La juez cita dos meses después al sospechoso de matar a Esther López en Traspinedo
El análisis tecnológico y sus contradicciones acorralan al último amigo que la vio viva
Óscar S. M., una de las dos últimas personas que estuvo con Esther López la madrugada del 13 de enero en Traspinedo (Valladolid) se sienta hoy ante la juez. Es el principal sospechoso de la muerte de su amiga, cuyo cadáver apareció en una cuneta el 5 de febrero; está investigado en la causa desde el 27 de enero y lleva tres meses jugando al gato y al ratón con la Guardia Civil. Su coche, su teléfono y su casa se han registrado del derecho y del revés, pero los últimos resultados de Criminalística (tras despiezar su todoterreno) aún no se conocen y puede que esa sea la baza que maneje. En el primer análisis se halló ADN de la víctima mezclado con el suyo en la boca del maletero . Se buscan más rastros genéticos y evidencias internas de que pudo ser el vehículo que atropelló a Esther, algo que aún no ha podido concluirse.
Noticias relacionadas
- La investigación señala que el cuerpo de Esther López permaneció desde el primer día en la cuneta donde fue hallada
- La familia de Esther López asegura que hay indicios «suficientes» para considerar que la muerte no fue accidental
- Concluye la inspección del domicilio de uno de los investigados en el caso de la muerte de Esther López
La juez debe decidir si mantiene como investigados a Ramón 'el Manitas' y a Lucio Carlos G. D., 'Carolo', la segunda persona con la que la mujer pasó sus últimas horas, o por el contrario dirige su acusación solo contra Óscar. Los investigadores han ido acumulando indicios contra él, pero admiten que no se descarta la participación en los hechos «de terceras personas no identificadas».
Teléfonos juntos
Los tres amigos estuvieron juntos de juerga hasta poco después de las 2.30 de la madrugada. A esa hora dejaron a 'Carolo' en su casa. A partir de ahí solo cuentan con el testimonio de Óscar (que ha incurrido en numerosas contradicciones) y con la tecnología. El análisis de los teléfonos de la víctima y el sospechoso concluye que ambos dispositivos estaban juntos a las 3.22 y a las 3.26, en las proximidades o el interior de la casa familiar de Óscar , en la urbanización El Romeral de Traspinedo.
No solo eso: su Volkswagen T-Roc, que lleva un navegador de fábrica, también estaba bajo la misma antena. El investigado declaró que entre las 2.30 y las 2.45 Esther se bajó de su coche a 300 metros de la casa de 'Carolo' porque quería ir a Valladolid para seguir de marcha. Él pretendía irse a su casa, ella se enfadó, se apeó del vehículo, y ya no la volvió a ver.
La Guardia Civil hace constar que Óscar -si se da por cierta su versión- dejó a su amiga sola en un paraje aislado y con escasa iluminación a esas horas intempestivas. Al enterarse a la mañana siguiente de que no la localizaban no mostró ninguna inquietud. Destacan los agentes la «extraña actitud de despreocupación».
La pulsera de actividad física que llevaba el investigado también ha aportado claves. Recogió una continua actividad entre las 3.14 y las 3.35 de la madrugada, que continuó -aunque con menos distancia recorrida- hasta las 5.24. «Es el único día en el que se observa actividad constante durante toda la noche sin reflejar una parada total de actividad en horas de descanso», señalan, tras compararla con las jornadas anteriores y posteriores.
El análisis teléfonico permite llegar a más conclusiones. El teléfono del sospechoso tuvo activado el 'modo avión' entre las 6.53 y las 9.10 de la mañana, un modo que, como se sabe, permite desactivar las funciones inalámbricas del dispositivo y esa ausencia de conexiones también se produjo en el móvil de Esther, aunque el de ella recuperó actividad a las 8.55, unos minutos antes. Su madre la había llamado esa madrugada tres veces, la última a las 6.30, sin obtener respuesta.
Dos veces a Traspinedo
Los agentes creen que esas horas en 'modo avión' -que se repitieron por la tarde- son compatibles con que Óscar se desplazara desde Traspinedo a Tudela de Duero y más tarde a Valladolid. Lo califican de «comportamiento sospechoso» ligándolo a varias llamadas que hizo por whatsapp a un antiguo teléfono de Esther y que omitió en sus dos declaraciones.
Óscar limpió su coche esa tarde en un lavadero de Valladolid, según las pesquisas, y regresó por la noche a Traspinedo por segunda vez en el día, pero tampoco lo contó. Mientras estaba en esa vivienda familiar, según el registro de su coche, tenía el móvil encendido en su domicilio de Valladolid. Se desplazó, dicen los agentes, «subrepticiamente». El 'modo avión' de la mañana y la tarde pretendían supuestamente ocultar sus desplazamientos o sus mentiras.
La autopsia se refiere a un «politraumatismo asociado a hipotermia y consumo de tóxicos (alcohol y cocaína). El atropello ocurrió a una velocidad media-baja
La Guardia Civil tiene claro a estas alturas que la muerte de Esther fue violenta, compatible con un atropello, sin descartar que se sumaran más causas. La autopsia se refiere a un «politraumatismo asociado a hipotermia y consumo de tóxicos (alcohol y cocaína)». Ese atropello que sufrió fue a una velocidad media-baja, pero tenía más heridas.
A la víctima la «colocaron», no estuvo los 23 días que duró la búsqueda en la cuneta que apareció. Los investigadores destacan lo anómalo de la disposición del cuerpo, de su teléfono y del bolso y hablan de «alteración o manipulación de la escena». Respecto a las dos declaraciones que hizo Óscar como testigo señalan la «escasa credibilidad» que les merecen.
Es incongruente, dicen, que Esther quisiera seguir de fiesta, como él afirmó, y que el tercer amigo, 'Carolo', no supiera nada estando juntos. También que en 300 metros, la distancia que hay entre el lugar donde dejaron a éste y el punto en el que supuestamente Esther se bajó del coche diera tiempo a iniciarse y zanjarse una disputa por el motivo aludido.