La vida errante de Miguel Ángel que acabó en tragedia

Nacido en Bilbao hace 58 años, falleció atropellado en la autovía de los Viñedos el sábado por la noche

Su cadáver está en el Instituto de Medicina Legal de Toledo desde el domingo sin que ningún familiar lo haya reclamado

Miguel Ángel estuvo en este albergue de Cáritas de Toledo del 15 al 17 de octubre

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El cadáver de Miguel Ángel García Bilbao descansa en una cámara frigorífica del Instituto de Medicina Legal de Toledo desde la madrugada del domingo. Ningún familiar de este bilbaíno de 58 años se ha interesado por él de momento. Y el tiempo corre insoslayable: si en el plazo de dos semanas nadie reclama sus restos, Miguel Ángel dormirá el sueño de los justos en el cementerio municipal de Toledo por orden judicial.

También puede ser que ningún familiar suyo sepa siquiera que Miguel Ángel ha muerto, y para más desgracia de una manera muy trágica. El sábado por la noche falleció atropellado en la CM-42 (autovía de los Viñedos) dentro del término municipal de Mora, en la provincia de Toledo. Eran las nueve y media cuando su existencia se truncó en el kilómetro 23. Pero no han trascendido las circunstancias del funesto fallecimiento: si murió arrollado cuando caminaba por el arcén, al cruzar la carretera o quiso dejar su vida en el asfalto.

Llevaba su DNI entre sus ropas , pero no se sabe hacia dónde se dirigía. Iba de albergue en albergue por sus propios medios, aunque se desconoce si cobraba alguna pequeña prestación económica. Porque cada errante, cada vagabundo, es un mundo.

En la provincia de Toledo hay pequeños albergues, como en Villacañas y en Mora, donde los transeúntes pasan una noche; y hay otros más grandes, como en Talavera y en la capital de Castilla-La Mancha.

De Miguel Ángel se acuerdan en el albergue «Cardenal Gonzalez Martín» de Toledo , un centro de acogida en la calle Aljibes, 12, en pleno casco viejo. Allí pernoctó del 15 al 17 de octubre, dos noches en total; el tiempo máximo que se permite estar a un transeúnte cada tres meses.

El bilbaíno era callado cuando estaba en ese albergue de Cáritas Diocesana, donde hay 22 plazas para hombres, 3 para mujeres y otras 7 vacantes para media estancia. Se les da desayuno, comida y cena, además de ducha y el lavado de su ropa. «Miguel Ángel era una persona aseada y poco habladora» , recuerda Diego Gafo, trabajador social de este centro, que Miguel Ángel visitaba desde 2011 según los cálculos de Diego. «Me da mucha pena, tío; trabajo con ellos y termino queriéndolos», confiesa Gafo, que se ha enterado de la muerte del errante por ABC esta misma mañana.

Precisamente en el albergue «Cardenal Gonzalez Martín», una de las últimas moradas de Miguel Ángel, habrá este martes una jornada de puertas abiertas con motivo del Día Internacional de las Personas Sin Hogar, que se celebrará el 27 de octubre con el lema «Ponle cara». El bilbaíno fue uno de ellos.

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