Lucía, la toledana de 16 años que representa a España en un concurso de chino: «Este idioma puede abrirme multitud de puertas»

«Creo que mi habilidad para aprender idiomas y mi amor por ellos vienen de mis abuelos», dice la estudiante de Cobisa, que se prepara para superar la fase europea de 'Puente a China'

Bailando danza tradicional Han Fotos: María Ángeles Díaz y Rocío García

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Las teclas del ordenador no son capaces de reproducir los caracteres de la primera expresión que la toledana Lucía García Díaz aprendió en chino. Fue ‘ni hao’ , que significa hola. Así la recibió, el primer día de clase, su profesora Gloria. «No sé su nombre en chino», admite Lucía, de 16 años y que en septiembre empezará primero de Bachillerato.

«Tengo un nivel de chino intermedio. Tengo el certificado de HSK2, que equivaldría a un A2 de inglés; y me estoy preparando para el HSK3 o B1», explica Lucía, que ya es capaz de mantener conversaciones sobre la vida cotidiana, con amigos o para ir a comprar a la tienda. Y en las clases también intenta hablar «todo el rato en chino, para así alcanzar una mayor fluidez».

Esta joven de Cobisa, que también estudia inglés y francés, es la representante española de Enseñanza Secundaria en el concurso mundial Puente a China para alumnos universitarios y de Bachillerato y ESO.

Ha ganado la fase nacional, ayudada por su profesora Sisi, y ya prepara el primer examen a nivel europeo que seleccionará a los seis mejores. Después habrá otra prueba en la que se decidirá qué tres concursantes del continente participarán en la semifinal mundial.

Será el último escalón antes de llegar a la final, que se celebra en China y que convoca la sede central del Instituto Confucio, una institución no lucrativa cuyo objetivo es promover la lengua y la cultura chinas entre los jóvenes de diferentes partes del mundo, donde se encuentra también el Instituto Confucio.

Sin embargo, todo el concurso deberá realizarse a través de internet , como sucedió la pasada edición, ya que no se puede viajar a China debido a la situación sanitaria provocada por el covid-19 este año.

Lucía escribe caligrafía china

Pintar bambú

Para llegar a ser la representante de España en el concurso, Lucía se apuntó a clases de caligrafía y dibujo chino. Primero superó la fase regional del Instituto Confucio de Castilla-La Mancha y tuvo tres pruebas en la final nacional.

La primera consistió en hablar en mandarín durante dos minutos sobre el tema 'Aprendiendo chino, un futuro mejor'. Después debió responder a cuatro preguntas sobre cultura, historia y sociedad china. Por último, contó con la ayuda de su madre, María Ángeles, y de su hermana, Rocío, para elaborar un vídeo en el que mostró sus destrezas artísticas relacionadas con la cultura china. En su caso, bailó un fragmento de la danza tradicional Han, pintó bambú y peces kois, y escribió caligrafía china.

Lucía comenzó a estudiar chino en 2017 , cuando el Instituto Confucio abrió su sede en Toledo. «Tanto la cultura como el idioma chino desde siempre me han atraído, a pesar de que no tengo ningún familiar o amigo que lo estudie o sea chino ». Cuenta que, antes de poder estudiarlo, investigaba por internet cosas sobre su cultura y el idioma, «haciendo que mi interés creciera cada vez más».

No tiene familiares que hablen chino, pero sus abuelos sí tuvieron que defenderse en otras lenguas. «Creo que mi habilidad para aprender idiomas y mi amor por ellos vienen de mis abuelos», dice Lucía.

Su abuelo Fernando, ya fallecido, era conductor internacional de autobuses. Hablaba francés y se entendía en inglés e italiano. Su abuelo materno, José, trabajó como metre en un hotel de Palma de Mallorca y habla inglés, francés y danés.

Profesora de español

Sobre la dificultad del chino, Lucía cree que no hay una cosa más difícil que otra. «Puede que los caracteres, que son símbolos que designan palabras, parezcan muy difíciles de estudiar, pero con esfuerzo y su uso diario al final se aprenden de memoria », opina. «Sin embargo, sí pienso que la pronunciación es una cosa muy importante y que me resulta un poco difícil, ya que hay cuatro diferentes tonos con diferentes pronunciaciones; y, si no se dicen bien, la palabra puede cambiar completamente de significado», explica.

De su futuro profesional, asegura que el chino puede abrirle «multitud de puertas, ya que la cultura y empresas chinas se están expandiendo cada vez con más rapidez a lo largo de todo el mundo. Así, si en cualquier trabajo me piden como requisito hablar chino, o dos idiomas, sería la candidata ideal ». Porque el objetivo de Lucía es irse a China para trabajar como profesora de español en alguna universidad. «Así podría compartir la cultura española con el mundo y vivir en un país tan apasionante para mí». Su puente al país oriental está cada vez más cerca.

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