CRIMEN DE LA CIRCULAR

Homicidios ratifica que la anciana fallecida en el robo de la Circular tenia «signos evidentes» de violencia

La Policía confirma que en la casa de la víctima estaban ocultos 300.000 euros además de joyas y cheques

Uno de los integrantes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Valladolid, durante el juicio del crimen de la Plaza Circular Europa Press

ABC

Los 'sicarios' que perpetraron en octubre de 2018 el robo en el domicilio de María A, en la Plaza Circular de Valladolid , a resultas del cual falleció dicha mujer, de 73 años, dejaron amordazada a la víctima de tal modo que apenas podía respirar, con la boca totalmente tapada con cinta americana y sus fosales nasales parcialmente taponadas, y presentaba signos «evidentes» de haber sido golpeada.

La descripción del hallazgo del cadáver de la septugenaria, tendido boca arriba en el pasillo a unos diez metros de la puerta de entrada del inmueble, la han facilitado este viernes, en el cuarto día del juicio con jurado que se celebra en la Audiencia de Valladolid, distintos integrantes de la Brigada de Homicidios de la Policía Nacional.

Los funcionarios policiales, en declaraciones recogidas por Europa Press, han coincidido en que los autores no forzaron ningún acceso de la vivienda de la moradora, a la que hallaron con las manos sobre el pecho, la derecha libre, con varios anillos y una pulsera, y la izquierda aún con restos de cinta adhesiva, la misma que daba numerosas vueltas alrededor de la cabeza de la mujer.

«El poco aire que pudiera llegarle sería por las fosas nasales, aunque las tenía también casi tapadas por completo» , ha advertido uno de los agentes, que entiende que la anciana, durante el robo, llegó a tener las dos manos atadas con la cinta, mientras que otro compañero añadía más tarde, durante su testifical, que la mujer presentaba «signos evidentes de violencia, con un golpe fuerte en un ojo» , a pesar de que los acusados mantengan que no la tocaron un pelo.

Lo que sí parece claro, a tenor de las declaraciones de los expertos en homicidios, es que el fallido robo fue una auténtica chapuza , puesto que los tres supuestos ejecutores del mismo, a pesar de haber recibido información sobre la ubicación del botín, no llegaron a localizar la caja fuerte que se hallaba en una habitación tras una cortina.

Los autores revisaron, fundamentalmente, las tres habitaciones del inmueble, el comedor y una salita, pero no dieron con la caja de seguridad que, anclada en la pared, guardaba 199.000 euros en fajos de billetes, otros 24.000 euros en un sobre, una riñonera con gran cantidad de joyas, pagarés y talones.

Los policías también han explicado que la clave numérica de la caja de caudales fue localizada dentro de una agenda en la misma habitación, «que estaba a la vista », mientras que la llave la encontraron los agentes, gracias a la colaboración de la mujer del hijo de la fallecida, dentro del bolsillo de un abrigo en un mueble que no había sido revisado por los ladrones.

Cerca de 300.000 euros en el piso

Una semana después de estos hechos, y también fruto de la colaboración de un empleado del hijo de la anciana, integrantes de la brigada hallaron otros 75.000 euros bajo un mueble ropero , con lo que la cantidad global en metálico que los agentes contabilizaron en el inmueble se aproximó a los 300.000 euros.

Además de la inspección ocular en el escenario de los hechos, algunos de los participantes realizaron casi un año después, en diciembre de 2019, un registro en el piso de uno de los seis encausados, Antón A.M , donde hallaron las zapatillas rojas que llevaba el día del robo. «Reconoció prácticamente todo , que había participado y que habían sido los dos Gabriel quienes habían golpeado y amordazado a la anciana y le habían robado varios anillos», ha recordado el testigo policial.

Como dato anecdótico, varios de los policías, al ser interpelados por el presidente del jurado sobre si conocían a los acusados , han precisado que su primer contacto con los cinco ciudadanos de origen búlgaro eran únicamente por estos hechos y, en cambio, respecto del supuesto 'cabecilla' , el protésico vallisoletano Rubén A.R , han manifestado que ya le habían conocido anteriormente por otros hechos distintos, en alusión a que encabezó una banda dedicada al robo de coches a punta de pistola que recientemente le ha supuesto una condena de once años de cárcel.

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