Galicia
Encuentran restos de pelo y fibras en el cuerpo de Déborah Fernández
El cadáver de la joven viguesa fue exhumado hace un mes a petición de la familia, que reprocha que las uñas de la joven no se hubieran revisado antes
Analizan también el ordenador de mesa de la fallecida, al que los agentes no lograron acceder
El pasado 18 de mayo el cuerpo de Déborah Fernández fue exhumado . Se trataba de buscar en él restos de la persona que, según el informe de un reputado forense, la asfixió ejerciendo una enorme presión sobre su tórax. Más allá del difícil trance, la familia confió en que un nuevo examen del cadáver de la joven viguesa, fallecida hace casi dos décadas, podría allanar el camino hacia su asesino. Y no les faltaba razón. Un mes después de que Déborah fuese trasladada desde el cementerio de Pereiró a las instalaciones del Imelga, llegan las primeras conclusiones: bajo las uñas de la viguesa había pelos y fibras que «hacen albergar esperanzas a la familia».
Desde el primer momento, los Fernández reprocharon que la autopsia del cuerpo de Déborah no hubiera sido todo lo pormenorizada que pedía un caso de estas características, en el que las negligencias han sido múltiples según llevan años denunciando. «Estos hallazgos vuelven a evidenciar la negligente actuación policial en el año 2002 pues, como ya consta en autos, no se hizo inspección de las uñas de las manos» reprochan en un comunicado los abogados de la familia, que ejecerce la acusación particular.
Veinte años después, y con las primeras evidencias biológicas sobre la mesa, la investigación da un giro de 180 grados . El siguiente paso, advierten, será cotejar estos restos con los que se extrajeron en su día y también con los recuperados de un arcón congelador en 2019 en el que se cree que el verdugo de Déborah pudo haber ocultado su cadáver desde el momento de su desaparición hasta que fue abandonado en una cuneta de O Rosal, diez días después. El objetivo es poder determinar «qué persona o personas tuvieron intervención bien la muerte, bien en la ocultación y posterior traslado del cuerpo» , insisten los abogados.
Examen del ordenador
La misma confianza tienen depositada en otra de las líneas de trabajo que la familia activó ante la falta de hallazgos y la premura por la próxima prescripción del caso al cumplirse las dos décadas del crimen y no haber ningún señalado de manera oficial. Se trata del volcado del ordenador de mesa de la viguesa, al que los agentes nunca llegaron a acceder y que desde hace un mes está en manos de la empresa Lazarus Technology, la empresa que extrajo la información del móvil de Diana Quer. Este contenido, aún por revelar, podría ser vital a la hora de aclarar las últimas conversaciones que Déborah mantuvo con su entorno y que en último término podrían incluso explicar un presunto móvil del crimen.
Tanto la familia como sus letrados lamentaron que haya habido que esperar 19 años para llevar a cabo estas dos pruebas esenciales, después de una investigación que no dudaron en calificar como «una auténtica chapuza en muchos aspectos» . Aferrados a las nuevas evidencias, confían en que el caso pueda avanzar y por primera vez desde el hallazgo del cadáver de la joven de 21 años se den pasos adelante para contrastar las coartadas de los posibles sospechosos y señalar al autor de un crimen que nadie olvida.