La Guardia Civil utiliza drones para buscar el arma blanca que se usó en el crimen del matrimonio de Brihuega
El hijo de Manolo y Paloma, que sigue hospitalizado, tiene un amplio historial de ingresos en unidades psiquiátricas
Hallan en un contenedor de basura unos guantes manchados de lo que podría ser sangre
La Guardia Civil está utilizando drones para encontrar el arma blanca, posiblemente un cuchillo de grandes dimensiones , que se habría utilizado en el crimen del matrimonio de Brihuega (Guadalajara). Sus cadáveres fueron hallados el lunes por la tarde, sobre las cuatro y cuarto, después de que un vecino llamase al 062 para relatar lo que le acababa de contar el hijo menor de la pareja.
Los cuerpos ensangrentados de su padre, de 70 años, y su madre, de 62, yacían en el domicilio familiar, en el paseo dedicado al cronista Antonio Pareja Serrada. La finca está situada a pocos metros del monasterio cisterciense de Santa Ana, cerrado desde julio, cuando las cuatro monjas que lo habitaban se marcharon definitivamente.
Esta mañana, el Grupo Pegaso de la Comandancia de Guadalajara ha volado sus drones esa zona, principalmente por encima de las instalaciones de la finca: dos viviendas -una principal, grande, y otra anexa, más pequeña-, una piscina y una parcela amplia. Los agentes de esa unidad tienen tres aparatos, dotados de GPS, cámara térmica y una autonomía de vuelo de 20 minutos, pero no se ha encontrado el arma homicida a la hora de redactar estas líneas. En cambio, sí se ha hallado unos guantes impregnados de lo que puede ser sangre en un contenedor de basura, según fuentes consultadas por 'ABC'.
Todo el personal de Policía Judicial de la comandancia está trabajando en buscar evidencias y el arma homicida, mientras que el hijo pequeño de Manolo y Paloma, como los conocían sus vecinos, sigue hospitalizado en una unidad de psiquiatría de Guadalajara desde anoche. No está detenido, sino bajo custodia médica, y la Guardia Civil aguarda a que reciba el alta.
Cocaína y hachís
No es la primera vez que el hijo ingresa en una unidad psiquiátrica. Desde hace años, viene sufriendo posibles brotes psicóticos y ha estado hospitalizado en varios centros. El último ingreso fue en abril, según fuentes consultadas por 'ABC', que apuntan también que este treinteañero era consumidor habitual de drogas, como cocaína y hachís, lo que agravaría la patología. Había protagonizado además varias peleas con su familia.
A Manolo Cepero, natural de Brihuega aunque vivió muchos años en Madrid con su esposa, era miembro de 'los Titas'. Es el apodo familiar con el que se conoce a su estirpe desde sus antepasados. Antes de irse del pueblo, él trabajó muy joven en la emblemática panificadora Cepero, que un hermano suyo gestiona desde hace décadas. «Estuvo en la panadería cuando era un niño» , recuerda un vecino, quien justifica por qué no descuelgan este martes el teléfono en el negocio: «Están destrozados».
El hijo hospitalizado, y principal sospechoso de la muerte de sus padres «a falta de pruebas definitivas», es el pequeño de dos hermanos. «Soy del pueblo y llevaba cuatro o cinco años sin verlo, aunque hay vecinos que dicen que al hijo lo vieron la semana pasada», relata otra vecina de este pueblo de 2.700 habitantes. «Eran agradables y simpáticos», evoca esta mujer cuando se le pregunta por Manolo y Paloma. «Era gente querida» , dice otro.
Debido a su violenta muerte, el Ayuntamiento ha decretado dos días de luto oficial, este miércoles y jueves. Las banderas de todos los edificios municipales ondearán a media asta mientras la Guardia Civil busca el arma homicida de este doble crimen, que ha conmocionado Brihuega, 'el Jardín de la Alcarria' por sus campos de lavanda.
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