El azote de aluniceros como «el Goyito», «el Piojo» y José Eloy

La Policía Judicial de la Guardia Civil de Toledo ha detenido a varios de los más conocidos en los últimos años

Arriba, de izquierda a derecha: el Piojo, el Goyito y Jaime Vidal. Abajo, de izquierda a derecha: Díaz Menasalvas, José Eloy y Ángel Cantó ABC

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«Esto no tiene nombre. ¡Qué impotencia! Operaciones que cuestan al Estado un dineral y los delincuentes no entran en la cárcel. ¡Tú, jugándotela con ellos durante meses para nada!». Es la reacción de un antiguo miembro de la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Guardia Civil de Toledo al leer la información de ABC en la que varias víctimas del alunicero Gregorio Rodríguez García , alias el Goyito , no ocultan su indignación.

No entienden cómo este delincuente y cuatro de sus compinches, que acumulan decenas de antecedentes policiales y penales, están otra vez en la calle después de pasar por un juzgado con un buen puñado de presuntos delitos. A eso se une que el Goyito aceptó en julio una condena de dos años y ocho meses de cárcel, después de alcanzar un acuerdo con la Fiscalía de Madrid por diez robos en esa comunidad autónoma.

El interlocutor enfadado sabe muy bien de lo que habla porque ha pertenecido a la Guardia Civil durante cuarenta años, muchos de ellos en la UOPJ de Toledo. Esta unidad es un azote de los aluniceros que delinquen en la provincia, muchos de ellos procedentes de Madrid y con una horquilla de edad entre los veinte y los treinta años.

Viejos conocidos

José Eloy López Sánchez (ahora en prisión), el Goyito , Manuel Díaz Menasalvas, Jaime Vidal López, Jonathan Moñiz Alcaide, alias el Piojo , o Ángel Cantó. Son viejos conocidos de los agentes que tienen su base en la vetusta comandancia de la toledana avenida de Barber.

Su última operación, en colaboración con compañeros de Madrid y con la Policía Nacional, ha sido muy sonada por la puesta en libertad con cargos del Goyito y cuatro de sus compañeros de fechorías, a los que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado han imputado 52 acciones delictivas. Cayeron este otoño después de varias semanas de investigaciones y largos seguimientos, que concluyeron con una espectacular detención de los cinco en el aeropuerto Madrid-Barajas.

En los últimos años, la UOPJ de Toledo ha tenido otras intervenciones cruciales y ha sumado decenas de aluniceros apresados. Entre las más recientes está la Operación Enduro-Wizard, que permitió el esclarecimiento de 51 delitos cometidos presuntamente por un grupo criminal en Toledo y en Madrid, muchos de ellos durante el primer estado de alarma por la pandemia.

La operación, que se realizó junto con la Policía Nacional , se saldó con 20 detenidos, algunos gracias a la ayuda de un helicóptero. Les acusaron de robos como el de un concesionario de Ocaña, de donde sustrajeron ocho motocicletas, o el cometido en Tembleque sobre un conductor, al que sustrajeron un camión portavehículos amenazándole con un arma blanca.

Se intervinieron un subfusil (metralleta) y tres armas cortas listas para ser usadas, lo que deja a las claras que los aluniceros van armados. Unas son de fuego, pero también gastan machetes y katanas, como las que incautaron al Goyito y a su banda hace unas semanas.

Operación Enduro-Wizard

No suelen emplear armas en sus delitos hasta que se ven en la necesidad. Sucedió en noviembre de 2018 con el Piojo en una urbanización de Ontígola, donde protagonizó un tiroteo con los agentes de la UOPJ de Toledo que lo esperaban. Recibió dos disparos, uno en cada pie, antes de ser esposado. Conducía un Mercedes con 600 caballos de potencia. Con él embistió para huir de los guardias civiles cuando regresaba con tres compinches de un atraco en Córdoba ese mismo día por la tarde .

Realmente, el arma más peligrosa de los aluniceros son los vehículos de alta gama que sustraen para dar los golpes, y a los que a veces cambian las matrículas después de llevárselos de talleres mecánicos principalmente. Audi Q7, BMW X5 y X6 están entre sus preferencias. Con uno suelen dar el toque justo para reventar un cierre aunque, en caso de destrozar el automóvil, ya tienen otros para transportar la mercancía sustraída. También utilizan vehículos pequeños robados para asuntos de menor entidad y para vigilar posibles objetivos.

Teléfonos móviles

El género arrebatado suele ser caro para que el golpe les salga rentable. Su principal objeto de deseo son los teléfonos móviles de alta gama para darles salida rápidamente a través de intermediarios. Lo intentaron con las 3.000 unidades que robaron en una nave industrial de Seseña, aunque la UOPJ de Toledo detuvo luego a once ladrones en la Operación Javilo. Además, los agentes recuperaron 2.451 terminales móviles de la marca Xiaomi, valorados en cerca de 600.000 euros; dos escopetas con los cañones recortados, dos armas cortas, abundante munición y 6 vehículos de alta gama empleados para sus fechorías.

Igualmente, los aluniceros tienen predilección por la ropa de marca, los perfumes y las salas de juego, donde entran en acción sus otras herramientas de trabajo, los picos y las mazas, para reventar las máquinas tragaperras que se les pongan por delante. Y asaltan joyerías y naves industriales, aunque en la Operación Visanto de la UOPJ de Toledo cayeron cuatro ladrones.

El famoso y el más listo

Los aluniceros se retroalimentan entre ellos. Se van moviendo de una banda a otra y llegan a formar organizaciones criminales. Son estables, se distribuyen las funciones y cada uno tiene una especialidad. Todos son capaces de coger una maza, dar golpes y hasta hacer butrones. Algunos tienen más facilidad para arrancar los vehículos robados y otros conducen muy bien, como Díaz Menasalvas y Vidal López, sin importarles la vida de los demás.

El Goyito , también muy habilidoso pilotando, es uno de los aluniceros más renombrados de España. Sin embargo, hay voces que aseguran que José Eloy, menos conocido, es mucho más listo. «No encontrarás una fotografía de Eloy en las redes sociales; se cuida mucho», subrayan.

Pero el misterio que recorre estos días comisarías de Policía y cuarteles de la Guardia Civil es otro: ¿por qué el Goyito está en la calle? «Sigue delinquiendo y lo ponen en libertad cuando es detenido, a pesar de tener una condena firme de dos años y ocho meses de cárcel», lamentan. Sin embargo, este sonado delincuente no volvió a pisarla después de la sentencia de conformidad que firmó en julio. Ya había cumplido más de tres cuartas partes de su condena al haber estado en prisión preventiva por cometer diez robos en dos semanas.

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