Elecciones gallegas 2020
Los cambios de discurso en la oposición sobre las elecciones
Feijóo irá a las urnas en estado de alarma: dijo que no lo haría, pero el Gobierno lo permite
La impredecible situación de la pandemia se llevó por delante las elecciones del 5 de abril, ahora nuevo elemento de polémica entre los partidos. El coronavirus ha hecho modificar algunos discursos según pasaban las semanas y evolucionaba la enfermedad. El PSdeG, por ejemplo, era reacio a aplazarlas en los días previos al confinamiento. Su líder, Gonzalo Caballero, citaba otras situaciones difíciles como el 11-M o los comicios en el País Vasco con ETA presente donde sí votó.
Rápidamente los socialistas cambiaban el mensaje para solicitar un aplazamiento ante la evidencia sanitaria y permitían el consenso del que hablaba la Junta Electoral Central para el aplazamiento, pero reclamaban el 13 de marzo, dos días antes del confinamiento, saber ya una nueva fecha. Caballero señaló incluso el 27 de septiembre como «fecha de referencia», al ser el último domingo de legislatura, en la reunión en la que los partidos acordaron finiquitar el 5-A, aunque no se cerraba a una jornada más cercana «si hay condiciones previas» y consenso. También pedía fecha el BNG, que afirmaba que ese día tenía que ser «antes del verano», algo diferente a lo que señalan ahora. En aquella reunión finalmente los de Pontón y Galicia En Común fijaban que lo importante , más que una fecha, era establecer un horizonte de cuándo se podía reactivar el proceso. Todos estaban de acuerdo, PP incluido, que se debía hablar cuando se levantase el estado de alarma y el de emergencia sanitaria.
Ese punto, junto al riesgo para la salud, es ahora una de las grandes discrepancias, ya que PSdeG, Galicia En Común y BNG se aferran a ese acuerdo ahora que el PP quiere convocar la cita sin que se haya levantado ninguna de las dos cosas. Las formaciones de izquierda quieren hablar la fecha cuando finalmente ambas cosas se levanten, por lo que no ofrecieron ninguna opción como alternativa a julio en la reunión del jueves. La cuestión es que el Gobierno no tiene intención de levantar el estado de alarma en próximas semanas , mientras que la Xunta ha moldeado la emergencia sanitaria para adaptarla a este escenario. Pedro Sánchez busca ahora consenso para ampliarlo un mes. Pero un ojo al Boletín Oficial del Estado ha sido el que ha permitido un resquicio, mediante enmienda del PNV a la prórroga del estado de alarma, para permitir convocar comicios, de manera que Feijóo lo puede hacer sin que se haya quitado la alarma. También que se señaló en su momento que la convocatoria fuese en el plazo «más breve posible», que es lo que quiere Feijóo para tratar de sortear los rebrotes que los expertos le afirman podrían ocurrir más avanzado el verano y con la llegada del otoño.
Ese decreto de prórroga fue apoyado por PSOE y Unidas Podemos en Madrid. El BNG y el PP se abstuvieron y Cs dio su sí. Por otro lado, en País Vasco la sucursal de Podemos también está en contra de los comicios en julio, mientras que el PSE apoya elecciones con «todas las garantías sanitarias y democráticas» . El presidente del órgano ejecutivo del PNV, Andoni Ortuzar, afirmó que los socialistas vascos, sus socios en Vitoria, concuerdan en celebrarlas cuanto antes.
Esta agitación electoral llega tras un aumento progresivo de la tensión y las palabras gruesas de un lado al otro del tablero político, lo que ocurre al tiempo que mejora poco a poco la pandemia, aunque todavía no se haya podido vencer a la enfermedad. Subía el nivel de crítica a Pedro Sánchez desde San Caetano, mientras que desde el PSdeG se haya llegado a calificar la actitud de Feijóo de «tics autoritarios».
Una de las razones es que solo haya ido dos veces a la Diputación Permanente del Parlamento , que quedó disuelto tras la convocatoria para el 5-A y en el que se ha llegado a un acuerdo entre grupos para su funcionamiento, con la presencia de Feijóo cada dos semanas. El resto de la izquierda también ha sido muy dura al respecto, mientras que el PP defendió que la Cámara gallega ha sido una de las que más funcionan en España , a pesar de su situación anómala. La oposición criticó además su alto número de ruedas de prensa, que censuran por su emisión por los medios públicos gallegos, mientras que solo la segunda comparecencia del presidente en la Cámara apareció en la parrilla de la TVG y la RG.
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