En respuesta al artículo «El dolor de Isabel: perdió a sus padres por el virus en solo 8 días»
Carta a ABC del jefe de Servicio de Geriatría del Complejo Hospitalario Universitario de Toledo
«Queremos expresar nuestro profundo pesar por el fallecimiento de Dámaso y Brígida, padres de Isabel Parro Díaz, y expresar nuestra cercanía y comprensión a Isabel en estos momentos de dolor. Conocemos el sufrimiento que la pandemia Covid-19 está infringiendo a nuestros mayores hospitalizados que solo en parte puede ser mitigado por la dedicación del personal sanitario. Tal sufrimiento alcanza, día a día, a todos los trabajadores implicados en la asistencia clínica y aflige nuestro ánimo más que las horas interminables de trabajo, la desaparición del descanso semanal y los riesgos para nuestra propia salud. No obstante, cada alta que damos - y ya son muchas- nos restablece y como se dice: vamos tirando.
Entendemos también el sufrimiento de la familia. El dolor de tener a un ser querido ingresado y estar impedidos para compartir y calmar su padecimiento agrava duramente su angustia. Para mitigar este desconsuelo, el personal sanitario del servicio de Geriatría ha procurado en todo momento facilitar la información del curso clínico de cada paciente y poner en contacto a la familia y al mayor ingresado. Así, los facultativos informan telefónicamente «día a día» – e Isabel no fue una excepción- del curso evolutivo de todos los pacientes tras finalizar el pase de visita, asimismo el personal de enfermería facilita el contacto telefónico en los pacientes que son hábiles para ello y media en la trasmisión de fotografías, escritos, etc. y recientemente contamos con un servicio de Tableta digital para facilitar el contacto visual.
Respecto a otros aspectos reflejados en el artículo acerca de las carencias de oxígeno o sueros o la ausencia de medidas de seguridad de personal , debo recordar que el servicio de Geriatría del Complejo Hospitalario de Toledo viene prestando asistencia clínica de alta calidad a los mayores del área sanitaria de Toledo desde 1988. En estos años hemos formado a más de 130 geriatras y enfermeras especialistas de geriatría y se ha convertido en un centro de referencia internacional: acogiendo a decenas de residentes-rotantes en geriatría de Chile, Méjico, Perú, etc. y nacional: albergando médicos residentes de Madrid, Extremadura, Asturias, etc. Asimismo, nuestras líneas de investigación, dedicadas a mejorar la calidad de vida del anciano, son internacionalmente reconocidas con múltiples publicaciones internacionales en revistas de alto impacto que nos han facilitado la entrada en grupos de investigación de alta exigencia investigadora: nacionales (Ciber de Fragilidad y Envejecimiento Saludable) e internacionales (Frailomic, Advantage, etc). Créanme los lectores, cuando les digo que tenemos el conocimiento necesario para saber cómo cuidar y cuidarnos, a quien ponemos, o no, sueros, oxígeno y cualquier tipo de terapéutica y las numerosas altas que hemos dado en esta pandemia lo pueden atestiguar. Sin embargo, y pese a nuestro esfuerzo, el virus del Covid-19 ha sido letal para bastantes de nuestros pacientes, especialmente aquellos más frágiles, pero también personas mayores robustas con todavía bastantes años por vivir. A todos ellos los tendremos en nuestro recuerdo.
Finalmente, debo explicar que hoy fue «un mal día» para las dos doctoras que trataron a Dámaso y Brígida. A la tristeza que les causa la muerte de sus pacientes se le une el dolor que en Isabel no han podido mitigar y una desolación por la incomprensión hacia su trabajo. No obstante, su malestar, se queda pequeño si pensamos en la aflicción de Isabel. Por ello, y para aliviar el sufrimiento de los familiares en estos trances, deseamos que la mejora de la pandemia permita relajar las medidas de aislamiento impuestas por nuestras autoridades sanitarias. Concluimos, no sin antes valorar la labor del buen periodismo en esta pandemia. Acercar las historias de personas a los lectores es importante para compartir y sobrellevar el sufrimiento entre todos. No obstante, es también primordial tratar con ecuanimidad a todos los actores. Sin más, acabo con un ruego: señor periodista, no nos aplauda, solo... trátenos con justicia».
Francisco José García García , jefe de Servicio de Geriatría del Complejo Hospitalario Universitario de Toledo
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