El BNG, ante su encrucijada
Este domingo se celebra la XV Asamblea Nacional de los frentistas, la de su supuesta «refundación»
No corren buenos tiempos para el nacionalismo gallego, que ha visto en los últimos años cómo eso que ha dado en llamarse rupturismo —encarnado primero por AGE y cristalizado con el advenimiento de Podemos y el tótum revolútum de las Mareas— le ha comido buena parte de su espacio electoral . En medio de las turbulencias internas que suponen siempre en los partidos los fracasos electorales, el BNG enfrenta hoy su XV Asamblea Nacional con el reto de que sea la de su «refundación» , si bien es cierto que dependiendo de la profundidad de los cambios que lleguen a aprobarse, esta palabra podría terminar resultando demasiado ambiciosa, y el proceso de renovación interna quedarse en un mero lavado de cara .
La base del debate que congregará hoy en el Palexco coruñés a cerca de 3.000 personas se encuentra plasmada en un documento denominado «Relatorio do Consello Nacional», una suerte de declaración de intenciones oficialista del aparato de la formación, y a la que los militantes han presentado sus alegaciones. Pese a que no deja de presentar un carácter continuista, se aprecian algunos cambios reseñables con respecto a los postulados tradicionales de los nacionalistas. El primero de ellos es una importante dosis de autocrítica . En un partido que históricamente atribuyó sus malos resultados a factores externos, el hecho de poner negro sobre blanco la necesidad de actualizar su discurso, acercarse a las demandas sociales y desterrar «formas de comunicación que pudiesen ser percibidas como dogmáticas» constituye todo un avance.
Hoy en La Coruña se cuestionará incluso si la «refundación» debería conllevar un cambio de marca y la forma de organización interna del partido, de modo que podría ser el fin de las corrientes, ante las críticas del excesivo poder que conserva la mayoritaria, la Unión do Povo Galego. Pero lo que coloca al BNG ante su gran encrucijada es el capítulo de alianzas electorales . Los nacionalistas tendrán que elegir entre porfiar en mantener su ruta en solitario, e intentar entenderse como mucho solo con otras organizaciones de carácter soberanista o, por el contrario, caminar hacia un frente de izquierda radical con los partidos que conforman actualmente En Marea. El primero de los escenarios supondría con una gran probabilidad una travesía en el desierto y un nuevo varapalo en las autonómicas a manos de las Mareas, pero fuentes de la dirección frentista afirman a este periódico que «de salir vivos de las autonómicas y conseguir representación, el tiempo jugaría a favor del BNG». La explicación a esta frase radica en que tras 2016 esperan tres años aparentemente sin citas electorales a la vista, en el que se cuentan que se una un proceso de rearme territorial del nacionalismo y un eventual desgaste de las Mareas derivado de su gestión en las ciudades y de lo que ven como un peso excesivo de Podemos.
Por el contrario, la idea de la gran coalición con fuerzas incluso no nacionalistas sería a corto plazo positiva para el BNG , ya que podría hacer valer su maquinaria interna para conseguir más puestos de salida en una hipotética gran Marea que presentándose en solitario, pero contaría con la contrapartida de diluir su identidad ante un «abrazo del oso» de los partidos estatales que les dejase en fuera de juego si en un futuro decidiesen abandonar esta alianza táctica.
El día después
Existe cierto consenso dentro del partido en que pase lo que pase en esta Asamblea no se repetirá lo sucedido en la de Amio , esto es, una nueva implosión interna que incluya escisiones. Lo que, según ha podido conocer ABC, sí se da por descontado entre algunos sectores es que mañana mismo se podrían dar algunas bajas de militantes significativos, un extremo que solo un par de días antes descartaba el portavoz nacional saliente, Xavier Vence , uno de los que defenderá hoy los cambios de mayor calado en su supuesta despedida de la primera línea política. Con todo, y como la esperanza es lo último que se pierde, algunos manifiestan su fe de que «al menos el partido salga reforzado y con ganas de seguir peleando» .
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