Pedro Sánchez intenta relanzar su campaña en Cataluña
Nada más llegar de Madrid, acompañado del ministro del Interior en funciones y la delegada del Gobierno, se reunió con los mandos de la Policía Nacional
El viaje relámpago llevó al presidente del Gobierno de España en funciones a visitar a dos policías heridos menos graves en el Hospital Sagrado Corazón de Barcelona
Las encuestas – como la publicada ayer por ABC – apuntan que la gestión política de los sucesos violentos en Cataluña los últimos días, protagonizados por grupos independentistas, podrían pasar factura electoral al PSOE. Ante este panorama, el presidente del Gobierno de España en funciones, Pedro Sánchez , candidato socialista el próximo 10-N, se plantó ayer en Barcelona, para visitar a los agentes de la Jefatura Superior de la Policía Nacional –uno de los objetivos reiterados de los violentos– y a los policías heridos ingresados en varios hospitales de la ciudad.
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Un viaje relámpago de Sánchez que se conoció a primera hora de la mañana, sin avisar a la prensa ni su plan de ruta, y que supuso un intento de contraprogramación a Pablo Casado , líder del PP, quien tenía cerrada y anunciada su visita a Barcelona para este lunes desde el sábado, para apoyar a los policías y a los representantes del entramado asociativo y empresarial que están sufriendo los efectos de las algaradas.
Visita relámpago
Alrededor de las 11.30 horas, Sánchez llegó a la Jefatura Superior de Policía, en la vía Layetana de Barcelona, bajo fuertes medidas de seguridad , reforzadas por la convocatoria de una concentración de los sindicatos policiales para dar apoyo a sus compañeros. Acompañado en todo momento por el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska , y la delegada del Gobierno, Teresa Cunillera , Sánchez mantuvo un encuentro con los mandos policiales, a los que calificó como «ejemplo de profesionalidad y de vocación de servicio público» ; y les animó a que siguieran asegurando «la convivencia» en Cataluña.
De ahí, la comitiva presidencial se desplazó a dos hospitales (Sagrado Corazón y San Pablo) para mostrar su apoyo personal a los agentes de la Policía Nacional ingresados como consecuencia de los ataques violentos de grupos independentistas producidos la semana pasada. La Moncloa distribuyó imágenes en lahabitación con uno de los policías heridos.
Sin embargo, el paseo no fue cómodo. En el hospital de San Pablo, una veintena de trabajadores abuchearon al presidente en funciones, le gritaron y, según fuentes del Gobierno que acompañaron a Sánchez, «le escupieron, aunque no le dieron». A su salida por la puerta de urgencias del centro hospitalario, esperaban a la comitiva dos o tres decenas de personas más –entre ellas el candidato de JpC al Senado por Barcelona, Roger Español, que perdió un ojo el 1 de octubre de 2017 – para insultar a Sánchez y pedirle que deje en libertad a los condenados por sedición por el Tribunal Supremo.
En paralelo a la visita relámpago de Sánchez a los policías, varios cientos de personas se concentraron alrededor de la Delegación del Gobierno, convocados por el Tsunami Democràtic desde sus redes sociales de internet . Sin embargo, según fuentes de la propia Delegación consultadas por este diario, el presidente en funciones no se planteó en ningún momento acudir al edificio de la calle Mallorca: «Estuvo todo el día con Cunillera, no teníamos prevista ninguna reunión en la Delegación».
El día lo empezó Sánchez enviándole una carta al presidente de la Generalitat, Quim Torra , recordándole la necesidad de que condene la violencia explícitamente y «evitar la discordia civil». Misiva que fue rápidamente respondida por Torra para pedirle una reunión en Barcelona, aprovechando su visita. Siguen sin hablarse, ni por teléfono ni por Wahstapp .
Intento de «boicot» a Casado
La escapada catalana de Sánchez se interpretó ayer desde el PP como una contraprogramación a la visita a Barcelona de Pablo Casado , líder de los populares y candidato el 10-N, prevista desde el sábado. El enfado en las filas de los populares se acrecentó cuando se le impidió acceder al edificio de la Jefatura Superior de Policía , solo unos minutos después de que lo hiciera Sánchez. Según el PP, tenían permiso del Gobierno para visitar a los agentes de la comisaría. Pero tanto desde la Delegación del Gobierno como desde la propia Policía Nacional señalaron a ABC que ningún partido ni entidad entra en la Jefatura nunca, para evitar «partidismos» y «preservar la institución».
De hecho, hace unas semanas le ocurrió algo similar a Santiago Abascal (Vox) , cuando intentó acceder al cuartel de la Guardia Civil de Travesera de Gracia (Barcelona), y el domingo a Albert Rivera (Cs) , en la misma Jefatura policial, quien tuvo que conformarse con dejar una flor en el espacio dedicado a los homenajes ciudadanos. Un gesto que ayer no pudo llevar a cabo Casado ya que había una concentración convocada para esa hora y la seguridad de la Jefatura estaba reforzada. «Al menos, a Rivera le dejaron llegar hasta la puerta. A nosotros, ni eso», lamentan en el PP.
Más allá de esto, Casado llevó a cabo una visita a Barcelona completa y durante todo el día. Tras su visita a la Jefatura Superior, que fue atendido por los mandos policiales, mantuvo encuentros con diferentes gremios de comerciantes y empresarios, afectados por los disturbios violentos de estos días, como Fomento del Trabajo, Barcelona Oberta, el Gremio de Restauradores y, entre otros, el Gremio de Hoteles. Por la tarde, el líder nacional del PP presidió la reunión de la Junta Directiva del PP catalán.
Rivera y Abascal
Por su parte, el retroceso de la violencia en Cataluña no varió ayer el discurso de Rivera, que reclamó en Toledo una vez más la aplicación del artículo 155 de la Constitución para cesar a Torra. El presidente de Cs reprochó a Sánchez haber tardado una semana en desplazarse a Barcelona y a Grande-Marlaska haber gestionado la crisis desde su despacho y «en un bar», y no en la Ciudad Condal. Desde Toledo, pidió hablar «menos de Torra y más de España», algo para lo que ve indispensable su desalojo de la Generalitat, informa Juan Casillas .
Sobre la situación, el presidente de Vox, Santiago Abascal, acusó al Gobierno –en declaraciones a Telecinco– de no haber sido capaz de controlar el orden público ni garantizar la seguridad de los efectivos de la Policía Nacional destinados en la ciudad.