Ciudadanos apoyará el decreto del Gobierno para la desescalada al incorporar sus aportaciones
Edmundo Bal cree que es la «primera pata del plan B», pero que todavía son necesarias reformas en las leyes sanitarias y administrativas para evitar depender del estado de alarma en caso de rebrotes
El Gobierno ya tiene asegurado el apoyo de Ciudadanos (Cs) al real decreto ley para la «nueva normalidad» que ha aprobado hoy el Consejo de Ministros , después de haber incorporado varias de las «reformas técnicas» que solicitaron los liberales a cambio de su respaldo. El portavoz adjunto de Cs en el Congreso, Edmundo Bal , ha celebrado que con esta norma se pone «la primera pata del plan B» que su partido venía exigiendo al Ejecutivo a cambio de sus votos favorables en las tres últimas prórrogas del estado de alarma .
A través de un vídeo publicado en su cuenta oficial de Twitter, Bal ha recordado cómo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , decía hace unas semanas que no existía «plan B» y que el único «plan» era el estado de alarma y cómo, después de las negociaciones con Cs, distintos miembros del Ejecutivo se vieron obligados a admitir públicamente que estaban trabajando en una vía alternativa para evitar en el futuro la utilización de una medida tan drástica como el estado de alarma.
Inés Arrimadas fue la primera líder nacional que le pidió a Sánchez la aplicación del estado de alarma cuando el Gobierno aún tenía «dudas», y Cs apoyó las seis prórrogas solicitadas por Sánchez en la Cámara Baja, a cambio de distintas condiciones, pero también con la certeza -apuntan distintas fuentes de su Comité Ejecutivo- de que estaban «haciendo lo correcto».
Precisamente, el diputado liberal se ha referido a un estudio publicado ayer en la prestigiosa revista científica «Nature », que concluye que si en España no se hubiese aplicado el confinamiento, habría 450.000 víctimas mortales más de las que ya hay. «El confinamiento ha salvado unas 450.000 vidas de los españoles» , ha reivindicado.
Hacen falta más reformas
Con el real decreto ley que emana hoy del Consejo de Ministros, y que ya cuenta con el sí de Cs y del PNV , Bal considera que se pone esa «primera pata» al plan B que llevan semanas exigiéndole al Gobierno. «El 21 de junio se termina el estado de alarma y mediante este plan B, este decreto que aprueba hoy el Gobierno, lo vamos a hacer sin dar un paso atrás contra la pandemia », ha explicado el portavoz adjunto de Cs, que ha insistido en que hasta ahora el estado de alarma era -y es- «la herramienta jurídica que permitía el confinamiento».
Aunque Bal ha aseverado que aún son necesarias reformas en leyes sanitarias y administrativas para evitar la dependencia del estado de alarma ante posibles rebrotes de coronavirus o futuras epidemias, también ha celebrado la «participación» de su partido en la elaboración de este real decreto ley.
El partido liberal tuvo acceso al texto del real decreto ley antes que nadie y aportó «una batería de reformas técnicas», según explicó ayer el mismo Bal, a fin de «mejorar» esta norma reguladora de la conocida como «nueva normalidad» . Al aceptar el Gobierno los pequeños matices de Cs, este partido le garantiza de nuevo sus diez votos en otra votación clave para Sánchez.
Objeto: evitar nuevos rebrotes
Entre otras cosas, Cs exigía que el objeto del real decreto ley fuese «prevenir frente a posibles rebrotes» -algo que no especificaba el Gobierno-, que se establezca un «distanciamiento social» de un metro y medio, que se fomente el teletrabajo y que para el inicio de las competiciones deportivas se tenga en cuenta el criterio de las comunidades autónomas «para que no se utilice ningún tipo de privilegio y se puedan celebrar las competiciones en régimen de igualdad».
«Otros se han quejado de que no había plan B, pero no han aportado nada para que exista esta salida ordenada de la crisis sanitaria», ha espetado Bal, en clara alusión al PP y, sobre todo, a Vox ; un partido con el que Cs ha marcado grandes distancias en esta nueva etapa. «Ahí está Ciudadanos: en la política útil, en la política que huye de los gritos, en la política de la razón, que no toma decisiones con las tripas, sino con la cabeza», ha concluido.
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