Las comunidades más despobladas piden más peso en la gestión del gasto de los gobiernos autonómicos

Se citan en Santiago ocho regiones que piden que prime el coste real del servicio frente a las pretensiones de Andalucía y Comunidad Valenciana de un cálculo cuantitativo del sistema

Alberto Núñez Feijóo, Miguel Ángel Revilla y Adrián Barbón serán tres de los asistentes a la reunión que se celebra hoy en Santiago de Compostela

Ocho presidentes autonómicos, de distintos colores políticos y realidades socioeconómicas, se reúnen este martes en Santiago de Compostela convocados por Alberto Núñez Feijóo para buscar lo más parecido a una cuadratura del círculo en el actual contexto político nacional: un acuerdo entre territorios de la llamada 'España vacía' que fije una posición común de todos ellos ante la reforma de la financiación autonómica, que sea exigente para satisfacer a las Comunidades del PP pero sin caer en un exceso de crítica al Gobierno para que no se desmarquen los barones socialistas que participan del cónclave.

Han confirmado su presencia en la reunión los socialistas Javier Lambán (Aragón), Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha), Concha Andreu (La Rioja), Guillermo Fernández Vara (Extremadura) y Adrián Barbón (Asturias); así como el popular Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León) y el regionalista Miguel Ángel Revilla (Cantabria), con el gallego Núñez Feijóo como anfitrión. Durante los últimos días, los equipos de los ocho mandatarios han venido negociando y discutiendo un texto de consenso que sirva como punto de partida para el debate que tendrá lugar en el Hostal de los Reyes Católicos de Santiago de Compostela.

Según los «principios básicos» de este texto, a los que ha tenido acceso ABC, la idea fuerza del acuerdo pasa por reclamar al estado que realice «un esfuerzo» por incrementar la capacidad de gasto público de las Comunidades Autónomas. «Debemos representar más del 28% del gasto público total que suponemos ahora» , en aras de «garantizar la suficiencia financiera del Estado del Bienestar». Además, se quiere subrayar que el cálculo de recursos para cada territorio debe ceñirse a los servicios públicos «no a la creación de Embajadas autonómicas o de policías autonómicas o conceptos similares», gasto que «debe estar al margen del sistema general de financiación». Es un mensaje claro, sin citarlo, para Cataluña y las prerrogativas que el Ejecutivo pudiera manejar con el objetivo de mantener los respaldos de sus socios de legislatura, ERC y Junts.

El borrador del texto que debatirán estas ocho Comunidades reconoce que «todas las autonomías tienen un déficit en su financiación», recuerdan que «el último modelo es de 2009 y caducó en 2014» y que, además, «prestamos los servicios esenciales para el Estado del Bienestar», un gasto «creciente que atiende una demanda cada vez mayor por parte de la ciudadanía».

En otro de estos «principios básicos» se recoge una de las reclamaciones ya tradicionales de la 'España vacía': «el coste real de servicios como la sanidad o la educación es mayor en territorios muy extensos, poco poblados, con población envejecida y dificultades orográficas que otros con mucha más población articulada en grandes núcleos urbanos ». Así, insisten en que «es ese coste efectivo y real de lo que cuesta el servicio el principal criterio que debe primar a la hora de reformar el modelo, no solo, ni principalmente, el de población», como sostienen Andalucía o Comunidad Valenciana, las grandes interesadas en que la financiación prime criterios cuantitativos.

El difícil encaje en el PSOE

El cónclave de Santiago de Compostela se produce dentro del límite dado por el Ministerio de Hacienda para que las Comunidades presentaran sus propuestas para reformar el sistema de financiación, como paso previo a abrir un proceso de negociación formal entre administraciones que derive en un texto a remitir a las Cortes. Desde la Xunta se presenta como un «éxito» que ocho territorios de diferente color político sean capaz de sentarse para buscar un acuerdo de consenso, precisamente en el que la mayoría de representantes son presidentes socialistas. Dentro del propio PSOE han surgido tensiones internas antes de acudir a la llamada de Feijóo . Algunos presidentes como Andreu o Vara advirtieron que no participarían en un frente contra nadie, y otros como Page se han mostrado partidarios de la defensa de los intereses comunes.

Para limar asperezas, Ferraz convocó a sus representantes en esta reunión a una cita en la sede del partido el pasado 5 de noviembre para fijar posición, lo que implicó que la invitación de Feijóo tuviera que ser atrasada —llegó a estar inicialmente fijada para el 2 de noviembre—. Sin embargo, de la reunión de los presidentes socialistas no salió una posición única, más allá de un vago acuerdo de mínimos .

En el PP, Feijóo se ha cuidado de abrir una espita interna que le pueda enfrentar a otros barones populares como Díaz Ayuso o Moreno Bonilla. De hecho, a los pocos días de anunciar esta cumbre autonómica, el presidente gallego visitaba Sevilla para firmar con su homólogo andaluz una declaración en defensa de una financiación autonómica justa, esquivando los puntos que distancian a una y otra Comunidad. Que no son menores que en el caso de las regiones socialistas con el principal valedor del otro bloque, el valenciano, Ximo Puig, pero que se han canalizado mejor internamente.

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