Vacunación Castilla y León

La Junta calcula que el 70% de la población habrá recibido al menos una dosis en junio

Uno de cada cinco ya ha sido vacunado y ya ve «cerca» el fin de las restricciones

Estos son los efectos secundarios de la vacuna de Janssen

Vacunación masiva en el Centro Cultural Miguel Delibes, en Valladolid HERAS

I. Jimeno

Tras una larga travesía de más de un año nadando a contracorriente contra el Covid-19 y la embestida de sus cuatro olas pandémicas que ya se han llevado la vida de más de 10.700 personas en Castilla y León, se vislumbra la «orilla». Aunque «tenemos que intentar no ahogarnos antes de llegar», agarrados a la tabla de salvación que ya están suponiendo las vacunas y sin olvidarse de seguir nadando sin soltar el flotador de las medidas que pongan freno a la propagación. «Tenemos que continuar con las medidas restrictivas, cada vez menores y lo más limitadas posibles», señaló ayer el vicepresidente y portavoz de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, en un momento en el que el Gobierno autonómico volvió a apretar el botón del cierre del interior del interior de la hostelería a partir de hoy y durante dos semanas en otros nueve municipios -incluida Salamanca capital- que superan los 150 casos de incidencia por cada 100.000 habitantes en los últimos catorce días.

Mensaje de justificación de las restricciones, pero también de optimismo. «Nos queda muy poco», señaló Igea, ahora que «estamos muy cerca de la orilla» de la mano de un «población responsable» que cumple con las medidas y, sobre todo, de una campaña de vacunación «modélica» que «está empezando a surtir efecto» y que la Junta confía en haber extendido con al menos una dosis al 70 por ciento de la población de Castilla y León «30 ó 50 días». Pero, puntualizó: «No estamos en el final. Estamos solamente en el principio del final». De ahí que a los 21 municipios de más de 5.000 habitantes y elevada incidencia que desde hace una semana tienen cerrado el interior de bares, cafeterías y restaurantes -incluidas Burgos, Palencia, Segovia, Soria y Valladolid capital- se unan desde hoy otros nueve, repartidos por todas las provincias, salvo Zamora.

Y que tampoco se relajen restricciones en las provincias con valores de incidencia y ocupación hospitalaria por debajo del riesgo muy alto que, por ahora, limita por ejemplo a un tercio los clientes el interior de la hostelería. En todas la incidencia va al «alza» y «no tiene mucho sentido» que al presentar un «crecimiento continuo, se relajen las medidas», dijo Igea. «Más -añadió- cuando no están impidiendo ninguna actividad» y sólo suponen «limitación de aforos». Así que se relajarán «cuando baje de manera sostenida» la incidencia del coronavirus y se encuentre en unos «niveles aceptables». Por ahora, recalcó, «no es momento» de cambio y sí de «restringir las restricciones lo más posible», conscientes del «sufrimiento» que padecen los sectores más afectados.

Los pacientes de la cuarta ola

Por el momento, el impacto de la cuarta ola permite tomar aire y seguir nadando. Pasados siete días de la Semana Santa, el incremento de la incidencia en Castilla y León es «continuo», pero «mucho más lento que después de Navidad», cuando se disparó de forma «abrupta» y en menos de un mes la incidencia se multiplicó por doce, recordó la consejera de Sanidad, Verónica Casado. De media, en el conjunto de la Comunidad es de 194 casos por 100.000 habitantes a catorce días y de 107, a siete. Riesgo alto, aunque con Burgos, Segovia y Soria en «muy alto» y Ávila, León y Zamora, en medio. Ha ido aumentando en todas, el índice de reproducción del virus -capacidad de contagio a otras personas por cada infectado- continúa por encima del temido uno y ayer, condicionados por el efecto fin de semana a la baja, se notificaron otros 195 casos. Un aumento en los positivos en las últimas jornadas que se deja notar «desde hace una semana» en los hospitales, con 386 ayer en planta y 138 en la UCI.

Eso sí, con un cambio en los pacientes hospitalizados. La vacunación en las residencias ha hecho que la mortalidad vinculada a las infecciones por SARS-Cov-2 prácticamente «ha desparecido» en los geriátricos. Y en los hospitales ha bajado la media de edad de los ingresados. En planta, a 67 años y una estancia media de 11 días. En las unidades de críticos, a 65,5, con una horquilla que se abre de los 24 a los 83, un periodo medio de 33 días en intensivos y un tercio ya lleva más de 40.

Un uno por ciento al día

De ahí, incidió Casado, en que el «esfuerzo» de la vacunación se deba centrar en los mayores de 60 años -e incluso rebajar la franja a los 50-, ya que es la que «más riesgo» corre, requiere más ingresos y carga con la mayor mortalidad. El momento de la vacunación, incidió la consejera, «es ahora», con una incidencia en torno a los 200 y con una continua llegada de las dosis, además de recalcar los «beneficios» de la inoculación. Eso sí, todo depende de la llegada de los viales. Este miércoles se recibirán las primeras 7.400 dosis de Janssen, pero no hay previsión de AstraZeneca, por lo que es imposible fijar un calendario certero de vacunación, apuntaron tanto Igea como Casado. Eso sí, subrayaron, Castilla y León ha demostrado que tiene capacidad de pinchar al uno por ciento de sus ciudadanos en un día, el 20% ya tiene al menos una dosis, por lo que de poder seguir con ese ritmo en «30 ó 50 días», esto es, de cara a junio, se podría alcanzar al 70% de los castellano y leoneses con al menos un pinchazo.

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