Toledo
«El Covid-19 no debe frenar nuestro trabajo en el campo»
Francisco Javier Rodríguez Salinas es tractorista y como conocedor del campo pide que se reconozca el trabajo de los agricultores
Francisco Javier Rodríguez Salinas (Talavera de la Reina, 1975) vive en Vegas de San Antonio, un pequeño pueblo cercano a Malpica de Tajo y a Talavera (Toledo), junto a su esposa y sus dos hijas de 14 y 9 años, unas apasionadas del campo y seguidoras incondicionales de su labor como tractorista , que desempeña en la Bodega Osborne donde trabaja desde hace un par de años.
La vitalidad de Francisco Javier se percibe cuando arranca a hablar del campo por la línea telefónica. Con 45 años, dice que ha hecho de todo. Ha sido emprendedor, junto a su hermano, pero la cosa no funcionó y tuvo que ponerse a trabajar por cuenta ajena. Afortunadamente está en una empresa en la que se siente a gusto, a la que llega a las 7:30 de la mañana hasta las 15:30 horas, cuando finaliza la jornada.
Francisco Javier presume de ser muy cuidadoso en su trabajo y cumplir con todas las pautas que le marcan sus jefes. Tras ponerse el mono de trabajo, departir con sus compañeros sobre lo que está ocurriendo en España y las preocupaciones que deparará el futuro, se mete en faena. Las tareas se las asignan. Un día se tiene que subir en el tractor, otro dedicarse a arar, a fumigar las viñas para quitar las hierbas y tratarlas con herbicidas.
«Es una jornada intensa pero todos estamos poniendo lo mejor que tenemos para garantizar que los caldos de la bodega sean los mejores. La verdad es que el tiempo pasa muy rápido cuando estás en el campo. Y es una forma de hacer frente al Covid-19 y garantizar la producción», responde.
El gusanillo por trabajar en el campo lo lleva en la sangre, dice mientras rememora que cuando era un niño, con apenas siete años, acompañaba a sus padres y abuelos a trabajar la tierra. «Mis hijas quieren dedicarse a la agricultura y yo les digo que no. Que no puede ser. Sé que cuando sean mayores harán lo que quieran. Trabajar la tierra y ver que da sus frutos es una gran satisfacción», afirma el tractorista.
En cuanto a la situación de los agricultores, Francisco reconoce que la llegada de esta pandemia sanitaria paró las manifestaciones que estaba realizando el sector para reivindicar sus derechos. «Los políticos tienen que valorar el trabajo de la gente del campo. Se deben garantizar unos precios que cubran los gastos de producción», explica como buen conocedor del sector.
Lamenta que debido a esta situación y al poco consumo, productos como la coliflor, el repollo, el tomate y la acelga estén teniendo bastantes problemas por los costes y el cierre de colegios y restaurantes. «Debemos estar unidos. Es la única manera de conseguir que se reconozca nuestro trabajo», concluye mientras insiste en que hay que apoyar «de verdad» a los agricultores y ganaderos.
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