Temporal Filomena: un camarero camina 10 kilómetros para abrir la cafetería de Parapléjicos tras dos días cerrada

Desde hace catorce años, Rubén trabaja como camarero en la cafetería del hospital nacional de Parapléjicos de Toledo, que lleva dos días cerrada debido a los estragos que ha causado el temporal Filomena en la provincia. Tanta nieve ha caído que tuvo que dejar abandonado el coche en su pueblo, Argés, y llegó andando a su urbanización.

Pero, por eso de dar servicio a los pacientes, usuarios y trabajadores del hospital después de dos días, Rubén no se lo pensó dos veces este domingo, que le tocaba trabajar. Aunque su empresa no le obligaba, este humorista en sus ratos libres cogió una mochila con muda limpia, se calzó unas botas sencillas y salió de su vivienda pasadas las once y media de la mañana. Antes no pudo por el estado de las calles nevadas de su urbanización.

Ya en la calle, pisó mucha nieve, muy profunda en algunos tramos, y también caminó por la carretera, con hielo en ciertas zonas. Así llegó a pie hasta el hospital después de diez kilómetros. Lógicamente, no fue puntual -las 7 de la mañana era la hora de apertura de la cafetería-, pero llegó, aunque fueran pasadas las dos y media de la tarde. «Había que dar un servicio a la gente que está en el hospital» , se justifica Rubén, quien se apañó con los alimentos que tuvo a mano para preparar una merienda o una cena ligera a los clientes, porque el cocinero tampoco pudo llegar.

Trabajó hasta las diez de la noche y su intención era dormir en una sala de espera del hospital, porque Toledo está en alerta naranja por heladas. Sin embargo, pernoctará finalmente en una cama cedida por el centro hospitalario. Así, Rubén no llegará tarde a su puesto este lunes y abrirá la cafetería a su hora: las 7 de la mañana.