Investigación
Coronavirus Galicia: a la caza de la tercera ola en las aguas residuales
Su rastreo en Santiago analizará el impacto en la evolución del Covid de las fiestas navideñas
Si las Navidades se convierten, como ya se teme, en el detonante de una tercera ola de coronavirus, las aguas residuales pueden tener la respuesta. Esta semana arrancó la toma de muestras en Santiago, en virtud de un proyecto conjunto de la Xunta y la USC . El objetivo: seguir la evolución de los contagios de Covid una vez concluidas las fiestas, analizando, de paso, la repercusión del regreso de los estudiantes y el inicio de la campaña de vacunación. En concreto, según se detalló desde San Caetano la semana pasada, se hará seguimiento de las aguas de entrada de la EDAR de Silvouta —cuya titularidad corresponde al concello de Santiago—. Los análisis tendrán una periodicidad de tres recogidas de muestras a la semana, durante el primer cuatrimestre del año.
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En paralelo, también se analizarán las muestras obtenidas de colectores. Aquí se buscará sectorializar distintas áreas de la capital gallega, «analizando también la presencia de material genético del virus en diferentes etapas de la estación depuradora, tanto en la línea de agua como en residuos», se explica desde la Xunta. El Gobierno autonómico ha suscrito para llevar a cabo este rastreo un convenio a través de la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade y la Consellería de Sanidade. Es un convenio tanto con la USC como con Viaqua, concesionaria del agua en Compostela.
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Se trata, una vez más, de anticiparse. Es sabido —no es nuevo— que el análisis de la presencia del SARS-CoV 2 en aguas residuales es uno de los métodos de seguimiento en ámbitos poblacionales con mayor potencial para anticiparse a rebrotes . Por eso se viene utilizando ya desde los albores de la pandemia. Allá por el mes de abril surgían los primeros esfuerzos, entonces pioneros.
En Galicia se produjeron en la depuradora coruñesa de Bens. «Aquí no hay nadie que se escape: están los asintomáticos, los negativos y todo el mundo», explicaba entonces a ABC Margarita Poza , profesora asociada de la Universidade da Coruña e investigadora senior del Grupo de Microbiología del Instituto de Investigación Biomédica herculino (INIBIC). «Monitorizando el estado de estas aguas podemos saber el estado epidemiológico en general» , incidía.
Poza ya avanzaba que investigar, como una suerte de Sherlock Holmes de la microbiología, en las aguas residuales permitía llegar donde no podían las pruebas diagnósticas, más escasas en aquellas semanas iniciales. Y algo crucial: «Llegar a predecir futuros incrementos o brotes ». Semanas después, los resultados avalaban su trabajo: el Covid, en efecto, estaba llegando a la depuradora vía aguas residuales. Y el tiempo le dio la razón: son una vía para detectar rebrotes.
A partir de mayo, la Xunta activó un convenio con la Universidade de Vigo y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para rastrear el coronavirus en diez depuradoras, a partir de bioindicadores marinos; y también con la USC y las empresas gestoras para analizar aguas y lodos en otras siete estaciones gallegas; además de participar en un proyecto impulsado por el Gobierno en Orense. Ahora se añade un nuevo frente.