«El jamón de Rajoy y el libro de Iglesias explican sus diferencias»

Obama, en pantalones cortos, llamó a Don Juan Carlos a quien agradeció su reinado

James Costos, en su casa de Madrid B.D.

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A continuación reproducimos unos extractos del libro «El amigo americano» sobre algunas de las vivencias o reflexiones de James Costos como embajador.

La llamada de Obama a Don Juan Carlos tras su abdicación desde la casa de Costos en Palm Springs

«Ese fin de semana, el equipo de Obama montó su sistema en nuestro salón y ahí mismo, aún en pantalón corto de golf, el presidente habló con el rey:

–Su Majestad, estoy con James Costos, nuestro embajador en su país. Y queremos saludarlo en este momento de cambio por su histórico reinado. Debo agradecer su firme promoción de la democracia en España y su compromiso con las relaciones trasatlánticas. La amistad entre nuestros países es muy estrecha y seguiremos ahondándola bajo el reinado de su hijo Felipe.

Estábamos formando parte de un punto de giro de la historia española y, por lo tanto, occidental. Eso era uno de los aspectos más fascinantes de mi época como embajador: encontrarme en casa, con mis perros, descansando, y que los cambios del mundo se presentasen en el salón».

Sobre Rajoy: «En las distancias cortas es una persona con gran sentido del humor»

«En las distancias cortas, Rajoy es una persona increíblemente sociable, con un gran sentido del humor y mucha complicidad. A mí siempre me salía con una ocurrencia graciosa. Y nunca olvidaré que, cuando me despedí de la embajada, me dio un gran abrazo –totalmente sorpresivo– en las escaleras de la Moncloa y me dijo:

–Eres un crac».

Felipe VI, Obama y una España «fuerte y unificada»

«Aprovechando la presencia de ambos líderes [Felipe VI y Obama] en Nueva York , yo moví mis hilos para reunirlos unos minutos. Llevaba maquinando esa reunión desde la visita de los príncipes a California el año anterior. Me parecía clarísimo que los dos jefes de Estado se entenderían bien, porque ambos eran jóvenes bien formados que compartían valores sólidos y preocupaciones de futuro. Tenían mucho en común. [...]

El ministro Margallo y el jefe de Gabinete presidencial Jorge Moragas me habían estado presionando para conseguir un respaldo claro de Obama a la unidad española. Yo no podía anticipar nada de lo que haría el presidente. Pero la mañana misma de la reunión, mientras esperábamos a Felipe, hablé con él y con el secretario de Estado John Kerry. Les dije que un apoyo a España sería importante para nuestro país amigo, para mí personalmente y para los empresarios de nuestro país con intereses en la zona que requerían estabilidad y seguridad jurídica. Obama me respondió:

–De acuerdo– hizo algunas consultas–, lo haré. Y tomó nota. [...]

Siempre sin citar Cataluña, el presidente se declaró a favor de una España "fuerte y unificada (strong and unified)". Más tarde, el secretario de Estado John Kerry, en su intervención junto a Margallo, calcó esas palabras».

Su opinión sobre Iglesias: «Te dice lo que quieres escuchar y luego te hunde»

«Durante mi entrevista previa con Iglesias, resultó ser un tipo encantador. Su inglés era perfecto. Su hablar, muy suave. Sus maneras, amables. Sabía de muchísimos temas: política, entretenimiento, Hollywood, deportes. Y, por supuesto, sabía de Obama. Me dijo que Podemos había estudiado la campaña de nuestro presidente y la había usado como referencia para las suyas. En suma, te decía exactamente lo que querías escuchar... Y luego lo aprovechaba para hundirte»

La comparación de los regalos de Rajoy e Iglesias

«Al encogerse la agenda del viaje debido a las manifestaciones de Texas, solo quedó un espacio para el encuentro entre el presidente y los líderes de la oposición: la base aérea de Torrejón de Ardoz. Podrían saludarse 15 minutos en total, mientras el avión presidencial se preparaba para volar a Rota. Hasta ahí llegaron Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias. […] En ese breve instante, yo diría que Obama congenió especialmente con Albert Rivera, a quien lo unía su juventud y su aire de dinamismo. El último en la fila fue Pablo Iglesias, que había llegado sin chaqueta ni corbata, en vaqueros y camisa remangada, y llevaba un libro para el presidente: "La Brigada Lincoln" , sobre los voluntarios norteamericanos que pelearon por la República durante la Guerra Civil. [...]

—El libro no, por favor —lo detuve antes de pasar.

—¿Por qué? Es solo un libro. ¿No puedo darle un libro al presidente?

Ahí estaba de nuevo. De verdad, un encanto. Daba ganas de decirle a todo que sí. Pero...

—No [...]

(Por cierto: comparar los regalos a Obama de Rajoy e Iglesias —el jamón que obsequió Mariano y el libro de Iglesias— es una excelente manera de entender sus diferencias)».

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