Cara a cara en Kitchen: Martínez acusa a Fernández Díaz de conocer la operación y el exministro lo niega

El careo no altera las posiciones que ambos, imputados, expresaron sobre este asunto

Los reproches personales, la tónica: El exministro le afea los insultos y el exsecretario se disculpa

Francisco Martínez y Jorge Fernández Díaz EFE

Isabel Vega

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El exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y el ex secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez se han jugado este viernes la credibilidad ante el juez de la Audiencia Nacional que investiga la operación Kitchen en un careo que ha devuelto la situación a la casilla de salida: ambos se han enrocado en sus posiciones, antagónicas, sobre ese dispositivo parapolicial en torno al tesorero del PP Luis Bárcenas .

El desacuerdo se escenificaba ya desde primera hora de la mañana en una imagen que tenía algo de metáfora. Llegaron con la misma antelación pero por caminos opuestos y confluyentes en el edificio de la Audiencia Nacional donde les esperaban a las diez el juez, los fiscales de Anticorrupción, y parte de los abogados que no han querido seguir el cara a cara por videoconferencia.

Sobre la mesa, mucha tensión, de acuerdo a las fuentes consultadas por ABC, si bien el juez sólo ha tenido que pedir levemente algo de calma en un par de momentos. También dos asuntos centrales: si el entonces ministro sabía que se estaba investigando a Bárcenas usando como confidente a su chófer, Sergio Ríos; y si intercambió mensajes de texto con su número dos sobre el tema.

Sin embargo, ambos se han quedado en lo que ya dijeron ante el juez a finales de octubre, de acuerdo a las mismas fuentes. Martínez insiste en que era una operación policial legal y legítima y de la que dio cuenta de algún detalle a su jefe porque él, por SMS, le pidió que se enterase. Fernández Díaz asegura que no supo nada de nada sobre el tema, que jamás envió ni recibió mensaje alguno al respecto y que los consignados por el ex secretario de Estado ante notario tienen por fuerza que ser falsos.

«Tu amigo el notario de Mahón»

Este asunto ha centrado buena parte del enfrentamiento, al que Fernández Díaz ha llegado con una pericial de parte sobre el tema para intentar demostrar que no hubo intercambio alguno. «¿Pericial de qué?», ha ironizado Martínez, pero el exministro le ha devuelto la estocada afirmando ante la sala que tenía amistad personal con el notario que consignó los mensajes.

Ha sembrado además una duda, al asegurar que de acuerdo al informe policial sobre el volcado del móvil de Martínez -una diligencia de la que no se ha dado traslado a las partes pero que se puede consultar en sede judicial-, ese notario le llamó para avisarle cuando la Audiencia Nacional le requirió las actas con los mensajes, estando la causa bajo secreto de sumario. Le definió como «su amigo el de Mahón». «Qué curioso» , ironizó.

Martínez insiste en que todo es cierto y que el ministro le envió un SMS pidiéndole que le informase sobre el chófer de Bárcenas que hacía de confidente en el operativo y luego le reenvió otro sobre el volcado de unos teléfonos móviles viejos que los policías imputados consiguieron en dependencias del tesorero del PP y cuyo contenido volcaron y consultaron. Reprocha a Fernández Díaz que le esté acusando de un delito al afirmar que los mensajes están manipulados pero el exministro se desmarca de todo: «¿Qué te voy a enviar yo?».

Otro de los supuestos mensajes intercambiados habla de contactar con los «cecilios», un término que Fernández Díaz dice que no sabe lo que significa y que si como se afirma, corresponde a agentes del CNI, no entiende la necesidad. Asegura que de necesitar algo de la casa que antes dirigía Félix Sanz Roldán habría recurrido directamente a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, o al presidente Mariano Rajoy.

En este punto, Martínez ha vuelto a la carga, afeando que el ministro hablaba con «todo el mundo». «Si a ti te llamaba hasta el del puesto de la Guardia Civil», le ha espetado. En cuanto a que los mensajes no serían del exministro porque, como él alega, no utiliza la «K» para sustituir una «Q», otro dardo: Le ha emplazado a consultar en su agenda que «Casals» está escrito con «K». «Si yo he estado cinco años contigo y te conozco muy bien», ha añadido.

«Me llamaste bobo»

El contenido del móvil de Martínez que obra en la Audiencia Nacional ha dado más que hablar y ha propiciado que ambos entrasen en el terreno de lo personal, porque constan mensajes que él envió a personas de su círculo criticando a Fernández Díaz. El exministro ha sacado esto a colación en varias ocasiones del careo, de acuerdo a las mismas fuentes consultadas por ABC, y ha afeado a quien fue su mano derecha que le llamase «bobo» y «cabrón» .

Martínez ha pedido perdón y ha reconocido que los improperios están fuera de lugar, pero a renglón seguido ha insistido en que estaba «muy dolido» porque, según dice, Fernández Díaz le echó «a las fauces de la prensa» cuando se desmarcó de Kitchen al empezar a publicarse información. Le ha enumerado las entrevistas en las que le vino a dejar sólo ante el peligro y ha extendido el reproche a todo el Partido Popular, que no le metió en las listas electorales poniendo fin a una posible carrera de diputado y su consecuente aforamiento ante el Tribunal Supremo. Incluso ha mentado al actual presidente del PP, Pablo Casado, para afirmar que si cuida así a su gente, mal va a cuidar de los españoles, de acuerdo a las mismas fuentes.

« Pero si yo estoy aquí imputado por lo que has dicho tú », le ha recriminado Fernández Díaz, quien ha reprochado además a Martínez que haya hablado «con media España» menos con él del disgusto que tenía, a la luz de los mensajes que obran en el sumario y que remitió a personas como el presidente de la Audiencia Nacional. Ha insistido en que nada podía hacer por él cuando tampoco estaba en las listas del PP y ha asegurado que si su número dos le hubiese convocado como testigo, habría acudido a testificar. «¿A testificar de qué si dices que no sabes nada?», le ha espetado este.

Cuestión de verosimilitud

El careo es una diligencia sensible que busca precisamente, los matices. Se trata de que el juez pueda hacerse una idea de cuál de las versiones antagónicas sobre el mismo asunto goza de mayor verosimilitud , es decir, lo que está en juego es una cuestión de credibilidad.

Habida cuenta de que ni Martínez ni Fernández Díaz conservan los mensajes en sus respectivos teléfonos y que lo que está a disposición del juzgado son unas actas notariales que el ex secretario de Estado levantó para preservarlos, esa credibilidad es clave. Si la balanza se inclina en favor de Fernández Díaz, quien fuera su número dos será el «techo» de responsabilidad en la operación Kitchen : el responsable político.

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