Lo que separa a Errejón de Iglesias
Las «formas» en la negociación, la organización del partido o la destitución de Pascual, entre los problemas que ve el número dos de Podemos
« No comparto todas las decisiones del secretario general , pero sigue siendo mi secretario general». Tras trece días de silencio, el portavoz parlamentario de Podemos en el Congreso, Íñigo Errejón, reconocía ayer lo que era obvio ya para todos: sus diferencias estratégicas y organizativas con el secretario general del Partido, Pablo Iglesias.
La crisis alcanzó su punto álgido con la destitución fulminante de Sergio Pascual , el secretario de organización hasta el momento y afín a Errejón. Algo que «obviamente» no compartió. Antes, no obstante, se había producido todo un goteo de dimisiones en el Consejo Ciudadano de Madrid, siempre entre «errejonistas» y alegando «la deriva de este órgano durante los últimos meses».
No obstante, desde Podemos llegaron a acusar al PSOE y a los medios de comunicación de crear una falsa polémica interna. «El ataque que hemos vivido hoy, que parece ser una ofensiva en marcha, tiene algún precedente pero muy pocos, lo cual revela que todo el aparato del PSOE y alrededores está necesitado de algo con lo que tapar su reciente giro hacia el PP arrastrado por Rivera», llegó a decir Errejón en una misiva a militantes un día después de las dimisiones.
Pero pese a los intentos por suavizarlo, las discrepancias entre el número uno y dos del partido se han hecho patentes a lo largo de las negociaciones con los socialistas. Errejón siempre ha representado la vía pragmática y posibilista , la que siguió Podemos desde que en octubre de 2014 la Asamblea de Vistalegre consagrase el «asalto a los cielos» pero desde una óptica nueva, en la intención de ocupar la centralidad política y sacar al partido de su espacio natal en la extrema izquierda. De ahí surgió una estrategia que llevó al partido a plantear una propuesta económica menos radical , que no moderada, y favorecer una estructura de funcionamiento más vertical.
La primera en reconocer las diferencias en la cúpula fue Carolina Bescansa. «No creemos que haya desacuerdos políticos aunque sí existan desacuerdos tácticos », dijo, asegurando que esas diferencias se referían a «coyunturas concretas» , es decir, la negociación con el PSOE, que no ha sido siempre bien vista en sus formas por todos los sectores. Así, el tono en ocasiones duro de Iglesias con los socialistas —como recordarles su pasado «a cal viva»— habrían resquebrajado a las familias de Podemos.
Diferencias organizativas
«No han sido semanas sencillas para Podemos, pero hemos madurado», aseguró también ayer Errejón, quien reconoció que quiere cambios organizativos en el partido pese a que fue él mismo quien contribuyó a diseñarlo. Sin embargo, el resultado ha sido demasiado vertical. «Hemos cumplido una buena parte de nuestras tareas pero ahora la organización se tendrá que adaptar para el nuevo ciclo que se abre», explicó, para añadir que, a su juicio, esa transformación organizativa debe caminar hacia un modelo «federal y descentralizado».
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