El TSJ de Castilla-La Mancha confirma la sentencia de abusos sexuales de un sacerdote de Talavera a una menor

La sala, presidida por Vicente Rouco, aumenta la responsabilidad civil por daños morales de 50.000 a 100.000 euros

«Se sigue haciendo justicia después de tanto como hemos sufrido y después de tanto tiempo», celebra María Victoria Vega, la abogada de la víctima

El sacerdote, durante su declaración en la Audiencia de Toledo el 29 de junio EFE/Ángeles Visdómine

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La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla-La Mancha ha desestimado íntegramente el recurso presentado por el sacerdote José Luis G. M. , que fue condenado por abusos sexuales a una menor por la Audiencia Provincial de Toledo en julio.

En su sentencia de apelación, la sala confirma la pena de 8 años y 6 meses de prisión por un delito continuado de abusos sexuales con acceso carnal, así como todas las penas accesorias, según ha informado el TSJ este viernes.

El fallo está fechado el 24 de febrero, el día del cumpleaños de María Victoria Vega, la abogada de la víctima, que ahora tiene 24 años y es una estudiante brillante . «Cuando me preguntaban qué quería de regalo, siempre contestaba que la sentencia de apelación fuera favorable», contaba a ABC la letrada, que ha conocido el veredicto al recibir la llamada telefónica de este periódico. «Se sigue haciendo justicia después de tanto como hemos sufrido y después de tanto tiempo; ya tengo regalo de cumpleaños», añadía emocionada.

En la misma resolución se estima parcialmente el recurso de apelación de la víctima, que había solicitado el incremento de la indemnización acordada por la Audiencia Provincial de Toledo. El TSJ dobla la responsabilidad civil por daños morales, al pasar de 50.000 a 100.000 euros , un aumento que también ha sorprendido gratamente a la letrada.

No hubo un móvil espurio

En los Fundamentos de Derecho de la sentencia de apelación, la Sala de lo Civil y Penal entiende que la declaración de la víctima sobre los abusos sexuales ocurridos durante varios años fue suficientemente corroborada en el juicio celebrado en la Audiencia toledana. En su resolución, cuya ponente es la magistrada Carmen Piqueras, descarta el móvil espurio, la falta de credibilidad y la falsedad en el testimonio de la mujer alegados por el sacerdote.

La sala está presidida por Vicente Rouco, máximo responsable del TSJ de la región y sobrino del cardenal Antonio María Rouco Varela. Fundamenta la veracidad de la versión de la víctima en varios aspectos que se pudieron analizar durante la vista oral en el tribunal toledano: el testimonio del padre de ella y la falta de credibilidad en el testimonio de la madre, con la que el sacerdote mantuvo una relación sentimental. También subraya la fuerza probatoria de la prueba pericial vista durante el juicio (historia clínica de la víctima y el testimonio de la médico psiquiatra, testigo-perito en el juicio, que ha tratado durante los últimos años a la mujer).

En el fallo de la Audiencia de Toledo se narran igualmente los exorcismos que el cura practicó a la joven, de la que abusó sexualmente en uno de ellos. Y se recoge la grave situación psíquica de la víctima, que requirió varios ingresos en centros sanitarios, y a los cortes que luego se hizo en los brazos «como autocastigo».

La sentencia de apelación, contra la que cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo, no condena a la Iglesia como responsable civil subsidiaria en este caso porque no ha sido parte personada en el procedimiento judicial. «Ahora nos veremos en el Supremo», vaticina la letrada María Victoria Vega.

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