Ávila y Segovia recobran el pulso

Había muchas ganas de volver a tomar un café como es debido, en taza o vaso y sentado (dentro o fuera, en función del tiempo y de la estufa) y no en un envase de cartón o plástico y deambulando por la calle como si se quisiera ocultar un acto casi delictivo. Ayer, muchos abulenses y segovianos abandonaron el quicio de la puerta de los establecimientos de hostelería en los que cada mañana se apoyaban casi implorando una consumición y traspasaron el umbral de la misma. Fueron los primeros en iniciar una nueva desescalada (ya van dos) y ver cómo se abrían los locales de hostelería, los centros deportivos y las superficies comerciales.

La reapertura era el último cartucho para no perder por completo la campaña del «Black Friday» , como se pudo ver en el centro El Bulevar, de la capital abulense, o en el «Luz de Castilla» de la segoviana, donde la tarde de ayer fue especialmente intensa.

Ambas ciudades, fundamentalmente en su centro urbano, tienen desde ayer otro aspecto con bares y restaurantes abiertos y las terrazas ya colocadas . Sin embargo, no todos los establecimientos han levantado las persianas. Se estima que no llega a la mitad quienes, de momento, optaron por retomar la actividad.

La razón, esgrimen fuentes del sector, es evidente: en dos municipios como Ávila y Segovia, el turismo es la principal fuente de ingresos en la hostelería y con las dos provincias cerradas es evidente que no hay visitantes .

De ahí que los hosteleros reclamen, sobre todo, que se abra un «corredor con Madrid» que permita que comiencen a arribar turistas. También hay quienes esperan a que haya una mayor certidumbre para poder sacar a los empleados del ERTE e, incluso, están aquellos que prefieren que arranque el mes para abrir y que cuadren mejor los gastos. Si es que cuadran.