«Nos queda un sabor agridulce, mi suegro ya no es consciente»
Patrimonio autoriza 31 nuevas exhumaciones del Valle de los Caídos, una medida que en algunos casos, como el de la familia Lapeña, llega demasiado tarde
La bandera del abuelo da igual. Más todavía cuando ya han pasado dos generaciones desde todo aquello. La batalla por sacar a las víctimas de la guerra civil del Valle de los Caídos la libran, contra la Administración y desde hace décadas, sus nietos, que no reblan porque no quieren que sus padres -a su vez hijos de los sepultados- mueran sin poder llevar a sus seres queridos de vuelta a casa. La autorización de Patrimonio Nacional para acometer 31 nuevas exhumaciones arroja esperanza a la mayoría de estas familias . Hay casos, sin embargo, en los que llega tarde.
«Nos queda un sabor agridulce. Se lo dijimos a mi suegro, pero ya no es consciente». Habla Miguel Ángel Capapé quien, junto a su mujer, Purificación, lleva años intentando devolver a Villarroya de la Sierra (Zaragoza) a los hermanos Manuel y Antonio Ramiro Lapeña . El primero era el padre de su suegro, Manuel, que a su vez es el padre de Purificación y que ahora, a los 94 años, está perdiendo la memoria y ya no es consciente de que la batalla que emprendió su hija está más cerca de llegar a buen puerto. Con el agravante de que un juez dictó en una sentencia hace tres años que los restos de estos dos hermanos debían salir de Cuelgamuros.
Justo este es el temor que tienen otros muchos nietos de aquellas víctimas de la guerra que todavía permanecen en las galerías del Valle de los Caídos. El reloj juega en su contra , porque sus padres, que sobrepasan los 80 años, cada cada día le restan otro al calendario. «Para mi padre sería una gran alegría», subraya Rosa Gil, la hija de Silvino, que con más de 80 años no quiere despedirse sin llevar los restos de su padre, Pedro, al cementerio de Tajahuerce, un pequeño pueblo de Soria, su tierra.
No es inminente
La puerta de la exhumación, como adelantó la Cadena Ser, se abre en 31 casos, todos aquellos que a estas alturas se encuentren en fase de tramitación . Sin embargo, fuentes de Patrimonio Nacional matizaron que este número podría variar, tanto porque haya peticiones de exhumación que sean finalmente desestimadas o por que se añadan nuevas familias capaces de demostrar que sus parientes están allí sepultados. De momento, Patrimonio dio luz verde a comenzar el proceso de exhumación en estos casos en virtud de un informe del Instituto Torroja (CSIC) que asegura que no hay peligro para que los forenses entren en las galerías para examinar los osarios. No obstante, el siguiente paso es la elaboración de un proyecto de obra que, según ha podido saber ABC, podría estar terminado a finales de año de modo que los trabajos de los expertos forenses puedan comenzar a principios de 2020.
Una vez afianzados los distintos niveles donde se encuentran los restos de las víctimas, los expertos forenses procederan, por orden, a la apertura de la Capilla del Santo Sepulcro, después la del Santísimo y, opor último, las capillas laterales de la basílica.
«Mi madre está intranquila, tiene 83 años y no sabe si lo va a ver», admite Juan José Guerrero. Su abuelo Juan también está en el Valle . No obstante, como Guerrero subraya, recibió esta última noticia «esperanzada». Poder enterrar a su padre ya está más cerca.
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