Zafarrancho de jóvenes en el estand del Salón de la Enseñanza de Barcelona

El Ejército recibe en la feria laboral a mil estudiantes al día interesados por su oferta profesional

Jóvenes informándose en el stand del Ejército del Salón de la Enseñanza de Barcelona EFE

ANNA CABEZA

Colau no los quiere, pero parece que los adolescentes barceloneses sí que están interesados en conocer las salidas profesionales que les da el Ejército de Tierra. O, al menos, eso se percibe al visitar el estand que motivó la última polémica de la alcaldesa, siendo una de las casetas más visitadas del Salón de la Enseñanza, que por cierto tiene otra de la Guardia Urbana de Barcelona -mucho más vacía- y ninguna de los Mossos.

Las palabras de la alcaldesa chocan con la realidad: un espacio a rebosar, con cuatro o cinco corrillos de alumnos atentos a un mando de las FF.AA, que intenta responder sus dudas, casi sin descanso. Mientras, otros jóvenes aguardan a escuchar desde cero las explicaciones sobre q ué es y qué hace el Ejército . Fuentes del Ejército calculan que pasan unos 1.000 alumnos a diario por el estand. «A algunos les cambia el concepto que tienen cuando conocen lo que hacemos», explica el subteniente Antonio Querol , que lleva tres años acudiendo al Salón. «Nuestra misión también es explicar que esto no es el "Call of Duty"», ironiza en alusión al videojuego.

La otras preguntas giran en torno a las formas de acceso, los estudios que se pueden cursar una vez dentro del Ejército, la escala profesional y sus sueldos, algo que parece que preocupa mucho a los jóvenes. «Ésta es la única opotunidad que los alumnos catalanes tienen para conocer la formación académica militar», explica a ABC Bruno Alonso, teniente coronel jefe del área de Reclutamiento en Barcelona.

«Me veo trabajando allí»

«No conocía mucho al Ejército, pero me ha interesado lo que me han contado», explica Javier H eredia , al que a sus 15 años todavía le queda tiempo para encarrilar su futuro profesional pero empieza ya a perfilarlo. «Creo que me gustaría ser soldado de tierra pero me han avisado de que tendría que sacarme el bachillerato», sentencia.

Otros, como Oliver Freixas , lo tienen todavía más claro. «No me imagino trabajando en otra cosa», explica más que seguro a ABC, «porque me gustan los valores de solidaridad, compañerismo y ayuda a los demás del Ejército».

Su objetivo es entrar ya como suboficial, cuenta con total seguridad y confianza, «por la responsabilidad y el sueldo que tendría». Oliver aprovecha su visita al «stand» para ratificar los pasos que debe seguir antes de acceder al cuerpo. Lo primero, acabar con buena nota el Bachillerato -un mínimo de 10 sobre 14- para acceder a la convocatoria de suboficiales.

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