Iglesias sabotea la «vía Ciudadanos» para los Presupuestos
No ve «viable» pactar con Arrimadas, mientras el PSOE busca su respaldo
Pablo Iglesias, más claro que nunca, ha marcado distancias con Ciudadanos (Cs) y ha dicho esta mañana, sin pelos en la lengua, que no ve «viable» pactar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) con el partido de Inés Arrimadas. Hasta ahora, el vicepresidente del Gobierno se había limitado a reivindicar el cuidado de «la mayoría de la investidura», frente a otros ministros de Unidas Podemos, como Yolanda Díaz o Alberto Garzón, que sí habían mostrado su predisposición a negociar las cuentas públicas con Ciudadanos (Cs).
Hoy Iglesias ha dado un manotazo encima de la mesa y ha negado esta posibilidad, en un claro intento de sabotaje de los planes de Pedro Sánchez . Si bien el presidente del Gobierno no quiere dejarse por el camino de la legislatura ninguno de los apoyos que posibilitaron su investidura en enero, incluida la abstención de ERC, el líder socialista también quiere ensanchar sus respaldos parlamentarios e integrar de alguna forma a los liberales en la ecuación.
La incomodidad de Iglesias era latente desde hace semanas, desde el momento en el que el Gobierno priorizó la negociación con Cs para prorrogar el estado de alarma, pero hoy directamente ha aseverado que no es «viable» la posibilidad de pactar los Presupuestos con Cs en una entrevista en RNE. «No hay que engañar a la gente: este Gobierno se construye sobre la base de un acuerdo programático progresista», ha añadido, y ha afirmado que no está dispuesto a renunciar a «ni una coma» de su pacto con el PSOE.
De momento, en la Comisión para la Reconstrucción del Congreso, ya ha visto cómo el PSOE unía sus votos a los del PP y Cs para no incluir la derogación de la reforma laboral en el documento de reactivación económica, que el Ejecutivo ha sacado adelante con el respaldo de los liberales.
Recelo en Cs
Aunque queda mucho de aquí a otoño y aún debe aprobar la Unión Europea los fondos de reconstrucción que se asignarán a cada país –y las condiciones en las que se ejecutan esos fondos–, en 48 horas parece haberse alejado la alternativa de que el Gobierno pacte las cuentas públicas con Cs. No solo por el órdago de Iglesias, sino también por la pretensión de Sánchez, anunciada ayer, de subir los impuestos a las grandes corporaciones e incrementar el IRPF en las rentas altas.
En Cs ven contraproducentes esas políticas, pero en el seno de la formación tienen reciente cómo Sánchez les colgó el sambenito de la repetición electoral del pasado 10 de noviembre. Fuentes del Comité Permanente de Cs explican a este diario que eso no se repetirá y que su partido mantendrá la mano tendida hasta el final para pactar unas cuentas desde el centro y el consenso.
Lo ha expresado bien esta tarde el portavoz adjunto de Cs en el Congreso, Edmundo Bal, que ha censurado que Iglesias y ERC se dediquen a decir «con Cs no», cuando ni siquiera hay aún un proyecto presupuestario sobre la mesa ni se ha negociado el fondo de las cuentas. « Nos hacen falta unos presupuestos de emergencia nacional», ha apostillado Bal.
También en el PSOE, de momento, mantienen su voluntad de intentar sumar a Cs. Los socialistas no quieren depender en exclusiva de ERC, porque saben lo que conlleva: el año pasado los republicanos tumbaron las cuentas y provocaron el adelanto electoral. La portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra, ha dejado claro que intentarán incorporar «a Ciudadanos» e «incluso a otros». Gabriel Rufián no se termina de creer las palabras de Iglesias y ha afirmado esta mañana «tener la sensación» de que el Gobierno está «escogiendo» a Cs: «El neoliberalismo es la mejor pasarela del fascismo» .
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