Dieciséis años de cárcel para el matrimonio que obligó a mendigar a un anciano enfermo en Barcelona

La víctima sufrió la amputación de un pie, y sus dos explotadores lo vendieron a un tercero por 400 euros

Obligado a mendigar en Barcelona: la Fiscalía pide 30 años de prisión para un matrimonio por explotar a un anciano enfermo

Dos detenidos por obligar a ejercer la mendicidad en Barcelona MOSSOS

Elena Bur�s

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Entonces tenía 71 años, y residía en Colceag, a una hora en coche de Bucarest (Rumanía). Se había quedado viudo, no tenía hijos, arrastraba problemas de salud y sobrevivía con escasos recursos, por eso aceptó la propuesta de un matrimonio para viajar a España y ejercer la mendicidad . Le trasladaron que así ingresaría 100 euros diarios y que se repartirían la recaudación al 50 por ciento.

Fue así como, en octubre de 2016, los tres viajaron en autobús hasta Barcelona. El matrimonio, Luminita M. y Vasile I., junto al anciano, se instalaron en un local del barrio de Gràcia en el que dormían sobre cartones. El mismo día en que llegaron, el hombre, que necesitaba muletas para caminar tras sufrir la congelación de los dedos de su pie izquierdo, comenzó a pedir limosna.

La pareja le quitó la muleta, la cambió por una silla de ruedas, y lo trasladaba cada día hasta el mismo lugar, donde permanecía desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche. También le sustrajeron su documentación y lo único que le daban para alimentarse era un café con leche. El anciano sobrevivía de lo que le facilitaban viandantes y vecinos . Por su problema para desplazarse, la víctima tenía que hacer sus necesidades en una botella o en una alcantarilla.

Y así permaneció durante meses, viendo agravada su mala salud. Éste motivo fue el que lo llevó de regreso a Rumanía, en marzo de 2017, para recibir atención médica. Luminita y Vasile lo acompañaron. El resultado fue la amputación de su pie izquierdo , por lo que permaneció ingresado en el hospital dos meses. Tras recibir el alta, se instaló en la casa del matrimonio.

Durante su estancia en la vivienda, ambos lo convencieron para volver a Barcelona y seguir ejerciendo la mendicidad. Con la promesa de que, esta vez sí, le entregarían la mitad de lo que recaudase. El anciano aceptó, y el 14 de junio de 2017 llegaron a la capital catalana, donde, tras pasar los días en la calle y sobrevivir en condiciones deplorables, su salud siguió empeorando y lo vendieron por 400 euros a un tercero : Remus R., que lo siguió explotando.

El anciano siguió en la calle hasta que el 28 de agosto de 2018 pidió ayuda por los fuertes dolores que sufría en un pie . Fueron varios transeúntes los que dieron la voz de alarma, y hasta la calle Gran de Gràcia se desplazó una ambulancia que lo trasladó hasta el Hospital de Sant Pau. Tras un primer examen médico, el anciano ingresó en un centro socio sanitario pero tuvo que volver al hospital un mes después.

Trata de seres humanos

Este nuevo ingreso se saldó con la amputación de su pierna izquierda. Y, tras la emisión de sendas órdenes europeas, la Policía detuvo a Luminita, Vasile y Remus entre junio de 2019 y enero del año siguiente. Ahora, la Audiencia de Barcelona los ha condenado a penas de diez años de prisión por trata de seres humanos con fines de mendicidad y, en el caso del matrimonio, a otros seis años más cada uno de ellos por un delito de lesiones graves , por la amputación de la pierna izquierda de la víctima.

Según fallo, al que ha tenido acceso ABC, los acusados tendrán que indemnizar a la víctima con 90.000 euros -30.000 cada uno de ellos- por los daños morales ocasionados. Durante el juicio, la pareja defendió que el anciano había viajado a Barcelona de forma «voluntaria» para mendigar, y negaron conocer al alcance de sus lesiones.

Para justificar la venta del hombre a Remus, subraya el tribunal, ambos aportaron una versión poco creíble, relativa a la devolución de un préstamo que no pudieron acreditar. Por su parte, el tercer acusado negó también todos los hechos, y argumentó que él también se dedicaba a mendigar sin controlar a ningún otro.

En cambio, la víctima detalló que el matrimonio lo convenció para desplazarse hasta Barcelona , pedir limosna, y repartir lo obtenido al 50 por ciento. Algo que nunca sucedió. Le quitaban el dinero y no le suministraban comida. Su versión, recalca el fallo, la corroboraron numerosos testigos. «Resulta difícil para el tribunal transcribir el sentimiento de pena e indignación que se percibía en sus manifestaciones de lo presenciado».

Aunque la Policía Nacional comenzó a investigar el caso en 2016, no consiguió localizaron a los presuntos explotadores . Fue dos años más tarde cuando la Guardia Urbana detectó que el matrimonio explotaba a la víctima, a las puertas del restaurante Botafumeiro. Varios clientes y viandantes, al ver al anciano, habían alertado a los agentes. Fue así como, tras constatar que había indicios de trata de seres humanos, las pesquisas llevaron hasta la pareja, ahora condenada.

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