Tribunales
El exmarido de Mónica Oltra vuelve a negar los abusos a una menor tutelada en la repetición del juicio
La Audiencia de Valencia ha celebrado una segunda vista oral contra el educador tras haberse obviado un informe exculpatorio antes de que se dictara la sentencia que lo condenó
![Imagen del acusado durante el juicio celebrado este lunes en la Ciudad de la Justicia de Valencia](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2021/02/15/juicio-valencia-kga--1248x698@abc.jpg)
La sección segunda de la Audiencia de Valencia ha repetido este lunes el juicio contra Luis R., un educador del Centro de Acogida Niño Jesús de Valencia -exmarido de la vicepresidenta del Consell y consellera de Igualdad, Mónica Oltra- acusado de abusar sexualmente de una menor de edad que estaba bajo la tutela de la Generalitat.
La fiscal ha añadido a sus conclusiones la agravante de superioridad -del educador sobre la niña-, algo que puede suponer una pena de hasta seis años de cárcel, aunque no se ha especificado la petición formal todavía. Esto ha obligado a suspender la vista hasta el 1 de marzo ante la protesta de la defensa, que no ha podido rebatir este punto durante la sesión. Los letrados del acusado piden la absolución o, en cualquier caso, la pena mínima para su representado.
El procesado fue condenado a cinco años de prisión por estos hechos, pero el tribunal anuló la sentencia y ordenó repetir el proceso meses más tarde. La defensa recurrió el fallo al haberse obviado durante el mismo dos informes que exculpaban al acusado y ponían en duda la versión de la víctima, en la que se sustentaba la sentencia. Se trataba de un estudio psicológico de la menor realizado por el Instituto Espill, centro al que Igualdad encarga la evaluación de los casos de abusos, y otro expediente elaborado por la Dirección Territorial de la conselleria que dirige Oltra basado en parte en el primer documento.
No obstante, la Conselleria pidió ese informe en noviembre de 2017 excediéndose de sus competencias, puesto que el juez de instrucción ya había dictado un auto para investigar penalmente los hechos dos meses antes. Documentos que quedaron olvidados en un cajón y que nunca fueron incluidos en el sumario, por lo que la defensa no pudo utilizarlos. De hecho, cuando Igualdad descubrió los mismos ya era tarde y los remitió a la Fiscalía de Menores -tras revisar el caso ante la presión mediática- dos años después de haberse redactado, cuando el juicio ya se había celebrado.
Los hechos se produjeron supuestamente entre finales de 2016 y principios 2017. El educador se ocupaba del turno de noche en este centro de menores de la capital del Turia y mantenía una relación estrecha con la chica, que entonces tenía quince años. Según el relato de la menor -que se dio por bueno en el primer fallo- y el de la Fiscalía, el acusado acudía a la habitación individual en la que la niña dormía cuando estaba castigada por mal comportamiento, donde le realizaba masajes consentidos en el cuello y la espalda para que se relajara. Pero una vez que creía que la menor estaba dormida -fingió dormir por vergüenza-, cogía su mano y se masturbaba con ella .
Una situación que se repitió entre dos y diez veces, y que la niña no quiso denunciar al pensar que nadie iba a creerla al tratarse de alguien relacionado con un alto cargo del Gobierno valenciano, aunque desde el entorno de la dirigente de Compromís se reiteró que ella y el acusado ya no mantenían ninguna relación sentimental en ese momento .
El acusado ha reconocido que le hizo masajes en la cabeza a la chica para que conciliara el sueño cuando dormía sola, pero ha negado los supuestos abusos. De hecho, ha admitido que trataba de enseñarles «técnicas de respiración» e incluso practicaba «digitopuntura», porque él cree en «una medicina holística» pero siempre «con la intención de que se durmiesen por ellos mismos».
Se enteró de las acusaciones de la menor a través de una llamada de la directora del centro y se le apartó del grupo, aunque hasta entonces no había tenido problemas con la niña. Más tarde, ha comentado, mantuvo una reunión en la Conselleria sobre este asunto. Luis R. también ha declarado que es conocedor de que, en algunos casos, los menores titulados se inventan cosas para marcharse del centro en el que viven y que, incluso, algunos educadores los graban para demostrar que dicen mentiras .
En esta ocasión, el tribunal, con la misma composición que en la vista celebrada en noviembre de 2019, no ha considerado necesario contar de nuevo con la declaración de la víctima , tal y como había propuesto la defensa. De hecho, los letrados del acusado han protestado por el hecho de que sea el mismo tribunal el que vuelva a juzgar a su representado tras la nulidad parcial de la primera vista. La jueza ha respondido que el mandato del TSJ determinó que se valoraran únicamente las pruebas nuevas y ha recalcado que los miembros de la sala no han perdido su imparcialidad.
« No tenemos ningún prejuicio », ha dicho la magistrada. Por tanto, ha considerado que no era necesaria más actividad probatoria que las pruebas desconocidas, porque en caso contrario, estaríamos ante la repetición completa del juicio, ha matizado.
![Imagen del acusado durante el juicio celebrado este lunes en la Ciudad de la Justicia de Valencia](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2021/02/15/valencia-juicio-kJWF--510x349@abc.jpg)
Dos peritos han enfrentado sus versiones ante la sección segunda de la Audiencia de Valencia. La autora del informe psicosocial del Instituto Espill ha señalado que se le encargó la elaboración del documento en noviembre de 2017 y que lo remitió a la Conselleria, como era el procedimiento habitual, ya que nunca lo enviaban al juzgado.
La forense ha defendido que el método utilizado para analizar a la menor no fue el adecuado y ha reiterado que la joven mantuvo una versión «consistente»
Un escrito que tenía que servir para valorar la credibilidad del testimonio de la menor, las posibles secuelas psicológicas y conocer cómo se tenía que intervenir. Tras realizar tres entrevistas con la chica, en las que relató el episodio de la masturbación -la psicóloga interpretó que solo había ocurrido solo una vez-, se determinó que el testimonio era poco creíble porque la información que aportaba la menor estaba llena de «contradicciones e imprecisiones» pese a contar con edad suficiente para tener conocimientos sexuales y se sentía molesta cuando se le preguntaba por detalles concretos.
«No se aprecia ninguna sintomatología, ni rabia ni rechazo hacia la persona en cuestión, ni malestar hacia los hechos en sí, como sería esperable en una situación de este tipo», ha remarcado, pese a tener un carácter «fuerte». Además, la psicóloga ha argumentado que la joven tenía «otros intereses» como irse a otro centro para estar cerca de los compañeros que había conocido en un campamento.
Sin embargo, la forense del Instituto de Medicina Legal de Valencia que exploró a la menor ha defendido que el método utilizado por el informe del Instituto Espill no fue el adecuado y ha señalado que la niña mantuvo en todo momento una versión consistente. «Hay relato, hay concreciones y detalles sobre el momento y lugar» en el que ocurrían los hechos, ha apuntado.
«Dice que dormía bocabajo, que notaba que le daban masajes por encima de la ropa y que notaba el órgano -sexual- del hombre en su mano, también la eyaculación, eso no es inconsistente», ha insistido.
La menor, «etiquetada como antisocial», obtuvo en un test un perfil de personalidad «estable y normal» que indica todo lo contrario «de lo que dicen de ella», «quizá por estar fuera del sitio en el que se le ha cuestionado y no se le ha creído». Del mismo modo, la forense ha justificado esa «aparente actitud defensiva» por la forma en la que ha vivido desde pequeña, «que la lleva a infravalorarse y a pensar que nadie va a creer en ella ».
De hecho, la joven no consideraba lo ocurrido como una agresión porque no había habido penetración y, aunque le daba «asco» lo ocurrido, no quería que el educador fuera a la cárcel porque «le contaba cuentos de pequeña», según esta perito.
Del otro lado, en su comparecencia, la psicóloga del centro de menores en el que residía la víctima ha definido a esta última como «una niña dulce que cuando quería algo podía ser muy melosa, pero cuando se ponía muy brava, era conflictiva», algo que la llevo a protagonizar algunos altercados con educadores y varias fugas del centro.
La trabajadora de la residencia ha explicado que la joven no informó a nadie del centro sobre los supuestos abusos , sino que lo hizo en una reunión del comité anti-SIDA y ha señalado que quizás la chica quiso copiar la estrategia de otra compañera que había sido trasladada a otro sitio tras denunciar una agresión similar que después admitió que se había inventado.
Por último, la técnico jurídico de la Conselleria de Igualdad que también redactó un expediente informativo sobre este asunto no ha sabido responder porqué en ese informe -que entregó al secretario territorial del departamento- no consta en ningún momento el apellido del acusado y sí el del resto de personas que han intervendo en el proceso. También ha asegurado que no sabía que existía un procedimiento judicial abierto al respecto.
Esta profesional se ha mostrado sorprendida por la «frialdad» con la que la joven hizo su relato de los hechos, sin saber concretar fechas ni detalles y con contradicciones. «Primero dijo que le habían tocado los pechos» , ha agregado.
Entre los testigos que comparecieron en 2019 se encontraba el novio de la menor, a quien esta confesó lo ocurrido y cuya madre obligó a la chica a ir a la Policía para denunciar los hechos. También testificaron la directora del centro de menores y la psicóloga de la Sección del Menor de la Dirección Territorial de Igualdad que se entrevistó con la menor, que ni siquiera preguntaron a la menor por los abusos pese a tener conocimiento de que éstos se podían estar produciendo y no dieron cuenta a la Fiscalía de Menores de los mismos .
Después de esa primera sentencia anulada, el educador fue apartado de sus funciones, ya que hasta entonces, según explicó la propia Mónica Oltra , su departamento no tenía capacidad para evitar que siguiera trabajando en el centro, aunque la menor si fue trasladada. Tras cuatro horas de sesión y ante el cambio en las conclusiones del Ministerio Público, la vista se reanudará el 1 de marzo con las nuevas pruebas que aporte la defensa.
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