«Aunque hay compañeros infectados, la moral sigue alta»
Lucas Arroyo Urgelles es conductor de ambulancias en la provincia de Toledo
Lo que ha visto y vivido en las últimas semanas Lucas Arroyo Urgelles (Madrid, 1989), formará parte de ese álbum laboral que recordará en su vejez. Conductor de ambulancia en Toledo desde hace 10 años, se siente desbordado, como muchos de sus compañeros, por la sobrecarga de trabajo en la pandemia de coronavirus. Con el ánimo intacto, afirma que él, y el resto del equipo, «estamos para ayudar en todo lo que haga falta; las horas pasan volando en esta grave situación».
Reconoce que los primeros traslados los hizo con nerviosismo e incertidumbre, «pero cuando ya se han realizado dos o más, el sentido de la responsabilidad se agudiza intentando no cometer errores y transmitiendo tranquilidad a pacientes y familiares. Aunque hay miedo de contagio, la profesionalidad debe ser lo primero en nuestro oficio», afirma con rotundidad este joven que llegó muy pequeño a Toledo, ciudad de la que presume y donde comparte su vida junto a su pareja, su familia y sus amigos de infancia.
Lucas, que se considera una persona optimista, afirma que a pesar de que hay compañeros infectados, «la moral sigue alta y muchos en sus días libres se prestan como voluntarios para dar cobertura a todos los traslados y quitar carga de trabajo a los demás». Reconoce así el trabajo de sus compañeros porque «tienen familias a las que ponen en riesgo y todos somos seres humanos con miedos e inquietudes», puntualiza.
En ese trajín diario, el joven conductor explica que todos están obligados a cumplir una serie de protocolos, aunque cambian constantemente porque la epidemia evoluciona rápidamente. Deben trasladar a los pacientes afectados por el Covid-19 por un lugar determinado del Hospital Virgen de la Salud de Toledo, para no poner en riesgo al resto del complejo hospitalario.
Con una escasa equipación de protección, afirma que hacen verdaderas proezas, compartiendo a veces batas y gafas. «La labor de los conductores está siendo encomiable, al igual que la del resto del personal como son limpieza, seguridad, celadores y admisión. Son muchas veces los grandes olvidados y estamos en primera línea todos los días, al igual que el personal sanitario».
Sobre el reparto de funciones, Lucas afirma que se han designado conductores para hacer los traslados del Covid-19, ya que continúan las sesiones de hemodiálisis y oncológicas, «y con ellos debemos tener especial cuidado y no exponerlos al contagio».
Después de la larga jornada, cada conductor se encarga de desinfectar y poner a punto su ambulancia. «Para trasladar a estos pacientes nos vamos rotando porque a todos nos genera mucho estrés. Todos somos un equipo».
Finalmente, Lucas quiere transmitir un mensaje de tranquilidad y subraya que gestos como lavarse las manos y mantener la distancia de seguridad pueden salvar vidas. «Sabemos que es difícil, pero quedarse en casa debe ser la prioridad», concluye para seguir inmerso en su trabajo.
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