Acuerdo PP-Vox: La oposición, contra el «pacto de la infamia»

Rechazan «decepcionados» la alianza PP-Vox y lamentan en su mayoría que los populares «cedan», pero la unión se rompe a la hora de buscar «responsables»

El socialista Luis Tudanca, ayer durante el pleno HERAS

M. Gajate

Si PP y Vox sellaban ayer una alianza que argumentaban como la única alternativa posible , en el otro lado del hemiciclo la ‘oposición’ hacía de la literalidad de su bloque su bandera y rechazaba al unísono que el acuerdo adoptado fuera la mejor solución. «Tristes» y «decepcionados», todos, sin excepción, criticaron una coalición que da entrada a los de Santiago Abascal en las instituciones, si bien entre la piña surgían también los desacuerdos sobre el «responsable» del pacto de Gobierno.

La jornada había sido larga. Tras un pleno que incluso se enquistó en unas votaciones con más papeletas que escaños que obligaban a repetir el paseillo hasta la urna, al término de la constitución de las Cortes el día no se daba aún por concluido. PP y Vox rendían cuentas de su acuerdo y la oposición escuchaba aún con la resaca de una negociaciones frenéticas los detalles para después, uno por uno, cada cual con la cara más desencajada que el anterior, desfilar ante la prensa para dar su punto de vista, una valoración compartida en contra de una alianza que no sólo sancionaban sino que decían era «aún peor de lo que esperábamos», aseguraba el socialista Luis Tudanca, que calificaba el de ayer como «el día de la infamia».

Visiblemente enfadado, el líder del PSCL afirmaba que en el PP «estaban dispuestos a todo para seguir con el poder, sólo estaban discutiendo el precio», y lamentaba una «convocatoria electoral irresponsable» con la que aseguró que el popular Alfonso Fernández Mañueco buscaba un «gobierno fuerte», pero que ha desencadenado, a su juicio, en una coalición «débil», con uno de sus integrantes «arrodillado» ante su socio. «El PP se han humillado», dijo.

Y es que entiende Tudanca que tras la negativa de las últimas semanas de los populares a una coalición y su insistencia a un Gobierno en solitario «veinte minutos antes» del pleno se ha «cedido en todo» ante los de Santiago Abascal. Una decisión de la que responsabiliza tanto a Mañueco como al candidato a la presidencia del PP nacional, Alberto Núñez Feijoo, asegurando que ambos «han unido su destino a Vox en un camino sin retorno» y se han «cargado a Pablo Casado» que rechazó la alianza.

Similar reacción despertaba el pacto en las filas leonesistas. Luis Mariano Santos, que votará en contra de la investidura de Mañueco pese a abstenerse ayer, apuntaba que «no se puede ser peor negociador y conceder más». «Ha cedido y concedido absolutamente todo» a Vox, decía de los populares.

En cuanto a las negociaciones con el PP se refiere quienes más rechazo manifestaban ayer eran los de Soria ¡Ya!, que a su llegada a la política les ha recibido una intensa batalla en la que dijeron haberse sentido «utilizados». Después de semanas de reuniones concretando incluso puntos de encuentro de cara a la legislatura, las conversaciones frenaron al alcanzarse un acuerdo con Vox. «Éramos su Plan B», reconocía el parlamentario Ángel Ceña, quien lamentaba que hubieran estado «jugando a dos bandas» con ellos y con quienes finalmente el PP ha escogido como aliados.

«La peor de las noticias»

Quien fuera socio de Mañueco, el procurador de Ciudadanos y exvicepresidente de la Junta, Francisco Igea , lamentaba un acuerdo «desgraciado» en el que también advertía una cesión por parte de los populares. «Da la impresión de que el lobo se ha comido a la abuelita y se ha puesto el disfraz», aseguraba antes de augurar que la nueva alianza tiene como fecha de caducidad las elecciones municipales «o antes».

Que Vox tenga «cabida» en las instituciones de Castilla y León es la «peor de las noticias para esta tierra», exacerbaba, por su parte, el portavoz nacional de Unidas Podemos y único parlamentario de la formación, Pablo Fernández , que acusaba a Mañueco de haberse «bajado los pantalones» y haberse «doblegado» ante «todas las pretensiones» de los de Santiago Abascal.

«Hoy sólo han ganado trece», añadía el procurador de Por Ávila, Pedro Pascual, en relación a los escaños de Vox mientras lamentaba no haber negociado con Mañueco. «Para estos señores, Ávila no existe», dijo.

La unidad de la oposición de frontal rechazo al acuerdo se rompió eso sí a la hora de buscar ‘culpables’. Tudanca, que cargó contra Soria ¡Ya!, Por Ávila y UPL por no votar «en contra de la extrema derecha» y «ponerse de perfil», apuntó que la «única responsabilidad es del PP» porque había «otros caminos que ni siquiera exploraron» en relación a unas fallidas negociaciones con el PSOE que fracasaron a los quince minutos de empezar. Sin embargo, populares y algunos de los minoritarios le achacaban ser el causante del pacto por no abstenerse y facilitar el gobierno en solitario de Mañueco.

En esta línea, el leonesista Luis Mariano Santos afirmó que «sólo había un partido que podía hacer algo para evitarlo -en referencia a los socialistas-» y que está, dijo, «interesado» en la unión de Vox y PP; e Igea lamentaba que «ni en sus peores horas» los grandes partidos sean «capaces de llegar a acuerdos» habiendo aceptado el PSOE la abstención.

Soria ¡Ya!, el otro negociador de este arranque de legislatura mostraba su conciencia tranquila por haber hecho «todo lo posible». Ofreció al PP la abstención «con la que les valía» con mayoría simple para lograr la Presidencia de las Cortes, pero han pactado con Vox «porque han querido. No hay excusas». Los tres escaños sorianos no habrían sido suficientes para la investidura, que requería que o los de Santiago Abascal o el PSOE se abstuvieran.

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