Los dos feminismos del PP cierran filas
Pablo Casado respalda a Cayetana Álvarez de Toledo tras desmarcarse de la línea de Génova
El ajuste de cuentas de Cayetana Álvares de Toledo con Pablo Casado en 10 frases
![Cayetana Álvarez de Toledo y Pablo Casado, en el Congreso de los Diputados](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2020/03/06/cayetana-casado-U86258607088Ziv-1248x698@abc.jpg)
La celebración del Día de la Mujer ha puesto de relieve las sensibilidades distintas que hay dentro del PP a la hora de hablar del feminismo. Se les puede poner cara. Por un lado estaría la vicesecretaria de Política Social, Cuca Gamarra , quien el lunes se proclamó «feminista» a secas y anunció que el PP participaría este año en todas las manifestaciones convocadas a favor de los derechos de las mujeres. Por otro, la portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo , se desmarcó al día siguiente de esa línea oficial, precisó que ella es «feminista amazónica» y anunció que no participaría en ninguna movilización. Ayer, Pablo Casado presidió el acto central del PP sobre el 8 de Marzo, y consiguió que las dos corrientes cerraran filas. Eso sí, respaldó de forma expresa a Álvarez de Toledo, que recibió el aplauso de los asistentes.
« El PP es un partido feminista , sin duda», afirmó una dirigente del PP, próxima a Gamarra, a la llegada al acto «Mujer por encima de todo», organizado por la vicesecretaria y exalcaldesa de Logroño. «Debemos estar al frente de la defensa de los derechos de las mujeres y de la igualdad», subrayó. «Amazónicos o no, nosotros defendemos la libertad de la mujer y sus derechos, y Cayetana está en su derecho de definirse como quiera».
En el PP el término «feminista» dejó de ser tabú hace tiempo, y muchas mujeres lo usan y lo hacen propio sin ceder un milímetro a la izquierda en ese terreno. «Nos queda mucho por reivindicar y por hacer», aseguró a comienzos de la semana Gamarra, para defender la lucha de las mujeres a favor de esa igualdad real. Pero otras dirigentes discrepan de un concepto manoseado por la izquierda, con el que, a su juicio, se pretende victimizar a las mujeres y culpar a los hombres por sus «privilegios» naturales.
Cuando Álvarez de Toledo se definió como «feminista amazónica» de la escuela de Camille Paglia , se refería a esa defensa de la libertad de la mujer, que no necesita favores especiales ni ser incluida en el «bloque monolítico y granítico de las mujeres», y que rechaza por encima de todo que sean víctimas, y menos en un país como España. «Tengo más en común con José Ignacio Echániz que con Irene Montero », sentenció la portavoz.
Como Álvarez de Toledo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso , rechaza participar en manifestaciones porque no ve a la mujer como un «bloque» victimizado. Ambas reclaman su derecho a hacerlo sin que se les pidan cuentas.
Son muchas más. Por ejemplo, la vicesecretaria de Organización, Ana Beltrán , número tres del partido. Tampoco irá a la manifestación, porque para ella «todos los días son 8 de marzo y todos los días debemos trabajar por la igualdad y la corresponsabilidad». «Creo más en predicar con el ejemplo. No me gusta la politización de este asunto y me niego a una guerra de sexos. Somos complementarios y esa es nuestra grandeza», afirmó a ABC. Beltrán se niega a ser englobada en un término: «Me identifico conmigo misma, tengo mi propio criterio y solo respondo ante mí de estos temas». Eso sí, Beltrán respeta «al máximo» a sus compañeras que van a la manifestación «y a las que no van». «Aqu í no somos rebaño . Somos y nos sentimos libres».
«Lucha feminista»
Ayer, al llegar al acto del PP, Andrea Levy se definió como «feminista», sin adjetivos. Hasta mañana no decidirá si va a la manifestación, porque tiene otro acto reivindicativo por la igualdad por la mañana, relacionado con el deporte. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida , no participará, pero sí animó a todos a estar en la calle: «La lucha del feminismo es necesaria». Las miradas se pusieron en Cayetana Álvarez de Toledo , que acudió al acto organizado por Gamarra sin que estuviera anunciado en la convocatoria. La portavoz no intervino, pero se sentó en primera fila para escuchar a los demás.
Gamarra en su día figuró en todas las quinielas como alternativa a Álvarez de Toledo en la portavocía parlamentaria . Son dos perfiles políticos muy diferentes, uno más moderado, sosegado y centrado, otro más contundente y duro. Casado optó por el segundo, y ayer, cuando tomó la palabra, no ahorró en elogios a su portavoz en el Congreso.
El líder del PP confesó que se siente «extremadamente orgulloso» de la labor que está haciendo Álvarez de Toledo al frente del grupo parlamentario. «Estoy extremadamente orgulloso de que estemos dando esas batallas ideológicas sin complejos, sin levantar el tono, por mucho que algunos quieran poner decibelios donde no los hay», aseguró. Casado subrayó que es una «extraordinaria portavoz» y que a todos los partidos les gustaría tener una como ella, por su «valentía», pero también por su «coherencia».
Si fuera por un supuesto «aplausómetro», Álvarez de Toledo ganó ayer a Gamarra. La vicesecretaria de Política Social también recibió elogios del presidente del PP, pero no tan encendidos. Casado felicitó a la exalcaldesa por la organización de los actos en una semana importante para el PP, que no ha querido quedarse fuera de un terreno, el de los derechos y la igualdad de las mujeres, en el que se considera que ha tenido un papel protagonista desde los tiempos del Gobierno de Aznar , con la primera ley contra la violencia doméstica, y más tarde con su impulso al Pacto de Estado contra la violencia de género.
Gamarra recibió las mayores felicitaciones por el vídeo del PP con motivo del 8 de Marzo , en el que las mujeres populares hablan, en términos elogiosos, de sus adversarias políticas. Las populares han recibido mensajes de estas para agradecer un vídeo que, según subrayan algunas, «es espectacular» y muy positivo.
El debate sobre el feminismo en el PP se mezcla, en el fondo, con las tensiones internas de siempre en el partido, entre los que tienden más a la centralidad y la moderación y los que prefieren marcar el terreno propio frente a la izquierda, «sin complejos» y sin caer en sus conceptos.
Casado no censura ninguna de las dos posturas. Al revés, cree que enriquecen y amplían el partido. Ayer prefirió referirse a la división de la izquierda esta semana –«es lamentable»– y subrayó la libertad de las mujeres del PP: «Yo no soy nadie para decir quién tiene que ir y quién no a la manifestación, eso es algo personal». «Estoy orgullo de estar en un partido en el que yo no tengo que defender a las mujeres, porque os defendéis muy bien solas», sentenció.
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