de espacio urbano se han peatonalizado desde 1999) y por haber marginado a los conductores. «Si la gente quiere coger el coche tiene que hacer muchos desvíos para salir de la ciudad, lo que a su vez deriva en congestiones. No está bien organizado», opina David Campos, vecino del casco histórico. Es una opinión que comparte Amara, residente en el pequeño municipio de Portas, a escasa media hora en coche, quien se queja de que «venir a Pontevedra se ha convertido un caos». Los vecinos de los alrededores se han convertido en los principales afectados , y muchos optan ya por otros lugares, como Vigo o Vilagarcía, a la hora, por ejemplo, de hacer compras.

«Lo mejor está por venir»

Por contra, son muchos los que aplauden el proyecto, como Luis García Vilar, que se trasladó a Pontevedra desde Melide (La Coruña) atraido, entre otras cosas, por el modelo urbanístico, el cual considera «un ejemplo a seguir». Para Jesús Torres, por ejemplo, es «una maravilla por los beneficios para la salud que conlleva». Algunos, como él, creen que el Consistorio debería ir aún más allá y dar ahora el paso de limitar la circulación únicamente a los vehículos eléctricos .

Lejos de estar satisfecho con los avances conseguidos, el gobierno local (que sigue presidiendo Fernández Lores ) acostumbra a afirmar que «lo mejor está todavía por venir». La peatonalización sigue ampliándose, el ayuntamiento aspira a expandir el modelo urbano a las parroquias periféricas y, desde hace algo más de un año, se ha iniciado un proyecto a nivel provincial para compostar los residuos. «¿Como nos imaginamos la ciudad dentro de otros 20 años? Con el compostaje totalmente implantado, ya sin accidentes graves y con un aumento demográfico similar al de los últimos años», ambiciona Anabel Gulías.

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