Navantia no contempla el buque de transición que reclama la Xunta

Los trabajadores estiman que podrían perderse 2.000 empleos en Ferrol mientras no llegan las fragatas F-110

La industria auxiliar es más optimista y cree que serán pocas las empresas que mandarán al paro a sus trabajadores

Manifestación de los trabajadores de Navantia en Ferrol el pasdo día 12 KIKO DELGADO/EFE

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Los operarios de Navantia intensifican sus protestas. En las últimas semanas han salido dos veces en manifestación por las calles de Ferrol y el próximo día 28 han convocado otra gran movilización. Pese a que los astilleros públicos tienen a la vista l a mayor carga de trabajo de los últimos tiempos , cinco fragatas F-110 encargadas tras múltiples retrasos por la Armada española, todavía falta tiempo para que en los talleres se empiece a cortar chapa. Ahora dan los últimos toques a dos buques AOR para la marina australiana, pero una vez entregados, las gradas se quedarán vacías. Los trabajadores y también la Xunta de Galicia piden al Gobierno central que construya en la ría ferrolana un barco de transición que evite la parálisis, pero Navantia no lo contempla .

«Ferrol se concentrará en este año y el próximo en la culminación del programa de los buques logísticos AOR, el diseño de las fragatas F110, nuevos encargos eólicos, el negocio de reparacione s y la ejecución de los trabajos de modernización del astillero», aseguran fuentes de Navantia, que rechazan la posibilidad de que aparezca un nuevo barco. Tanto la plantilla del astillero como la Xunta consideran que no será suficiente para mantener a flote a la industria auxiliar que trabaja a pleno rendimiento sólo cuando hay pedidos importantes. « Ya se han producido alrededor de 500 despidos y eso va en aumento», explica Marcelino Amado, responsable del sector naval del sindicato CIG. Según sus cálculos, hasta dos mil personas podrían perder su empleo.

En los astilleros ferrolanos trabajan a contrarreloj para cumplir los plazos prometidos con Australia. El primer AOR se entregará entre febrero y marzo y el segundo seis meses después. El verano que viene comenzará el periodo de parón . Navantia trabajará en el diseño de la primera de las cinco fragatas, pero esta fase no requiere de mucha mano de obra. Tanto el Gobierno gallego como los trabajadores calculan que hasta el año 2022 no será realmente necesaria. Pero, de acuerdo al cronograma que prevé Navantia y el Ejecutivo central, las fragatas —que según sus cálculos generarán 7.000 empleos anuales entre directos e indirectos durante la próxima década — podrían empezar a construirse ya en 2021. El Clúster del Sector Naval Gallego (Aclunaga), que integra a los principales astilleros de la Comunidad y tambien a buena parte de la industria auxiliar, confía en estos últimos plazos. «No creemos que haya dos años de parálisis, la esperanza es que sea mucho menos tiempo», indica Óscar Gómez, gerente de Aclunaga.

El representante de la industria auxiliar se muestra mucho más optimista que los trabajadores y la Xunta . Explica que las compañías más grandes tienen encargos en otros astilleros de Galicia o en otros sectores industriales en los que pueden colocar a los trabajadores que ahora están en Navantia. Las más dependientes de los astilleros públicos ferrolanos pueden tener «una pérdida de trabajo, pero sólo de unos meses», afirma. «Las empresas que tenemos dentro de Aclunaga y tienen ya carga de trabajo para esas fragatas cuentan con más o menos mantener el empleo. Nadie nos ha comentado que tenga previsto despidos ni paralizaciones», asegura Gómez. El gerente de Aclunaga confía también en que las empresas que puedan verse afectadas sobrevivan gracias a la línea de crédito puesta en marcha por la Xunta . Podrán pedir prestado hasta un millón de euros y evitar así problemas de tesorería. Como el dinero llega de la Unión Europea, el crédito está vetado para las firmas que tengan deudas con Hacienda o la Seguridad Social. «Nos reunimos con la Consellería y les pedidos que sacasen los créditos cuanto antes para evitar que se llegase a ese punto», explica. El plan, sin embargo, llega de todos modos tarde para algunas de las auxiliares afectadas por los impagos de otro de los astilleros con problemas, el vigués Barreras .

Tras la rueda de prensa en la que dio a conocer las ayudas, el pasado día 7 de noviembre, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, insistía sin embargo en la necesidad de que el Gobierno central encargase un barco para Navantia para «poder mantener la actividad de las empresas auxiliares». Feijóo pedía un buque logístico tipo AOR que tendría un coste de 250 millones de euros. «Es un barco inferior a una fragata, pero como ya se han hecho varios en el astillero nos permitiría empezar de manera inmediata a trabajar», indica el sindicalista Marcelino Amado. Pero Navantia no negocia en estos momentos con el Gobierno central el encargo de un nuevo barco, ni tampoco con otros clientes.

El responsable de Naval en la CIG pone también deberes a la Xunta. Amado cree que es muy importante que se ofrezcan cursos de formación para los operarios que puedan perder sus empleos. «Ya pasó durante el parón que tuvimos en 2012. Muchos profesionales emigraron y luego es difícil recuperarlos cuando ya están asentados en otros países como Holanda. Nos encontramos con que tienen que venir compañías de todo el Estado a trabajar a Ferrol», recalca. Los trabajadores volverán a pedir carga de trabajo para los astilleros en una manifestación que preparan para el día 28 en Ferrol . Además de la situación de Navantia protestarán también por otras decisiones que castigan la comarca, como el cierre previsto para la central de As Pontes y el cierre de Poligal.

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