Artes&Letras
Visiones quijotescas
Dos exposiciones plasman la aportación de Modesto Ciruelos y Venancio Blanco al imaginario del caballero andante
«Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata...». El autorretrato de Miguel de Cervantes en sus Novelas ejemplares ha inspirado a grabadores, pintores y escultores de cuatro siglos. No se ha podido probar que algún coetáneo plasmase los rasgos reales de Cervantes, lo que ha propiciado innumerables interpretaciones de su fisonomía a partir de su propia descripción.
Pero es su obra cumbre, El Quijote, la que ha suscitado más representaciones artísticas. Goya, Delacroix, Cézanne, Chagall, Picasso y Saura son solo algunos de los grandes creadores que se rindieron ante las aventuras del caballero andante. Entre ellos figuran también autores vinculados a la Comunidad, como Eduardo Arroyo, y castellano y leoneses como Vela Zanetti, quien realizó una serie de óleos que ilustraron una edición de Everest, además de imaginar a Cervantes en «El gran parnaso español» y «La muerte de Don Quijote», dos murales pintados en la sede de Plaza y Janés en Barcelona. O Modesto Ciruelos y Venancio Blanco, cuya interpretación de los personajes del libro son objeto de sendas exposiciones en este año de conmemoración del cuatrocientos aniversario de la muerte del escritor.
Don Quijote y Sancho Panza surcaron las páginas de ABC de la mano del pintor Modesto Ciruelos quien, de forma habitual, utilizaba los márgenes del periódico para realizar sus primeros bocetos. Era un «ritual habitual» de este artista. Después de comer, con un café sobre la mesa y un bolígrafo o lapicero en la mano, Modesto Ciruelos dejaba volar su imaginación pictórica. Así le recuerda su nieto y director de la fundación que lleva su nombre, Jesús Ausín Ciruelos. Son innumerables los cuadros del pintor burgalés que nacieron de esta forma. Después, Modesto Ciruelos recortaba cuidadosamente esos márgenes pintados y los guardaba como base de bocetos y trabajos posteriores.
De esa peculiar colección proceden los dos quijotes y tres sanchos que pueden verse hasta finales de año en el Palacio de la Isla (Burgos), sede del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. Junto a una obra inédita que Modesto Ciruelos, pionero del arte abstracto en España, pintó en los años 70. Este «Don Quijote de la Mancha» es una muestra más de la pasión del pintor por la literatura y preside una vitrina en la que, además de los dibujos pintados en los márgenes de ABC, puede verse una edición de la célebre obra de Cervantes que Ciruelos tenía en su biblioteca particular. Se trata de un ejemplar ilustrado del Quijote de la Editorial Sopena del año 1932 y en cuyas páginas puede sentirse el uso que ha tenido. Y es que, como recuerda su nieto, Modesto Ciruelos tenía en su estudio una importante biblioteca «de lector» y no era extraño verle leyendo para buscar inspiración o como descanso entre una obra y otra, especialmente, poesía española del Siglo de Oro.
«El mejor dibujo que se le hizo a Don Quijote se lo hizo Cervantes»
«El mejor dibujo que se le hizo a Don Quijote se lo hizo Cervantes», sostiene Venancio Blanco. Pero esa certeza no ha impedido que el escultor haya dedicado parte de su tiempo y de su producción al escritor y a su obra. Hace diez años que un Quijote suyo forma parte del paisaje urbano de Valdepeñas. Esa escultura de nueve metros está muy presente en la exposición «Una mirada a Cervantes», que da cuenta de su proceso creativo. El caballero de la triste figura, su escudero, los molinos y el propio escritor también encuentran su lugar en la creación más reciente del autor, esos «dibujos de desayuno» plasmados en servilletas de papel.
La fascinación por el escritor de Alcalá del escultor salmantino Venancio Blanco viene de lejos. El artista ya esculpió motivos quijotescos y cervantinos en la década de los setenta. Y el autor es uno de los personajes de referencia en su trayectoria. Su «mirada a Cervantes», de la mano del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua y la Junta de Castilla y León, vuelve a hacer cabalgar a Quijote y Sancho. Este nuevo periplo comenzó en Valladolid y concluirá en Burgos ya en 2017. Antes, se detiene en Arévalo y continuará el resto del año por Ávila, Santa Marta de Tormes, Soria, Burgo de Osma, Aranda de Duero y Palencia.
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