Guissona, angustia e impotencia ante la invasión rusa desde la pequeña Ucrania española
El municipio leridano, con una numerosa comunidad ucraniana perfectamente integrada, confía en poder dar acogida a algunos refugiados
La guerra entre Rusia y Ucrania, en directo
No hay ciudadano que no viva pegado a la televisión o al móvil estos días para conocer la última hora en Ucrania y todavía menos en Guissona (Lérida). De los más de 112.000 ucranianos que residen en España, 23.619 residen en Cataluña y este municipio es, más allá de Barcelona ciudad, la que más concentra con diferencia. Por eso, estos días están siendo un auténtico suplicio para quienes viven desde la distancia y con mucha impotencia y angustia lo que está ocurriendo en sus territorios de origen.
En Guissona, más de la mitad de la población es de origen inmigrante y la ucraniana, con 1.064 censados, es junto a la rumana la mayor comunidad. A diferencia de lo que puede ocurrir en algunos puntos, los vecinos de la zona destacan su alta integración en el municipio y en sus actividades diarias y prueba de ello es que, por ejemplo, el último sábado de agosto, coincidiendo con la Fiesta Nacional Ucraniana se organice una masiva fiesta en la que el folklore tradición rebosa por todos lados. Juegos de cosacos, karaokes y conciertos con vestidos tradicionales con camisas bordadas, además de barras de comida y bebida típica no faltan a la cita.
Otro ejemplo es la existencia de una coral local eslava. Estos días, además, se han ido viendo cada vez más banderas ucranianas en balcones del pueblo. Antes de que el conflicto estallase el jueves , y para arropar al pueblo ucraniano, a principios de semana se celebró por primera vez en Guissona un acto por el Día de la Lengua Materna en la que se dio apoyo específico a sus convecinos ucranianos. «Son muchos años de convivencia. Se han asentado muy bien, son muy estrictos con la convivencia, quieren ser una comunidad ejemplar y aportan mucho al municipio», destaca el alcalde Jaume Ars (Junts).
Muchos de ellos llegaron a este pueblo en medio de la plana de Lérida 'por culpa' de la carne a medianos de los años 90, explican desde el municipio. Y es que el grupo BonÀrea, ahora conocido más allá de Cataluña, empezó siendo una pequeña cooperativa del municipio, especializada sobre todo en carne. Y los ucranianos tienen una larga tradición en el sector cárnico . El negocio agroalimentario intensificó hace cerca de 20 años los contratos con personas en sus ciudades de origen, a quienes les ofrecía alojamiento, trabajo o incluso estudios. Todo, con la única condición de que quisieran quedarse en Guissona y formar una familia.
El éxito fue rotundo y prueba de ello es la expansión de BonÀrea y la numerosa comunidad ucraniana de la zona. Estos días, más que nunca, la integración de la comunidad eslava es un orgullo para el pueblo, que ahora espera poder incluso acoger a familiares o refugiados por la invasión rusa de esta semana. La preocupación es total.
Guissona celebró este jueves a última hora del día una concentración de apoyo a la comunidad ucraniana que congregó a medio millar de personas y en la que, como es obvio, se hizo patente que la máxima preocupación por los afectados de primera mano por la guerra es por la situación por sus familias que siguen en Ucrania. La cita acabó, como está ocurriendo estos días en muchas protestas de repulsa, con cantos tradicionales.
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