Coronavirus Galicia: Sin rastro de una posible cuarta ola en las aguas residuales
Un laboratorio de la USC analiza muestras de las EDAR de Lugo, Vigo, Orense y Santiago sin que por el momento haya detectado mayor presencia del virus
A lo largo de la pandemia del coronavirus, las aguas residuales se han mostrado como una herramienta eficaz para detectar la incidencia del virus, incluso antes de que los contagios se disparen . En Galicia, el Centro Singular Cretus de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) es un de los cuatro laboratorios que en toda España tratan de detectar la presencia del Covid en diversas estaciones depuradoras. Tras la bajada de casos en la tercera ola y la relajación de algunas medidas restrictivas, las autoridades sanitarias están preocupadas por evitar una cuarta ola de Covid que, de empezar pronto, lo haría con una presión en hospitales y UCIS todavía en niveles elevados. El profesor Jesús López Romalde, que dirige el proyecto en el Cretus, avanza que por el momento «no hay indicios» de que la presencia del virus se esté empezando a incrementar en las aguas residuales gallegas.
En la Comunidad, el laboratorio analiza desde el pasado mes de julio las muestras que llegan de las depuradoras de Lugo, Vigo, Orense y de otros puntos de España dentro de un proyecto financiado por el Ministerio de Transición Ecológica y del que forman parte también laboratorios de Barcelona, Valencia y Murcia. «Tomamos muestras semanales», explica López Romalde. Además, también se indiga la presencia del coronavirus en la EDAR de Santiago de Compostela , fruto de un convenio con la Xunta a través de la Consellería de Medio Ambiente. En este último caso, el muestreo se realiza hasta tres veces por semana.
El laboratorio del Cretus tiene ya los resultados correspondientes a la semana pasada y por el momento, al igual que ocurre con los datos de contagios, no hay evidencia de que estemos a las puertas de la temida cuarta ola de coronavirus . Las aguas residuales avisan de los cambios de tendencia del Covid con una antelación de 7 a 10 días . En la tercera ola, explica el investigador, «el punto de inflexión que marcó la caída lo detectamos a mediados de enero, entre el 18 y el 21 fue cuando obtuvimos los valores máximos del virus en aguas residuales y a partir de ahí empezó a bajar y sin embargo los valores máximos en contagios se demoraron bastante y la caída se notó después». De hecho, no fue hasta el 30 de enero cuando Galicia tuvo el pico de casos activos con 22.511 personas atravesando la enfermedad. López Romalde explica que «la clínica de este virus es que te contagias, puedes estar unos días asintomático, en periodo de incubación, ahí ya empiezas a liberar virus en las heces , pero las pruebas diagnósticas vas a hacerlas cuando tienes síntomas». Ese «gap» temporal es el que permite adelantarse y tomar decisiones para evitar la propagación del virus.
El profesor de la USC considera que al principio las autoridades sanitarias se mostraron escépticas con respecto a la fiabilidad de estas técnicas. «Ahora están más concienciados y las tienen más en cuenta», subraya. Los investigadores aseguran que el análisis de aguas residuales como herramienta para la predicción y control de la evolución de la pandemia es un sistema «mucho más fácil, estable y económico que realizar cribados masivos entre la población» . Además, presenta otra ventaja. Con este método puede sectorializarse la incidencia del virus por barrios o incluso concretarse de forma más específica en los colectores de residencias de mayores o de universitarios. De hecho, en Santiago ya se acotan las muestras en cuatro barrios diferenciados : la zona vieja; Fontes do Sar; Pontepedriña y Conxo. «Es un sistema que funciona, que es realmente predictivo, y permite tomar medidas de control tempranas», indican.
Según explica López Romalde, el análisis de aguas residuales tendrá un papel todavía más destacado cuando la vacunación logre inmunizar a un mayor porcentaje de la población. «Nos mostrará indicios muy evidentes de si está habiendo un brote, con lo que se podría actuar muy pronto».
Pese a que el proyecto de la USC cuenta con financiación del Gobierno central y de la Xunta, los investigadores se muestran convencidos de que con un apoyo extra sus análisis podrían ser aún más relevantes. « Ahora estamos intentando ver si con PCR podemos descubrir la presencia de las nuevas variantes del Covid en las aguas residuales. Para todos esos desarrollos sería importante obtener algo de financiación a mayores de la que ya nos llega porque esto no lo cubre», indica el profesor de la USC. La institución académica ha puesto en marcha un programa de micromecenazgo «Sumo Valor» con el que tratan de lograr fondos para este y otros proyectos relacionados con el Covid, como el de la vacuna que desarrolla el equipo de la investigadora María José Alonso en el Cimus. La idea es que la sociedad realice donaciones por valor no superior a los 3.000 euros. Toda la información sobre el programa se encuentra en la página web: https://www.usc.gal/gl/micromecenado/proxectos/microdoazons.html.
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