Las diputaciones salen al rescate de los pueblos para evitar su aislamiento
Durante toda la jornada de ayer limpiaron los accesos a los municipios y liberaron los vehículos atrapados
La borrasca «Filomena» ha dejado su rastro en el medio rural, mayor incluso que el que se ha percibido durante este fin de semana en algunas ciudades poco acostumbradas a ver la calzada tapada por la nieve. Sin embargo, los efectos de la nevada se han dejado notar, y mucho, en los pueblos de la mayoría de las provincias, algunos situados a pocos kilómetros de grandes núcleos de población. Soria, Segovia, Ávila y Valladolid eran ayer de las más afectadas por la nieve y el hielo, aunque las consecuencias del temporal fueron visibles en toda la Comunidad.
Con unas previsiones meteorológicas más que certeras, las diputaciones provinciales estaban preparadas desde el viernes con sus operativos invernales, si bien el sábado comenzó un trabajo a destajo para evitar que los pueblos quedasen incomunicados por el corte de las carreteras de acceso. Aunque fue entonces cuando «Filomena» desplegó toda su fuerza y sí que fueron muchos los municipios a los que era prácticamente imposible entrar o salir, en la jornada de ayer había pocas localidades incomunicadas, según señalaron a ABC en cada una de las nueve diputaciones provinciales. Bien es cierto que las máquinas y vehículos quitanieves siguen empleándose a fondo en todas las vías, ya que el hielo y los ventisqueros vuelven a cerrarlas una vez abiertas.
La provincia con más dificultades era ayer Soria y lo será también hoy, a la vista de las previsiones ya que, junto con Ávila y Segovia, tienen activado el nivel rojo de alerta (riesgo importante) con valores mínimos entre 10 y 16 grados bajo cero, aunque ya en la madrugada del lunes El Burgo de Osma registró la temperatura más baja en España con -17,5 grados. De hecho, ante lo que pueda venir, el subdelegado del Gobierno en Soria, Miguel Latorre, pidió que no haya desplazamientos en los próximos días «si no es necesario». Además, hizo especial hincapié en que, si no es absolutamente imprescindible, no se utilice el coche e incluso recomendó «a los que no tengan necesidad de salir a la calle que se queden en casa puesto que la nieve se convertirá en hielo con el consiguiente riesgo para los peatones».
En el resto de la Comunidad el frío tampoco dará una tregua ya que, con aviso amarillo, los termómetros estarán entre los seis y los ocho grados bajo cero y, por si fuera poco, la niebla se desplegará en la meseta y con ella las cencelladas. La visibilidad se reducirá a los cien metros.Es por ello que continuarán las dificultades de movilidad y de acceso a los pueblos. Según fuentes de la Diputación de Soria, las mayores complicaciones estaban ayer en Buberos y Villaseca de Arciel, aunque su dispositivo sigue desplegado y ha esparcido ya 400.000 kilos de sal e, incluso, rescatado cuatro vehículos que se quedaron atrapados en la carretera de acceso a Fuentetoba.
En Ávila su institución provincial también desplegó todos sus medios y sus carreteras estuvieron abiertas, aunque lo más difícil se dio en Villanueva del Campillo y Vadillo de la Sierra. En Segovia, tampoco hay pueblos incomunicados aunque se trabajaba por evitar el cierre de El Muyo, una pedanía de Riaza. En Salamanca, la Diputación desplegó todos sus efectivos con especial atención a la zona de Peñaranda, la más afectada, mientras que en Zamora se hizo lo propio, sobre todo en las comarcas de Sayago, Tierra del Vino y La Guareña, las más afectadas.
Curiosamente, las provincias de León y Palencia han sido en esta ocasión las menos azotadas por la borrasca , aunque tampoco se libraron de la nieve y las diputaciones tienen activado todo un operativo que sigue limpiando carreteras. De la misma manera lo hacen en Burgos, sobre todo en el norte, provincia en la que, precisamente, la Guardia Civil tuvo que auxiliar este fin de semana a una mujer de 78 años de la localidad ribereña de Torregalindo que precisaba «de manera urgente» de un medicamento recetado el día anterior en el centro hospitalario al que se vio obligada a acudir.
En Valladolid, donde la nieve no es nada habitual, sus efectos más desagradables se hicieron evidentes durante todo el fin de semana con municipios, algunos muy próximos a la capital (como San Martín de Valvení) que el sábado llegaron a tener bloqueadas sus carreteras de acceso. Ayer, todos los pueblos tenían abierta al menos una vía, según señalaron fuentes de la Diputación, que informaron de que su dispositivo atendió a 120 vehículos particulares que se encallaron o se salieron de la vía y auxilio en tres ocasiones a camiones que se encontraban realizado tareas de limpieza. Se trabajó sobre 3.145 kilómetros de carreteras con el extendido de un total de 380 toneladas de sal que permitieron, además, atender las llamadas de un buen número de ayuntamientos de la provincia que habían terminado sus existencias, así como a la propia Junta.
Y mientras las carreteras de la red principal recuperaron un poco de normalidad, aún era necesario el uso de cadenas en 25 tramos de vías secundarias de la Comunidad, donde, además, no era posible transitar por 35 puertos y tramos. Continuó, eso sí, la salida de los camiones embolsados (llegó a haber más de 3.000 durante el fin de semana) y anoche quedaban menos del millar.Precisamente uno de los efectos colaterales del mal estado de las carreteras tiene como destinatarios a los ganaderos de Castilla y León que mostraron su preocupación por la recogida de la leche, ya que es «imposible» que los camiones cisterna circulen por sus zonas a causa de la nieve y el hielo. La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) añadió que los productores castellano y leoneses son los más afectados de España, puesto que están más presentes en zonas de montaña y de sierra. «Muchos tienen problemas para acceder a sus naves y cuidar a sus animales», sostuvo UPA. Además, se ha cancelado el mercado de ganados en aquellos lugares en los que se celebra los lunes.
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