Política municipal
El farol de Martiño Noriega
El alcalde pretende vincular la aprobación de los presupuestos a una cuestión de confianza, aunque se necesitaría una moción de censura para relevarlo
La alianza puntual entre PP y PSOE para tumbar la subida de impuestos que pretendía acometer Martiño Noriega en la capital gallega ha dejado paso a una partida de póker en la que al alcalde se le ha visto que va de farol.
Tras la votación de las ordenanzas, el regidor hizo uso de su turno de palabra para mostrarse visiblemente enfadado y reprochar a populares y socialistas la «moción de censura por la vía fiscal» que acababan de hacerle. «Si ustedes quieren gobernar, gobiernen ya que democráticamente pueden hacerlo, pero háganlo» , animó el rupturista a la oposición, para empezar a tejer un discurso con la supuesta connivencia entre unos y otros.
El siguiente paso para el alcalde ha sido el de advertir sobre las «altas probabilidades» de que vincule la aprobación de los presupuestos municipales de 2016 a una cuestión de confianza, aludiendo a la «pasión» que observa entre populares y socialistas. En este sentido, Noriega cree que Compostela Aberta tiene «un mandato para gobernar», pese a que no cuenta con mayoría absoluta. Por contra, anuncia que no se va a «agarrar al sillón a toda costa» y vuelve a emplazar a los dos grupos a que articulen una mayoría alternativa en la votación de las cuentas del próximo ejercicio.
Según establece la Ley, en la mayoría de casos en los que un alcalde plantea una cuestión de confianza , de no alcanzar la mayoría absoluta de apoyos —un escenario fácilmente contemplable en Santiago dados los últimos acontecimientos—, este debería cesar de su cargo inmediatamente , quedando en el cargo en funciones hasta el siguiente pleno, en el que tomaría posesión su sucesor. Pero el caso de Noriega no se dirimiría bajo estas premisas , ya que cuando la votación se liga a la aprobación o modificación de presupuestos, para que el regidor sea relevado de su cargo se necesita que se presente una moción de censura que en la que se proponga un candidato alternativo por parte de la nueva mayoría.
Este segundo contexto es ya harto menos probable, ya que a las ya grandes dificultades que se encontrarían socialistas y populares para crear un gobierno, se encuentran otras variables relacionadas con el cálculo político. No parece el de PP y PSOE un pacto inteligente ante unas muy próximas elecciones generales y autonómicas , ni parece conveniente hacer de un hombre con altas ambiciones como Noriega un mártir del bipartidismo.
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