Elecciones 28-A

El centro-derecha sigue sumando más en Castilla y León pese a ganar el PSOE

La suma de PP, Cs y Vox supera en 17 puntos y casi 260.000 votos a la izquierda

El socialista Luis Tudanca, durante el balance realizado este lunes de los resultados electorales HERAS

I. JIMENO

Que el PSOE ha logrado un vuelco histórico en las elecciones generales en Castilla y León es un hecho cierto tras el recuento de papeletas, que sitúan por primera vez en 33 años a los socialistas por delante de los populares en una Comunidad tradicionalmente. Pero también que a la luz de esas cifras se ve que la región no ha perdido su preferencia por el centro-derecha. De hecho, la suma de los tres partidos que ocupan este espectro -PP, Ciudadanos y Vox- es mayor, y con amplia diferencia, que la de la izquierda -PSOE y Unidas Podemos-. Además, juntos acaparan más de la mitad de los sufragios, con un 57 por ciento del total, por delante del 40 por ciento de los de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en la Comunidad. En número de papeletas, cerca de 260.000 de ventaja: más de 867.000 por unas 608.000.

Eso sí, individualmente, los de Luis Tudanca son la fuerza con más apoyos en Castilla y León. Aunque menos de uno de cada tres ciudadanos que acudieron este domingo a las urnas escogieron la papeleta del PSOE, que acaparó el 29,78 por ciento, no sólo se lleva la porción más grande en el reparto de la tarta, sino que eso también se traduce en más escaños. De este modo, del mínimo de nueve logrado en los comicios de 2015 y 2016 pasa a doce, sumando en el fondo los tres que se deja por el camino Unidas Podemos, que no ha podido mantener la representación con la que se estrenó en 2015 y repitió unos meses después en 2016.

De hecho, el desplome de los de Pablo Iglesias ha propiciado en parte esa inyección de votos que ha impulsado el auge del PSOE. Si la formación morada ha visto escapar de una cita con las urnas a otra unos 69.000 votos en Castilla y León, el PSOE ha recuperado con creces la fuga que experimentó hace casi cuatro años, sumando cerca de 115.000 sufragios más que entonces.

Fragmentación

Si en otras ocasiones fue la izquierda la que experimentó lo que es la fragmentación del voto, en esta ocasión ha sido el PP el que ha sufrido en sus propias carnes y con crudeza esa división, especialmente con la irrupción de Vox, que ha logrado casi la mitad de apoyos que los populares. Un crecimiento exponencial de 2.700 papeletas a superar las 186.000 (12,30 por ciento de los votos) que, aún así, sólo se ha traducido en un escaño para la formación de Santiago Abascal. Lo ha logrado por Valladolid, la circunscripción más grande entre las pequeñas que componen la Comunidad y en la que la pluralidad política tenía una vía un poco más amplia, como se ha demostrado, para hacerse un hueco.

El otro gran beneficiado de la fragmentación del centro-derecha en Castilla y León es Ciudadanos . En los anteriores comicios generales, la formación naranja fue la gran damnificada del reparto de escaños en base a la Ley D’Hont, pero en esa ocasión ha sacado un importante rédito a su crecimiento. Ha sumado 80.000 votos en el conjunto de la Comunidad más que en junio de 2016 que, de facto, se han traducido en que pase de uno a ocho diputados, con presencia en todas las provincias menos Soria -que sólo elige dos representantes- y rompiendo el bipartidismo y empatando a diputados con PP y PSOE en Ávila, Palencia, Segovia y Zamora. La contribución de Cs Castilla y León a la subida del bloque de Albert Rivera en el Congreso también es significativa, pues aporta un 28 por ciento del total y es la tercera mayor a nivel nacional.

266.000 papeletas menos

En el polo opuesto, el PP, que deja atrás sus holgadas mayorías y ha cosechado el peor resultado de su historia. Ni siquiera en las elecciones de 1982, entonces bajo las siglas de AP-PDP, estuvo tan abajo, pues sí concitó más de un tercio de los apoyos. Además, los populares se han quedado a casi la mitad de los apoyos que lograron en los tiempos más álgidos, como en el año 2000 y el no tan lejano 2011, cuando superaron el 55% de los votos. Y únicamente se mantienen como la fuerza más votada en Ávila y Salamanca, dos de las cuatro provincias de toda España (junto a Lugo y Orense) donde sigue mandando el azul. Medido en número de escaños, han perdido más de la mitad de su tope: 22.

En total, 248.000 papeletas menos para la gaviota que «han volado» a los «nidos» de otros partidos. Entre Cs y Vox han ganado 266.000 apoyos, casi los perdidos por el PP, teniendo además en cuenta que la participación ha subido. Un «trasvase» que revela que, pese a la pérdida de apoyos sufrida por el partido hasta ahora hegemónico, el centro-derecha sigue sumando más en Castilla y León. Entre los tres cuentan con 19 escaños por los 12 del PSOE, que llegó a tener 18 en 1982 y y 14 en 2008.

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