Sánchez se prepara para abordar los PGE en un escenario «cambiante»
El presidente advierte a sus ministros de un calendario político de «gran intensidad»
El Gobierno de España pretendió convertir ayer una reunión de trabajo en uno de los recintos del Estado en algo moderno y excepcional. «Es sábado y estamos trabajando», llegó a escribir en su cuenta de Twitter la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya. Con mucha transmisión de contenido audiovisual y grandilocuentes mensajes, Pedro Sánchez reunió ayer a su equipo de Gobiernos y a algunos de los principales asesores del Ejecutivo en una reunión de trabajo en Quintos de Mora , la finca propiedad de Parques Nacionales donde Sánchez ya reunió a sus ministros en 2018 tras llegar al Gobierno.
El pretexto de esta cita, a la que los ministros llegaron en un autobús que salió de La Moncloa a primera hora de la mañana, era «engrasar» el equipo de trabajo y las prioridades de la legislatura. Sánchez, que no viajó con sus ministros, los recibió en la finca poco antes de las 10 de la mañana. La reunión tuvo como asunto central el contexto económico, la estabilidad presupuestaria y la agenda legislativa. Y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, trasladó a sus colegas que la economía española «evoluciona sobre bases sólidas», mientras que, después de que hablaran todos los ministros, Pedro Sánchez aseguró que se abre un tiempo «de optimismo» y de «gran dinamismo legislativo» pero, advirtiendo, que todo ello acontecerá «en medio de un calendario político de gran intensidad».
El gobierno abordó durante la reunión, ministerio a ministerio, cuál será la agenda legislativa del trimestre. Un punto en el que la gran incógnita es cuándo procederá Pedro Sánchez a dar el visto bueno para presentar los Presupuestos Generales del Estado. El presidente ya ha defendido que quiere hacerlo «cuanto antes» para poder tenerlos aprobados en verano. Con la senda de déficit ya definida, y con un Presupuesto de 2019 que no fue aprobado y que servirá como base para avanzar más deprisa en la configuración del nuevo proyecto presupuestario, en el Gobierno se ve factible cumplir con el plan inicial de cumplir lo previsto y poder presentar las cuentas públicas en el mes de marzo.
Sin embargo, en el núcleo duro de La Moncloa se reconoce que todo está abierto hasta que se tome la decisión de proceder a su presentación. Y es que en el momento en que esto suceda, en torno a un mes después se sustanciaría en el Congreso de los Diputados el debate de enmiendas a la totalidad. Cuando llegue ese momento el Gobierno necesita que ERC no se sume a los partidos de la oposición, como hizo en 2019, porque ello podría implicar el fracaso de la única herramienta que garantiza la continuidad del Gobierno. La dependencia de una situación tan volátil como la de Cataluña obliga al Gobierno a condicionar cualquier intención: «Iremos viendo. El panorama es cambiante» , confiesan en Moncloa.
Los mensajes que le han llegado a Sánchez desde ERC, PSC y los comunes apuntan a que el adelanto electoral anunciado por Quim Torra podría no producirse hasta la vuelta del verano . Algo que animaría al Gobierno a presentar ya los Presupuestos para intentar contar con el apoyo de ERC. Si la tramitación de las cuentas se mezclase con la campaña electoral catalana la posibilidad de aprobación de las cuentas sería nula. «Lo contamina todo», reconocen.
La reunión de Quintos de Mora se convirtió en un falsario ejercicio de transparencia en la que La Moncloa inundó las redes sociales con imágenes, vídeos y mensajes de diferentes ministros en los que no se aportaban novedades sino tan solo consignas. La Moncloa mandó un vídeo al finalizar el encuentro de la portavoz María Jesús Montero en la que defendió «una convivencia absolutamente necesaria» para mejorar la «capacidad de conocernos mejor» tras un «día divertido». En 2018, tras un retiro similar, Transparencia, tras una petición de la Agencia Servimedia, cifró el gasto del encuentro en cerca de 7.000 euros.
Noticias relacionadas