Elecciones generales 28-A
Castilla y León aporta más de un tercio de los senadores del PP
Suma 19 de los 56 escaños y es la única comunidad con dominio popular
La caída del peso del Partido Popular a nivel nacional también es significativa, al pasar de 130 a 56 escaños. Y si en algo ha podido mantener aquí el tipo la formación de Pablo Casado se lo debe a Castilla y León. En la cámara de la representación territorial, la Comunidad más extensa y con más provincias será el grueso del escuálido Grupo Parlamentario Popular, aportando más de un tercio de sus señorías.
Pese a la notable pérdida de escaños que también ha acusado aquí el PP, Castilla y León es la única comunidad que mantiene el dominio azul en las elecciones al Senado en un mapa fundido en su mayoría a rojo con las contadas excepciones de Cataluña, País Vasco, Navarra y Galicia, donde en general se han impuesto los nacionalismo. En total, con acta del PP habrá 19 senadores, que son ocho menos que los logrados en 2016, cuando se hizo con tres de las cuatro actas en juego en cada provincia. Ocho a restar que van directamente al PSOE, que pasa del mínimo de nueve a 17, dando al traste con la hegemonía mantenida hasta ahora por los populares. El PP continúa como el más respaldado en Ávila, Salamanca, Segovia y Zamora, las cuatro provincias en las que consigue tres senadores. Empata en el reparto a Palencia y Soria, mientras que en Burgos, León y Valladolid se da el vuelco y los socialistas se hacen con tres actas.
Grandes diferencias
En la Cámara Alta, el bipartidismo sigue mandando en Castilla y León, donde otras fuerzas -concurrían candidatos por 14 formaciones políticas- continúan sin «rascar bola» y no logran representación.
En el caso de los senadores electos del PP -a falta del recuerdo de los votos de los residentes en el exterior- llama la atención las sustanciales diferencias de apoyos que hay en buena parte de los casos entre el primero y el segundo con más respaldos, dado que son listas abiertas y se vota a la persona. Sobre todo, en las tres provincias en las que ha perdido la mayoría. El caso más llamativo es el de Valladolid donde el primero de la lista popular -José Ángel Alonso- fue el segundo más votado en esta provincia, pero para encontrar al siguiente del PP hay que descender hasta el sexto puesto, a más de 23.000 votos de distancia. También en León la diferencia es sustancial. Javier Santiago Vélez ha cosechado 14.000 sufragios más que Esther Muñoz. Y en Burgos, la otra provincia en la que el PP ya no domina en la Cámara Alta Javier Lacalle ha sumado unas 7.400 «x» más que Cristina Ayala.
Esa apuesta por el llamado 1+1+1 consistente en diversificar el voto entre distintas candidaturas en una hipotética búsqueda de impedir la mayoría del PSOE en el Senado puede ser la causa de esas diferencias por más que sea cierto que siempre en este recuento no todos los integrantes de una lista suman igual.