ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA
Agonías, ceremonias y olvido: Los días relevantes de Jesús Maroto
«Es poeta las veinticuatro horas del día»
La primera norma de Los días relevantes es no hablar de Los días relevante s. Porque son ellos los que hablan de nosotros. Voy a quebrantar lo estipulado. En un rapto poético, escribo esta reseña sobre el más reciente libro de Jesús Maroto , que vio la luz en noviembre de 2021 en una cuidada edición a cargo de Joan Gonper (Ed. Celya). El poema 'Otredad' me remite a ese Tyler Durden interno que nos menoscaba a cada paso, a cada verso leído. ¿Nos aporta? ¿Nos rapta? ¿Nos aparta y de qué?
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La dislocación de entidad se antoja más pronunciada en el caso de los poetas. El vate no es otro ser, pero sí experimenta eso de ser otro. La maravilla de Maroto: es poeta las veinticuatro horas del día. Compone sus versos; reivindica y rescata los de otros; se deleita en la lectura de los mundos de Erato. Maroto tiene la virtud de empuñar una lira que no cesa. Embajador de maestros y maestro en sí mismo. Nos lo advierte la periodista María Cruz Magdaleno en su valioso epílogo, 'Más verdad': Los días relevantes se erige en «poemario culmen en defensa de la poesía».
Maroto nos brinda su don del verso, entre otros lares, en 'La agonía de Hiacinto'. En este poema alude a la muerte de quita y pon (tópico literario que versa del sujeto que se siente morir al no ser correspondido por la persona amada) a través del mito de un Jacinto destinado a convertirse en flor in extremis, para evitar su caída en el Hades: «… saber / si fue verdad el amor / o nada más conocemos / el acto en esa cadena / de momentos que trazan / un vínculo cotidiano con la muerte»”.
La entrega, la simetría o los males del siglo (en la línea del mal sino de Mallarmé) son temas que nuestro autor versifica con acierto en estos Días relevantes.
'Ceremonia de la dud' asume ese dilema (ora humanista, ora existencialista) de 'cuál sería mi destino si…’ como rito vital, a la vez que explica por qué abrir un libro de Jesús Maroto es, sin lugar a dudas, una ceremonia, un festín de Literatura.
Pero quiero centrarme en su tratamiento del olvido. El olvido, un tema marotiano por excelencia, aparece en algunos de sus poemarios anteriores. Como en Para callar con ella (1998), cuyo poema 19 concluye con un: «olvidaréis el alba mirándoos hacia atrás». En Metáforas radicales (2005), si algo nos deja claro Maroto es que «algunas veces el olvido se hace necesario»: «Olvidar incluso que ya te he olvidado. / Lo otro que escribo en mis papeles. / Cuando de nada nuevo nos habla el ayer caído». En su obra más reciente, da cuenta de días en que le consulta a la Poesía:
«Desde qué bordes / el olvido se hace necesario»; y de otros en que: «me alcanzó el olvido / y deseé poseerlo siempre»; todos ellos relevantes.
El quehacer de la experimentación lírica y la poesía de la experiencia acompañan a nuestro autor desde hace décadas en sus publicaciones. Ese 'background' permite la eclosión de esta obra de madurez, Los días relevantes , que me impele a reivindicar a Jesús Maroto como uno de los mayores poetas vivos en lengua española.
Como miembro de ese selecto club de autores que rescatan a quienes los leen. Y justifico mi veredicto con la reproducción íntegra de 'Para pensarte', uno de los mejores poemas que he leído y que «jamás abolirá el azar», porque ha sido «lanzado en circunstancias eternas desde el fondo de un naufragio», como expresaría Mallarmé:
PARA PENSARTE
En este momento que no veo
poesía por ningún lado
te recuerdo, padre.
Intensamente.
Y me aparto para pensarte.
Qué pena que te dejara tan solo
cuando la vida nos impedía
mirarnos de frente.
Cuando parecía que teníamos
cuentas por saldar.
Cuando todo entre nosotros
era tan triste.
Qué pena que no me esperes,
a su debido momento, en el arcén
de ninguna estación de ningún lugar.