Educación
Profesores de la UBU estudian los efectos psicológicos de la pandemia
Analizan parámetros como los niveles de confianza y ya preparan la cuarta fase del trabajo
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Los doctores del grupo de investigación «Social Inclusion and Quality of Life» (SIQoL) de la Universidad de Burgos , Silvia Ubillos Landa y José Luis González Castro, se preparan para la cuarta fase de un Estudio Psicosocial de la Covid-19. Se realizará en marzo y permitirá tener un panorama completo del año de convivencia con el coronavirus. Para ello estudian una serie de parámetros, entre ellos la percepción de riesgo de los ciudadanos y sus niveles de confianza. El estudio ha contado con la colaboración de las investigadoras Alicia Puente Martínez y Marcela Gracia Leiva de la Universidad del País Vasco. Este trabajo está subvencionado con fondos FEDER y de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León por Orden de 19 de junio de 2020.
Las tres primeras oleadas del estudio se realizaron en los primeros diez días del confinamiento, en marzo; en el mes de abril y en junio. Los principales resultados de esta investigación señalan que, en esos primeros meses de confinamiento y medidas excepcionales, las personas afrontaron la situación utilizando, sobre todo, la auto-recompensa y gratitud, estrategias relacionadas con centrarse en los aspectos de la vida que van bien, y estar agradecido por ello. La distracción, es decir, trabajar para mantenerse ocupado y pensar en otras cuestiones con el fin de olvidar el malestar sufrido también ha sido una de las estrategias más empleadas por la ciudadanía. Sin embargo, afortunadamente, se utilizaron con poca frecuencia estrategias como el aislamiento social, el abandono psicológico. Tampoco la religiosidad o la espiritualidad fueron herramientas habituales.
Silvia Ubillos destaca la percepción de los ciudadanos sobre el personal sanitario, que resulta el mejor valorado en ese apartado. Por el contrario, la confianza en los gobiernos, tanto estatal como autonómico y local, resulta muy baja.
Entre marzo y junio de 2020, las mujeres y los jóvenes fueron quienes más estrategias de afrontamiento movilizaron para poder minimizar las consecuencias adversas derivadas de la pandemia. «Es algo que parece lógico, porque también son las mujeres y jóvenes las que se vieron más afectados negativamente en cuanto a su bienestar, estado de ánimo y salud mental», explica Ubillos. De ahí, que fueran esas personas las que más estrategias desplegaron, tanto en clave positiva -buscando apoyo social o autorecompensa- o bien entrando en situaciones de inhibición o cierto abandono psicológico. Además, esta activación y uso constante de un amplio número de estrategias podría producir un mayor agotamiento emocional.
Recomendaciones
En base a las conclusiones del estudio de las consecuencias de la pandemia en las personas, los investigadores han aportado hasta ahora una serie de recomendaciones, basadas en los resultados preliminares obtenidos durante las dos primeras semanas del confinamiento para paliar el impacto negativo de la situación, que completarán una vez conozcan la evolución en el primer año de la pandemia. Plantean la conveniencia de no evitar el contacto con las personas, no rendirse ante la situación, no pensar de forma reiterada en el malestar sufrido, no inhibir sus emociones o tratar de fingir lo que se siente y no confrontar con los que se consideran responsables de la situación.
Los autores del estudio consideran que este tipo de acciones no ayudan a paliar los efectos negativos que tiene el confinamiento y las restricciones obligadas por la pandemia sobre la salud emocional y mental. En su lugar, aconsejan centrarse en los aspectos positivos de la vida porque ayudan a concentrarse en pensamientos, a autocontrolarse y a darle un significado positivo a la situación.
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