Los vendedores ambulantes demandan «flexibilidad» a Sanidad
Unas 500 personas se manifiestan en Toledo por lo «ilógico» de las trabas a su actividad
Alrededor de 500 personas se manifestaron este jueves en Toledo, convocados por la Asociación de Vendedores Ambulantes de Castilla-La Mancha , para protestar por las medidas especiales que las administraciones han tomado como medida de precaución contra el coronavirus y que están dificultando su trabajo.
Los vendedores ambulantes consideran que no se está respetando su derecho al trabajo y que las acciones dictadas son demasiado restrictivas con el sector , que desarrolla su actividad al aire libre y cumple todas las medidas de seguridad. La concentración organizada por la asociación se reunió desde las 10:00 horas en el parque de la Vega, donde los martes se celebra el tradicional mercadillo.
Después se inició una marcha que recorrió varias zonas del casco histórico de Toledo, como la Puerta de Bisagra y la plaza de Zocodover, para concluir frente al Palacio de Fuensalida, sede de la Presidencia del Gobierno de Castilla-La Mancha. Allí los convocantes leyeron un manifiesto ante cerca de 500 personas, según los cálculos de la Policía Nacional y de la propia asociación.
El presidente de los vendedores ambulantes de la región, Vicente Jareño, declaró a EFE que le parece «ilógico» que no se les permita ejercer su actividad, ya que la desarrollan al aire libre, con la amplitud suficiente y con las medidas sanitarias que se les exigen. Además, denunció que las medidas de reducción del número de puestos en los mercadillos e incluso prohibirlos en las localidades con más casos de coronavirus está afectando a más de 2.000 familias de Castilla-La Mancha.
«Defendemos el cien por el cien de los puestos, con las restricciones que nos exige sanidad, como el 50 por ciento de aforo, pero que en ningún momento nos restrinjan el número de puestos», añadió Jareño.
Dispuestos a tolerar
Según el manifiesto leído frente a las puertas del Palacio de Fuensalida, la asociación considera que «se está incurriendo a un acto anticonstitucional» y cree que hay un trato «totalmente discriminatorio» hacia los vendedores ambulantes. «Al aire libre sí que está demostrado» que su actividad es «aún más segura que en otros sectores como grandes superficies o centros comerciales», insistió.
Así pues, los vendedores demandan «dar flexibilidad» al decreto que impone Sanidad en materia de mercados al aire libre, pues argumentan que el lugar donde desarrollan su trabajo sí permite esa flexibilidad. Entre las medidas que están dispuestos a tolerar está la ampliación de espacio entre puesto y puesto, la reducción de metros de los propios puntos de venta, o un control de aforo y otro control de temperatura de los trabajadores antes y durante la jornada laboral.
Por último, los vendedores ambulantes reclaman a la Junta de Castilla-La Mancha que «tiendan la mano», y que estén dispuestos a colaborar junto con las autoridades sanitarias, permitiendo y aconsejando a los ayuntamientos la celebración de mercadillos al aire libre con el cien por cien de los puestos, con todas las medidas de distanciamiento, seguridad y sanitarias tanto para la población como para los profesionales de venta.
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