El asesino del niño de Lardero, trasladado a Logroño para la declaración de dos menores

Francisco Javier Almeida se ha negado a hablar y a participar en cualquier diligencia hasta ahora

El padre de Álex: «Perdí de vista a mi hijo dos minutos»

Francisco Javier Almeida, horas después de ser detenido ABC
Cruz Morcillo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Francisco Javier Almeida, el presunto autor del crimen del pequeño Álex el pasado 28 de octubre en Lardero (La Rioja), está ingresado desde el pasado viernes en la cárcel de Logroño, a la que ha sido trasladado desde la de Segovia. La razón es que hoy seguirá la declaración de dos menores que estaban en el parque la noche que raptó al crío y lo llevó con engaño hasta su piso donde lo estranguló media hora después. Se trata de un niño y una niña, ambos de entre 10 y 12 años, que sitúan a Almeida aquella tarde merodeando en el parque. A la niña ya la había invitado con anterioridad a que lo acompañara.

Sorprendentemente es la primera diligencia en la que accede a participar aunque Almeida, que ya fue condenado por abusar de una menor, solo podrá seguirla sin tener ningún tipo de contacto con los testigos. Ambos prestarán declaración en una sala Gesell en los juzgados de Logroño para preservar su privacidad, según ha explicado la abogada Alicia Redondo, que ejerce la acusación en nombre de los padres de Álex y de la Asociación Clara Campoamor. Almeida estará con su abogado en una sala aparte viendo y escuchando lo que cuenten los menores, a quienes acompañará un psicólogo de los juzgados y su progenitor.

Almeida, que llevaba en libertad condicional desde abril de 2020, ha guardado silencio desde que fue detenido con el cuerpo sin vida del niño en los brazos mientras esperaba el ascensor. El pasado 5 de abril, citado por la juez por videoconferencia, también se negó a declarar, igual que hizo ante la Guardia Civil y cuando fue puesto a disposición judicial.

39 minutos

El pasado mes de abril declaró el padre de Álex y varios testigos más. El progenitor explicó que solo perdieron de vista a su hijo dos minutos (estaban celebrando con amigos una fiesta de Halloween a unos metros de los críos) y además quedó acreditado que pasaron 39 minutos nada más, según el atestado, desde que Álex desapareció hasta que lo encontraron ya prácticamente sin vida cuando sus familiares lo buscaban con desesperación.

Almeida, de 54 años, engañó al niño que se había disfrazado de «la niña del exorcista» por Halloween. La hipótesis es que lo confundió con una cría por la peluca que llevaba y decidió estrangularlo minutos después al darse cuenta. Tras ingresar en la prisión de Logroño, fue trasladado, el 4 de noviembre, a la de Segovia para garantizar su seguridad, desde la que ha sido conducido de nuevo al lugar donde ocurrieron los hechos.

La abogada que ejerce la acusación subraya que el presunto asesino ni siquiera quiso estar presente en el volcado de datos de sus equipos informáticos en el juzgado, de ahí que resulte llamativo que ahora sí haya aceptado asistir aunque sea desde el otro lado a la declaración de los menores. Esta parece ser la razón, el hecho de que sean niños. El investigado está desde el viernes en la cárcel en una zona de aislamiento para preservar su seguridad.

Almeida, que ha pasado más de veinte años en prisión por dos agresiones sexuales y un asesinato, llevaba 18 meses en libertad condicional cuando mató a Álex, de nueve años. Nada más ingresar de nuevo en la cárcel pidió que le visitara el capellán. Inicialmente se le puso un preso de apoyo y se le aplicó el protocolo de prevención de suicidios. Se encuentra en régimen ordinario y hace vida normal en Segovia, según fuentes penitenciarias, alejado de los centros penitenciarios de El Dueso y Logroño.

Pericial psicológica

Pese a su negativa a colaborar en los hechos, sí reclamó hace meses que le devolvieran las llaves del piso de alquiler de la calle Río Linares en el que vivía y en el que mató al pequeño, y las de su coche, una petición a la que se opuso la acusación y que el juez no acordó, según fuentes del caso consultadas por ABC. Sí se acordó que se le sometiera a una pericial psicológica, pese a que las dos que se le hicieron hace años concluyeron que no sufría ningún trastorno.  

De su defensa se encarga un abogado de oficio, el segundo, puesto que el primero que se le asignó llevaba solo tres meses colegiado. La juez ha denegado a la acusación el acceso al expediente de libertad condicional del preso con el argumento de que no es necesario para abrir juicio oral. La decisión está recurrida.

Almeida estranguló a Álex en su casa de Lardero, un moderno apartamento al que se había trasladado a principios de 2021. Había estado acechando en el parque al grupo de críos que jugaban y se lo llevó con engaño al confundirlo con una niña por el disfraz de la niña del exorcista, peluca incluida, que vestía el pequeño para celebrar Halloween junto a su familia y amigos. La autopsia confirmó, como adelantó ABC, que el presunto autor estranguló a la víctima posiblemente al descubrir que se había confundido de sexo (sus dos anteriores víctimas eran mujeres). No ha trascendido aún si además el crío sufrió algún tipo de abuso o agresión sexual aunque el depredador apenas dispuso de tiempo, como se ha dicho: 39 minutos en total.

Los padres de Álex lo echaron en falta de inmediato en la fiesta que celebraban en un local junto al parque y, tanto ellos, como otros familiares, amigos y vecinos comenzaron a buscarlo puerta a puerta. Fue precisamente un vecino del edificio de Almeida el que se cruzó con el asesino cuando este llamaba al ascensor con el cadáver desmadejado del pequeño en los brazos.

El crimen de Almeida provocó una oleada de indignación. Depredador sexual de manual, había disfrutado de 39 permisos penitenciarios desde 2013 y se le había concedido la libertad condicional en abril de 2020 cuando faltaban tres años para que acabara de cumplir condena por el asesinato y agresión sexual de la empleada de una inmobiliaria de Logroño.

Desde abril y hasta que mató a Álex el centro penitenciario de la capital riojana realizó 16 actuaciones para velar por las medidas que había fijado el juez de Vigilancia Penitenciaria. Obtuvo un trabajo de limpiador en una empresa colaboradora de Prisiones en la inserción laboral de exreclusos y pidió permiso para trasladarse al piso de la calle Linares, enfrente de un colegio. Un funcionario en segunda actividad controlaba el cumplimiento de las medidas pero ni sus vecinos ni las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad tuvieron noticia de ese cambio de domicilio (una circunstancia ajustada a las condiciones de su libertad pero que fue duramente criticada tras el crimen).

Los sindicatos de Prisiones aseguraron que podría haberse evitado porque no se le debió conceder primero el tercer grado y después la libertad condicional. Los profesionales de la prisión de El Dueso en la que cumplió buena parte de su condena alertaron de Almeida que no estaba preparado para vivir en libertad y apreciaron riesgo de reincidencia.

Interior argumentó que había tenido seguimiento desde que quedó en libertad, pero los funcionarios consideran que no fue «ni directo ni continuado» y que la figura del agente de la libertad condicional no está regulada. La familia del pequeño sobrevive a duras penas. Su abogada ya anunció que pedirá para el depredador la prisión permanente revisable.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación