Crónicas pandémicas

«Protegiu vostra ciutat»

La Basílica de la Merced de Barcelona reabrió ayer sus puertas para volver a celebrar Misa con público

El sacerdote Fermín Delgado, en la Basílica de la Merced PEP DALMAU

Miquel Vera

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«Princesa de Barcelona, protegiu vostra ciutat» . Los gozos a la Madre de Dios de la Merced que cada 24 de septiembre recitan cientos de fieles al unísono en la basílica homónima retomaron ayer todo su sentido cuando, después de más de dos meses de estado de alarma por la pandemia de coronavirus, los feligreses de la Ciudad Condal pudieron volver a participar de la Eucaristía . Algunos aprovecharon la ocasión para dar las gracias a la patrona de Barcelona, que tiene su templo en el céntrico Barrio Gótico, a escasos metros del monumento a Cristóbal Colón .

Siguiendo las disposiciones marcadas por el arzobispo de Barcelona, el Cardenal Juan José Omella , la Misa se celebró allí con asistencia limitada e impactantes medidas de distanciamiento social. El aforo se redujo drásticamente, de 300 a 96 personas. Los feligreses, a su vez, formaron líneas en los bancos, marcados con pegatinas blancas y carteles en los que se podía leer «máximo tres personas» . Casi todos los presentes portaban también mascarillas. «Algunos tienen miedo de venir, esto va a ir poco a poco», apuntaba Esperanza, voluntaria del templo, mientras dispensaba gel de alcohol entre los asistentes. Toda seguridad es poca para evitar contagios entre los feligreses más ancianos, resolvía.

«Muchas gracias por venir esta tarde, en esta primera Eucaristía con público, después de tantas semanas», afirmó el párroco de la basílica, el mercedario Fermín Delgado , en su salutación a los fieles antes de empezar la Celebración. «En estas Misas no habrá el ‘signo de paz’ entre los fieles, la Comunión se dará en la mano y no se pasará el cepillo de donativos, quien quiera, puede aportar en las huchas. Las rejas de las capillas también están cerradas, y tampoco se puede subir a besar la patrona», contaba a ABC minutos antes de empezar la Misa. Todo se había calculado al milímetro en una tarde de nervios, mocho y fuerzas renovadas.

Venta de mascarillas en la entrada del templo PEP DALMAU

El padre empezó la Misa recordando al Papa Juan Pablo II y al fray valenciano Joan Gelabert Jofré , fundador del primer psiquiátrico del mundo en el siglo XV y ahora en proceso de beatificación. En su breve homilía, Delgado evitó focalizar su reflexión en la pandemia que desde hace semanas monopoliza la vida de casi toda la población mundial. No obstante, pidió a los fieles que se esforzaran para abrir su mente y evitar una concepción «cristo-céntrica» de la Fe basada en el sufrimiento y la cruz. En su lugar, recomendó pensar más en el Espíritu Santo , que lo invade todo, como un virus, pero que aporta ilusión y paz en lugar de miedo y dolor. Interesante reflexión para una misa que acabó, de nuevo, con la invocación de la Patrona, la «Princesa de Barcelona».

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