Las Mercedarias de Santiago rompen su silencio: «Somos una pequeña comunidad llena de alegría»

Las religiosas hablan por primera vez después de que tres compañeras dejaran el convento tras una intervención judicial

Recuerdan que una de las monjas que dejó el monasterio fue «incluso superiora en funciones durante un tiempo»

Expresan su «perplejidad, dolor y consternación» y piden «respeto» hacia su forma de vida y «verdad» sobre lo ocurrido

Una pequeña Virgen es venerada a la entrada del convento de las Mercedarias de Santiago Miguel Muñiz

A. COCO

Las Mercedarias Descalzas de Santiago han roto su silencio este viernes a través de una carta para exponer cómo han vivido lo ocurrido en la última semana , después de que tres religiosas abandonaran el convento a raíz de una intervención judicial . En su misiva, expresan su «gran perplejidad, dolor y consternación» por lo ocurrido, al hablarse de una detención ilegal y una liberación que en ningún caso ha ocurrido según su versión .

Respecto a la denuncia presentada , indican que su Orden nunca había recibido «información o denuncia alguna acerca de presuntos comportamientos delictivos en sus 300 años de existencia, ni por parte de organismo judicial ni de persona particular».

«Las hermanas que llegaron hace más de 15 años están hoy muy integradas y llevan el peso de esta comunidad»

Afirman que la formación de las hermanas jóvenes que llegaron al convento «hace más de 15 años» supuso «una tarea entrañable» . De ellas, «algunas han perseverado y otras libre y voluntariamente decidieron dejar la vida religiosa ». «Hoy están muy integradas, llevan el peso de esta comunidad», aseguran. Detallan que incluso una de las que recientemente ha decidido abandonar la vida monástica fue vicaria (segundo oficio en importancia en la comunidad por su responsabilidad) durante seis años, incluso superiora en funciones durante un tiempo». También se encargó del torno para atender a las visitas.

Siete hermanas de tres nacionalidades

En esos momentos, viven en el cenobio siete hermanas de tres nacionalidades (España, India y México), que representa «una pequeña comunidad universal, llena de alegría y variedad cultural». Desde ella, intentan «dar respuesta al sufrimiento del mundo con oración, acogida y pequeños gestos solidarios ». «Apostamos por una vida en común, no sin esfuerzo constante, anunciando que podemos vivir juntas y unidas personas muy diferentes y durante mucho tiempo. La vida contemplativa tiene plena actualidad », manifiestan.

«Trabajamos para vivir y dedicamos tiempo a la lectura y al estudio»

«Todo, aquí, gira en torno a la búsqueda de Dios. [...] Trabajamos para vivir y dedicamos tiempo a la lectura y al estudio », explican. Y apuntan: «Es verdad que puede haber muchas personas que no comprendan el sentido de este género de vida y sus tradiciones y costumbres . Pero esto sería mirar muy superficialmente».

Las religiosas piden «respeto» hacia su forma de vida a las instituciones, personas y medios de comunicación y «verdad» frente a las «informaciones que no han reflejado correctamente los hechos acaecidos». En su despedida, dan las gracias especialmente al arzobispo de Santiago , Julián Barrio, «por sus palabras de aliento».

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