Los policías del Campo de Gibraltar y sus familias, «amenazados» y «sin medios»
El SUP denuncia ante la Comisión Europea el «acoso» y la «violencia» que sufren los agentes enfrentados a varios jornadas de disturbios, insultos y disparos
El ahogamiento de dos colaboradores de una organización inició las revueltas. El atestado demuestra que fueron auxiliados
La pasada madrugada ha sido la primera sin disturbios en La Línea de la Concepción (Cádiz) después de tres noches en las que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han focalizado los ataques de decenas de personas. Ya hay ocho detenidos y numerosos investigados, destrozos por valor de más de 200.000 euros, agentes heridos y coches policiales que han recibido disparos y pedradas. El despliegue de UPR y UIP en los barrios conflictivos empieza a dar resultado, pero los agentes lo consideran insuficiente.
El SUP en una carta dirigida a la comisaria de Interior de la UE Ylva Johansson denuncia los graves acontecimientos del Campo de Gibraltar y le pide el apoyo «que aquí se nos niega para la puesta en marcha de medidas urgentes que corrijan tan alarmante situación». Según detalla el sindicato y agentes particulares contactados por ABC de ambos Cuerpos los ataques «están alcanzando una virulencia que jamás se había visto antes en la zona», lo que compromete la lucha contra las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de drogas e inmigración ilegal, en esta zona de España que es frontera de Europa.
La espita prendió el lunes, cuando dos hombres de 51 y 19 años, que estaban suministrando combustible a una narcolancha se ahogaron a unos 200 metros del puerto. Pese a que fueron rescatados y se les intentó reanimar ambos fallecieron. En cuestión de minutos comenzó a circular el bulo de que habían muerto durante una persecución de la Guardia Civil y que los agentes los habían dejado ahogarse. Y esa falsedad provocó que decenas de personas empezaran a hostigar a Policía y Guardia Civil.
Mandos que se van y grupos que cambian
El atestado de esa actuación, al que ha tenido acceso ABC, desmiente esa versión aprovechada por algunos delincuentes habituales para iniciar las revueltas. Agentes de Policía fueron alertados de lo que ocurría, avisaron a la Sala y solicitaron apoyo de ambulancias, bomberos y Salvamento Marítimo. Vieron la embarcación a la deriva a unos 400 metros aproximadamente de distancia desde el Puerto de la Atunara de esta localidad y más cerca aún flotaban dos personas que fueron rescatadas. El motor de esa lancha también se paró. Se volvió a pedir auxilio y un yate acudió a remolcar la embarcación a la deriva, con los rescatados y otros tres tripulantes. Se sumó la Guardia Civil y una vez en puerto siguieron las maniobras de reanimación. Al cabo de 45 minutos, los dos hombres fallecieron.
«En el lugar se congrega una multitud de personas, las cuales se encuentran en gran estado de nerviosismo y agitación, las cuales comienzan a insultar e increpar a los agentes que se encuentran en el lugar, por lo que se solicita apoyo», continúa el atestado. Horas después esa multitud cercó el cuartel de la Guardia Civil y la comisaría de Policía y en ambos lugares los agentes fueron insultados y acosados.
En la carta enviada por el SUP a la Comisión Europea, que también han remitido a los miembros de la Comisión de Interior del Congreso, señalan que aunque las medidas para luchar contra el crimen organizado hayan avanzado «los medios humanos y materiales disponibles no son suficientes. Urge recuperar el principio de autoridad en la zona y por ello pedimos ayuda en Europa para que el Gobierno de España declare el Campo de Gibraltar como Zona de Especial Singularidad» para consolidar el arraigo de la plantilla y mejorar su productividad. Una medida que incluye un baremo reforzado para quienes prestan servicio allí, el aumento de retribuciones y de permisos especiales. Una vez ejecutado ese paso toca reforzar con más medios humanos y materiales las plantillas policiales y la creación de una unidad de UPR en La Línea.
No son los únicos que claman contra el abandono, frustración y desapego de esas plantillas a merced de la impunidad de los delincuentes. «Amenazados ellos y sus familias, sin medios para luchar contra las bandas, los policías no pueden defender a la ciudadanía si ven peligrar la integridad física de sus familias. Los mandos no permanecen más de 6 meses en sus destinos y los grupos de investigación cambian cada año porque sus integrantes piden destinos más favorables ». Abogan ellos y otras organizaciones como AUGC por recuperar el principio de autoridad. En el Campo de Gibraltar continúan las aprehensiones de droga, pero los agentes, aseguran, siguen sintiéndose abandonados.
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