Artes&Letras / Literatura
Poesía de la felicidad
Dos nuevas publicaciones de José Luis Puerto coinciden en su aparición, la selección «Memoria del jardín» (1977-2018), que amplia y revisa la del mismo título que llegaba hasta 2003, y «Luz de las cordilleras», que contiene íntegros «Un jardín al olvido» (1987) y «Las cordilleras del alba» (1991)
En los últimos años la obra poética de José Luis Puerto ha consumado los anhelos que albergaba en sus comienzos. Todo lo que latía en sus primeros poemas ha crecido dando lugar a una expresión desnuda, esencial y clara que está en perfecta alianza con su visión del mundo. Este poeta concibe la actividad creadora como un don añadido al de vivir y el lenguaje es, para él, la casa del ser. El paso del tiempo ha hecho que en su voz se haya obrado una purificación. Enseguida sus palabras cobraron la fuerza, intensidad y convicción necesarias para afrontar un camino en solitario que nos lega una de las escrituras más auténticas de nuestros días, una poesía que asume la verdad de todas las tradiciones y que, partiendo de la memoria de una infancia rural y humilde, ha logrado un canto universal y humanizador.
La nueva edición de Memoria del jardín -la primera salió en 2006- incorpora ahora, además del prólogo revisado de Prieto de Paula, un epílogo de María Alcalá Castilla y la selección de poemas pertenecientes a los libros posteriores al año 2003: Proteger las moradas (2008), Trazar la salvaguarda (2012) y La protección de lo invisible (2017). La edición no venal impresa con motivo de la concesión del Premio Castilla y León de las Letras 2018, titulada Luz de las cordilleras, contiene íntegros los libros Un jardín al olvido (1987) y Las cordilleras del alba (1991).
Su poesía parte de la experiencia autobiográfica para crear un relato común
Memoria del jardín permite ver la gran coherencia de la obra de Puerto. La plenitud del mundo visto con ojos aurorales, la belleza de lo más sencillo y la palabra como canto florecen en una sorprendente poesía de la felicidad que contrasta con la historia tan negra del género, una poesía de la felicidad capaz de cauterizar heridas y de consolar que concluye con la idea panteísta de la muerte como fusión con lo amado.
Las cordilleras del alba tiene el interés añadido de permitirnos, como también lo hizo La casa del alma (Eolas, 2015), encontrar narrados en prosa poética muchos de los temas que aparecen esencializados en sus poemas, unos textos que son la referencia de las experiencias reales que han hecho brotar el manantial de sus versos: El poeta de niño al que, antes de saber las primeras letras, piden en la plaza de La Alberca que recite cantares y poemas antiguos; la noche descubierta como experiencia estética agarrado a la madre cuando la luna se refleja en el agua de los surcos regados, o como plenitud amenazada durmiendo al raso entre el hermano y el padre con miedo a culebras y lobos mientras arriba brillan las estrellas; la «madre de los aires», la tormenta nombrada así por el abuelo; la pobreza habitada por la solidaridad…
El paso del tiempo ha hecho que en su voz se haya obrado una purificación
No es extraño que Puerto haya sido también un gran etnógrafo, ha buscado en las palabras a punto de desaparecer evitar el olvido, sabedor de que lo que pueda haber de sagrado en la existencia está en el lenguaje. Por eso ha escrito esos poemas que son sucesiones de nombres antiguos, nombres que aún tienen forma de palabra pero cuyo significado se ha perdido, sus versos los resucitan con la magia de los poetas, la que funda lo que perdura. José Luis Puerto vivió, como muchos de su generación, su infancia en un mundo que ha desaparecido totalmente, el mundo campesino que conoció pleno aún, completo. Su obra constituye un trabajo extremadamente profundo por extraer todo lo bueno que pudiera haber en aquel ayer para mantenerlo vivo hoy, hermanándolo con el presente al explorar sendas que comuniquen ambos tiempos. Su poesía parte de la experiencia autobiográfica para crear, más allá de la mera nostalgia, un relato común, universal y atemporal que haga feliz la experiencia humana de existir.
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