Mensaje de fin de año

Feijóo, de la «inquietud» al «estupor» por el perjuicio de Sánchez a Galicia

El presidente cierra 2019 reclamando los «recursos» pendientes, la llegada del AVE y una solución para la industria. Muy crítico con los pactos para atar la investidura, reivindica unidad, estabilidad, moderación y solidaridad

Feijóo, en el aula donde se dirigió a los gallegos el 31 de diciembre XUNTA

Pablo Pazos

No fue un mensaje de fin de año cualquiera para Alberto Núñez Feijóo . Por elegirse como emplazamiento el instituto orensano donde estudió. Por ser el último antes de las próximas elecciones autonómicas, que salvo giro inesperado tiene previsto convocar para el próximo otoño, y agotar así la legislatura. Con la incógnita todavía, al menos de puertas afuera, de si concurrirá como candidato del PPdeG para afrontar el más difícil todavía de intentar lograr la cuarta mayoría absoluta —que, visto el actual tablero político, sería el único salvoconducto para continuar en San Caetano frente a las alianzas de la izquierda—. Y por dirigirse a los gallegos, y por extensión al resto de españoles, en un contexto marcado por los movimientos de Pedro Sánchez para dejar atada su investidura, sostenida en el programa suscrito con Unidas Podemos y apuntalada por el independentismo catalán.

En su discurso del martes , Feijóo denunció que «la política cautiva de posiciones extremas», en alusión velada a los manejos de Sánchez, «altera la armónica convivencia de las personas». En paralelo, censuró, la «inestabilidad» que ha venido padeciendo España durante los últimos tiempos «conduce a la parálisis» y al « atraso interminable de decisiones urgentes », con la política convertida en un «obstáculo» en lugar de erigirse en «motor de la sociedad». Condicionantes ambos, tanto la «inestabilidad» como las «posiciones extremas», que se sitúan «lejos del carácter propio de los gallegos», y por extensión de las posturas de la Xunta, «pero afectan negativamente a los intereses gallegos».

En un «contexto lleno de sorpresas poco tranquilizadoras» con la Comunidad, navegando a contracorriente en una «España sometida a sobresaltos», el mandatario autonómico hizo hincapié en que « Galicia sigue esperando por recursos que son suyos y que están inexplicablemente retenidos por la Administración central». Esto es, el pago pendiente del IVA y de los incentivos como Comunidad cumplidora con Hacienda (370 millones). Asimismo, trasladó su «lógica inquietud por la indefinición de la fecha de finalización de las obras del AVE», que deberían haber concluido en 2019. Y a todo esto sumó que «Galicia asiste con estupor a una errática política que parece destinada a condenar a una parte de nuestro sector industrial, pese a su capacidad tecnológica y su adaptación al mercado». Con angustia viven las familias afectadas por la situación de Endesa en As Pontes, Alcoa en San Cibrao o Ence en Pontevedra.

Amenaza de ruptura

La actualidad, como no podía ser de otra forma, empapó el mensaje con el que hacer balance del año que se agotaba y encarar el que arrancó ayer. De ahí que planearan sobre buena parte de la alocución los movimientos ejecutados en Madrid para que Sánchez continúe en La Moncloa. Reprobó Feijóo: « Se priman acuerdos con fuerzas y líderes juzgados y condenados , que tienen el propósito confesado y ratificado de socavar primero la España de las Autonomías para fragmentarla mediante procesos de ruptura. Y se descartan entendimientos basados en la moderación que propició la etapa más fecunda de nuestra historia». Ante esto, una advertencia: «Galicia no permanece ni permanecerá callada cuando la necesaria estabilidad de nuestra nación común se entrega como moneda de cambio». Yaunque es dudoso que se atienda desde los despachos de La Moncloa, una apelación en forma de llamada al sentido común: «Rectificar decisiones equivocadas (...) forma parte de las obligaciones de un político».

En una época en la que estos valores han caído en desuso, no dejó Feijóo de reivindicar la «estabilidad como un requisito para el bienestar de las personas». Una coordenada que ensalzó junto a las de «tolerancia, solidaridad y unidad», con énfasis en esta última. Con mención a la Xeración Nós, y especialmente a Eduardo Blanco Amor, que da nombre al centro desde el que se emitió el mensaje, el presidente de la Xunta ponderó que el «pensamiento integrador (...) hoy tiene más vigencia que nunca, frente a tendencias que se obstinan en fraccionar naciones, pueblos y sociedades». « Juntos somos más fuertes », apeló. «Todos formamos parte de una comunidad que es tal porque tiene muchas cosas en común y quiere seguir caminando unida, sin dejar atrás o de lado a nadie», defendió. «El aliento de un pueblo unido llega con más intensidad a las personas y colectivos que padecen situaciones difíciles», ya sean víctimas de la violencia machista, enfermos, marginados o emigrantes.

Frente a los motivos para la preocupación, que no escasean, Feijóo también dejó notas para la esperanza en su discurso, en el que volvió a poner en valor las coordenadas de la Galicia que se ha diseñado en San Caetano para la próxima década: familiar, joven, verde e innovadora. Una «Galicia Calidade» que deja su sello en las aulas del sistema educativo público —puesto en valor con la localización del mensaje, en absoluto casual—, con el convencimiento de que « los niños y los jóvenes, las niñas y las jóvenes, son nuestro principal activo ». En 2020, «Galicia volverá a ser un foco de tolerancia, solidaridad y unidad (...). Galicia es mucho, Galicia es todo», rubricó Feijóo.

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