Un altercado entre reclusos en Picassent acaba con un reo con la cara destrozada por un pincho
Dos hermanos muy conflictivos agredieron al «deudor» y le asestaron varias cuchilladas, coreados por el resto del módulo
La restricción de las comunicaciones, vía de entrada de droga en prisión, la falta de comunicaciones íntimas , el miedo al contagio por coronavirus y la preocupación por sus familiares están aumentando de manera exponencia l el nivel de conflictividad en las prisiones de la Comunidad valenciana, cuyos funcionarios, sin apenas medios, tienen que hacer frente al elevado incremento de altercados de todo tipo.
Un ejemplo de ello ocurrió ayer en la prisión de Picassent (Valencia) en le módulo 2 de penados. Fue al filo de las 18.30 horas, a la subida del patio cuando dos reos que son hermanos y que acumulan un amplio historial delictivo , agredieron a otro interno con pinchos de fabricación casera. El motivo, al parecer, fue la deuda que la víctima había contraído con ellos derivada del tráfico de drogas. Así lo han explicado fuentes penitenciarias.
Durante el ataque, buena parte del módulo se dedicó a corear y animar la trifulca, dando gritos y alborotando . El asunto acabó con el «deudor» herido a causa de las puñaladas que recibió, algunas en la cara, por lo que tuvo que ser atendido por los servicios médicos del centro.
Otra reclusa golpea a una funcionaria con un palo
Y esta misma mañana, en el módulo 20 de preventivos, en la zona de mujeres, una interna extremadamente violent a de primer grado ha agredido con un palo a la funcinaria de prisiones que iba delante de ella.
Estos i ncidentes se repiten con más frecuencia de la habitual, denuncian los trabajadores. Y recuerdan que en esta prisión de Picassent el pasado Día de San José se produjo otro altercado . La tensión va creciendo por las medidas de aislamiento y las derivadas de la falta de estupefacientes.
Los funcionarios de prisiones vienen denunciando, además de estos episodios violentos a los que están expuestos, la falta de medidas de protección frente al coronavirus, como mascarillas, guantes o trajes . A ello se une el envejecimiento de la plantilla que siente que cada vez corren más riesgos en su cometido.
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